Por Alida Vergara Jurado: Tal como lo haría un hada madrina, ella es capaz de transformar chatarra en joyas de altísima calidad
Thalma resalta que cada joya merece ser única / Foto: @thalmahidalgo25
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Licenciada en Administración, esta venezolana oriunda de Maturín decidió dedicarse a las artes y oficios de la orfebrería hace más de una década. Y confiesa que está en constante formación en distintas escuelas caraqueñas.
Sus dos pasiones son el marketing y la orfebrería, lo que le ha permitido enfocar en la joyería su plan de mercadeo. También es miembro y fundadora de una organización internacional de mujeres dedicadas a este arte: Mujeres Brillantes: Mubri Internacional.
Thalma resalta que cada joya merece ser única y ese es uno de los principios que la impulsó a estudiar orfebrería, para crear piezas exclusivas que logren emocionar al cliente.
Su marca no es otra que su nombre: Thalma Hidalgo. Y se describe a sí misma con la frase “creamos pequeñas obras de arte que apasionan”. Para Thalma, además de lo estético que obviamente es uno de los principios de cualquier accesorio, son fundamentales los valores de hacer piezas únicas, genuinas, ergonómicas, atemporales, amigables con el medio ambiente y de altísima calidad.
Entre los materiales que utiliza destacan la plata, el cobre, el latón, la alpaca y el bronce, así como gemas y piedras naturales como turquesas, zircones, amatistas, cuarzos, ágatas, sodalita, lapislázuli, zirconias, crisocolas, beryl, turmalinas, corales, perlas, citrine, ópalos y muchas más. También trabaja resinas y técnicas con acrílicos, reconstituidos de piedras, textiles, fibras, cuero, madera y esmalte, entre otros materiales alternativos, como alambre artístico.
Algo que destaca en su joyería es la pasión por el reciclaje, por darle una segunda oportunidad a materiales y a chatarra; esto hace sus accesorios mucho más interesantes porque suman historias tan diversas como el origen de cada material utilizado.
Sus piezas predilectas son, sin duda, los anillos. Basta echar un vistazo a sus redes para caer rendido ante la magia que emana de sus joyas contemporáneas.