Es tiempo de bajar el volumen
Por Gilberto Carreño: La última semana de abril se conmemoró el Día Internacional de la Concientización sobre el Ruido
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Entendida como perturbación que altera nuestro sentido de la audición y el sistema nervioso, la contaminación sónica constituye hoy día una de las principales causas de la ruptura de la armonía ambiental. Y es por ello que a escala mundial se haya escogido la última semana de abril para conmemorar el Día Internacional de la Concientización sobre el Ruido.

El inicio de la conmemoración de esta fecha se ubica en la ciudad de Nueva York, el 24 de abril de 1996, como parte de una conferencia local organizada por la Liga de Personas Auditivas de esa ciudad, en la que además participaron representantes de Canadá y otros países de Europa y Asia. Su propósito entonces, como hoy, fue alertar a los ciudadanos sobre los peligros del ruido y las formas de reducirlos en distintos ambientes.

Se entiende que la actividad del hombre, vinculada con el crecimiento poblacional, genera cada día mayor cantidad de sonidos de efectos dañinos para la salud, entre los que destacan los que resultan de martillar, taladrar, tocar cornetas o altos volúmenes de equipos radioeléctricos; también se incluyen las plantas de generación de energía, el tránsito automotor y la actividad aeroportuaria, entre muchos otros. Caracas figura entre por lo menos las primeras cinco ciudades más ruidosas de Latinoamérica, según las estadísticas que dan a conocer distintas instituciones.

Por tales razones, la Organización Mundial de la Salud (OMS), al promover la idea de reducir al mínimo la generación de ruidos de distintas fuentes, ha venido alertando sobre los daños que ellos causan sobre la salud humana. Y en una de sus últimas estadísticas, publicada en marzo de 2019, señala que “más de 5% de la población mundial (466 millones de personas: 432 millones de adultos y 34 millones de niños) padece pérdida de audición discapacitante” y estima que para el año 2050 más de 900 millones de personas -una de cada diez- padecerán pérdida de audición.


Causas y consecuencias

Distingue la OMS dos causas fundamentales en la pérdida de la audición y la sordera: las congénitas y las adquiridas. Las primeras se refieren a las originadas en el momento del nacimiento o poco después, determinadas por factores hereditarios y no hereditarios, o complicaciones durante el embarazo y el parto tales como: rubéola materna, sífilis u otras infecciones; bajo peso al nacer; asfixia del embarazo (falta de oxígeno en el momento del alumbramiento); uso inadecuado de ciertos medicamentos como aminoglucósidos, medicamentos citotóxicos, antipalúdicos y diuréticos; e ictericia grave durante el período neonatal, que puede lesionar el nervio auditivo del recién nacido.

Entre las causas adquiridas y que, según el informe, pueden provocar la pérdida de la audición a cualquier edad, la OMS menciona la exposición al ruido excesivo, por ejemplo en entornos laborales donde se trabaja con maquinaria ruidosa o se producen explosiones; la exposición a sonidos muy elevados durante actividades recreativas, como el uso de aparatos de audio personales a un volumen elevado durante períodos prolongados de tiempo, o en bares, discotecas, conciertos y acontecimientos deportivos; algunas enfermedades infecciosas, como la meningitis, el sarampión y la parotiditis; la infección crónica del oído; la presencia de líquido en el oído (otitis media); el uso de algunos medicamentos, como los empleados para tratar las infecciones neonatales, el paludismo, la tuberculosis farmacorresistente y distintos tipos de cáncer, y los traumatismos craneoencefálicos o de los oídos.

En cuanto a las consecuencias de la pérdida de audición, destaca la OMS la limitación de la capacidad de la persona para comunicarse con los demás. Y advierte que en los niños con pérdida de audición desatendida el desarrollo del habla se suele retrasar, además de afectarles el rendimiento escolar, por lo que recomienda para una experiencia de aprendizaje óptima, con grado de mucha importancia, que los niños tengan acceso a unos ajustes adecuados, aun cuando los cuales no siempre estén disponibles.

De igual manera se considera que los problemas de comunicación pueden tener efectos importantes en la vida cotidiana y generar sensación de soledad, aislamiento y frustración, sobre todo en las personas mayores que padecen pérdida de audición.


Llamado a gobiernos y poblaciones

Dentro de las iniciativas de la OMS se encuentran las campañas que incitan a la elaboración de protocolos e instrumentos en pro del control del ruido, a través de las cuales se invitan a gobiernos y ciudadanos a tomar medidas preventivas mediante la aplicación de estándares de tolerancia máxima de ruidos, de acuerdo con los distintos tipos de poblados y sus actividades habituales, y adecuación con reducción a los mínimos posibles de emisión de decibeles en las horas del descanso diurno y nocturno.

Queda de parte especialmente de la población denunciar los excesos de generación de ruidos que se producen en lugares residenciales e incluso en el transporte público como es el caso de Venezuela, donde conductores mantienen altísimos volúmenes en sus equipos, al punto de impedir la solicitud de parada que hacen sus pasajeros; o el uso de parlantes de extremo sonido para visitantes a lugares de concentración pública, y de manera particular los parques, para cuyos sitios existen prohibiciones legales expresas en tal sentido.