Que tu pareja tenga un trastorno depresivo nunca será algo fácil de manejar, pero que lo tenga en medio de un encierro como el que se vive actualmente en todo el mundo, lo hace todavía más retador pues pudieran estar ocurriendo una o varias de estas situaciones:

La red de apoyo social de la persona probablemente esté en cuarentena en otro hogar, por lo tanto no tiene en quién apoyarse, sintiéndose vulnerable y en soledad a pesar de estar con su familia nuclear.

• Las rutinas cambiaron para todos, pero en el caso de la persona deprimida tal vez esa rutina estructuraba su día y hacía que “funcionara” sin tener una crisis mayor.
• Aunque la persona con depresión no suele sentir gran placer por nada, siempre se tienen pequeñas cosas que generan algo de descanso emocional y conectan con un momento menos apático. Es posible que ahora mismo esa persona no tenga acceso a esas cosas. Por ejemplo ver el mar o sentarse en una cafetería a mirar la gente pasar.
• Las discusiones se incrementan en la cuarentena porque hay que llegar a muchos acuerdos, nos sentimos más vulnerables y no podemos descargar tensiones como habitualmente lo hacíamos. Además no tenemos descanso real del hogar y sus complicaciones. A veces son esos conflictos los que hacen que la persona deprimida sienta que cae en un hueco, por lo que en este encierro hay mucho riesgo si aumentan las discusiones.
• La persona deprimida suele sentir que no puede controlar lo que siente, y actualmente la pandemia está reforzando la idea de no tener el control real de la salud por lo que los pensamientos fatalistas son más frecuentes.
• Si la persona está medicada con algún antidepresivo es posible que tenga dificultades para conseguir el medicamento y eso hace que sea todavía más dramática la situación porque se pudiera poner en riesgo la vida.
• La economía inestable y las numerosas pérdidas de puestos de trabajo ha hecho que muchas personas consideren el suicidio como opción para acabar con las preocupaciones y el sufrimiento. Si una persona tiene de base una depresión, es mucho más probable que considere esta lamentable salida.

Ahora bien, ¿qué podemos hacer si nuestra pareja está en esta situación?

• No beber alcohol pues es contraproducente bajo estados depresivos. El bajón emocional después de recuperarse de la ingesta puede ser devastador.
• Eviten tocar temas álgidos que en situaciones normales los llevaban a discusiones.
• Traten de no tomar decisiones trascendentales sobre la relación (casamientos, divorcios, embarazos, mudanzas) para no sumarle ansiedad al proceso.
• Respeten el espacio personal y repartan las tareas de forma equitativa para que haya cierto respiro, individualidad y percepción de justicia.
• Nunca anulen la emoción de la persona deprimida. Decir “no tienes porqué sentirte así; mira lo que tienes” sólo ayudará a que la persona se sienta aún más culpable e incomprendida por sentir eso. Y jamás hará que la persona deje de sentirlo.
• Eviten noticias desalentadoras en exceso. Si bien es importante estar informado para tomar decisiones que aseguren la supervivencia, es vital evitar la sobredosis de información.
• Traten de crear una burbuja feliz donde no se exijan más de lo que pueden dar y donde las cosas simples de la vida tomen presencia.
• Si la persona está en una crisis muy fuerte es importante que se comuniquen con algún psiquiatra y que el paciente sea atendido vía online para considerar una posible medicación.
• Sugerirle a la persona con depresión terapia psicológica individual y/o de pareja online. La terapia proporciona contención, orientación y apoyo en este duro proceso tanto a quien sufre la depresión como a su pareja y familia. La persona deprimida puede trabajar con terapia las causas de esa situación para salir de ella.
• Dar mucho afecto y escucha efectiva suelen ser favorecedores de la tranquilidad aunque no quiten la depresión. Un ambiente amoroso y sereno puede ser muy útil.