La importancia de los libros
Por Laura Tirado: La lectura tiene un sinfín de beneficios para todos en la casa. Empecemos con fomentar el hábito en los más jóvenes
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A propósito de celebrarse el pasado 23 de este mes el Día Internacional el Libro, es bueno retomar el viejo tema sobre la importancia de fomentar el hábito de la lectura entre los más jóvenes de la casa. Son incontables los beneficios provenientes de esta práctica, para todos en general, y estos tiempos de confinamiento no permiten excusas para no llevarla a cabo.

A los más pequeños les ayuda a aprender y a divertirse solos además de potenciar la imaginación y la creatividad. También favorece desde muy temprano su capacidad de concentración en una práctica que debe ser divertida por sobre todas las cosas. Ya que es sumamente importante inculcarles que no necesariamente está relacionada con la actividad académica.

En el caso de los adolescentes ayuda, además, a que se alejen durante cierto tiempo del día de los dispositivos electrónicos que, pese a nuestros esfuerzos, se adueñan de su cotidianidad.




Sugerencias para los más chicos 

Dejar que escojan el libro y no obligarlos a leer es el primer consejo. No se debe imponer la lectura para que no la relacionen con los deberes escolares. También es aconsejable dejar que elijan su espacio favorito para leer: un rincón de su cuarto, el jardín, en la cama con los padres, la cocina.

Un punto importantísimo es predicar con el ejemplo. En una entrevista que dio a Andrés Oppenheimer, el conferencista Deepak Chopra explicaba que los niños de 2 o 3 años no entienden todo lo que oyen sino que más bien captan las expresiones de quienes los rodean e imitan sus actos; y es por eso que si ven a sus padres pegados a un celular todo el día, crecerán pensando que eso es lo correcto, mientras que si ven a sus padres leyendo se motivarán a hacer lo mismo.

Es aconsejable crear una pequeña biblioteca en casa. Si no es posible, es bueno llevar a los niños a visitar con frecuencia librerías y bibliotecas públicas para que se familiaricen con el ambiente y empiecen a escoger sus primeros libros.

Los padres deberán interesarse por las lecturas de los chicos compartiéndolas con ellos, haciéndoles preguntas, alternándose para leer el mismo libro e incluso alentándolos a escribir una historia relacionada. Fomentar la escritura es uno de los beneficios de este hábito.

Se debe establecer una rutina diaria y ponerle atención al progreso en la capacidad de comprensión de los pequeños. Pero cuidado. Muchos padres caen en el error de preferir la velocidad de lectura fluida por sobre esa comprensión lectora y, de acuerdo con los expertos, cada chico tiene su propio ritmo, por lo que exigirles no hará otra cosa que atemorizarlos y retrasar el esfuerzo iniciado.


Razones para los más grandes

Si a causa de su favoritismo por los dispositivos electrónicos prefieren leer en la computadora, vale la pena permitirlo si con ello ganamos que elijan un libro antes que pegarse a las redes sociales, al menos durante una o dos horas diarias.

Es bueno explicarles que leyendo mejoran su manera de expresarse por lo que a la hora de conversar con sus amigos podrán encontrar la palabra adecuada para decir lo que quiere, lo que a su vez redunda en seguridad en sí mismo.

Los adolescentes también notarán que en poco tiempo aumentarán su velocidad de lectura y capacidad de comprensión, así como la facilidad de enfocarse y concentrarse en la historia. Algo fundamental para los estudios no solo en el colegio sino para cuando lleguen a la universidad.


Los beneficios son para todos

Fomentar el hábito de la lectura proporciona numerosos beneficios para todos en la familia: desde los más jóvenes hasta los más viejos.
Dicho en pocas palabras leer amplía el vocabulario; mejora la ortografía, la gramática y la sintaxis; entrena la mente; nos hace más cultos, más reflexivos y también más elocuentes; incrementa la imaginación, y previene el Alzheimer.

Mediante la lectura, además, conocemos los valores sociales, las tradiciones, las costumbres de otras culturas y hasta los modismos del país donde vivimos. En resumen, un buen libro nos permite viajar sin límites.