Tango Hembra es sinónimo de lucha
Por Laura Tirado y Yandris Saldivia: El movimiento surge para rescatar el baile del machismo que lo ha rodeado desde hace tantos años
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El tango nació a mediados de 1800 en el Río de La Plata, donde vivía gran cantidad de esclavos africanos y a donde llegaban barcos llenos de inmigrantes europeos. Esa mezcla cultural devino en una fusión musical que dio origen a la milonga, primero, y después al tango. Tambores, flautas y guitarras fueron reemplazados por piano, violín y bandoneón: sus instrumentos básicos.



En 1910 se bailó por primera vez en París y rápidamente se extendió a todo el mundo, lo que le valió su merecida fama internacional que lo llevó incluso a Hollywood. Pero no fue sino hasta 1977 que se instituyó en Argentina el Día Nacional del Tango (11 d diciembre), aunque los tangueros de todo el mundo lo celebran como una festividad internacional.

Hablar del tango es pensar en Buenos Aires, ciudad que se ha convertido en los últimos años en un lugar de distintos movimientos feministas con muchas repercusiones. Entre ellos ha surgido un grupo de mujeres dispuestas a acabar con la ausencia femenina en el mundo del tango, creando su propio movimiento: “Tango Hembra”.

El colectivo se dio a conocer con el Primer Festival Internacional Feminista de Tango, realizado en Buenos Aires en 2019, organizado por músicas, cantantes, poetas, bailarinas, comunicadoras, compositoras, investigadoras y gestoras de la cultura tanguera. La idea inicial no solo fue rescatar ese baile del machismo que lo ha rodeado durante tantos años, sino además proponer el intercambio de roles e incluso bailar entre mujeres.

En el evento, que reunió a unas 50 mujeres del espectro tanguero, hubo milongas, clases de baile y debates, además de orquestas integradas en su totalidad por mujeres, una rareza en este ambiente. La principal invitada fue María Cangiano, famosa compositora y cantante argentina, portavoz del movimiento.


El movimiento Tango Hembra nació en 1919 / Foto Archivo

Marisa Vázquez, una de las impulsoras de Tango Hembra, decía cuando se gestó el proyecto: "Empezó con la idea de visibilizar la ausencia femenina en la programación de festivales, ciclos y espacios de tango, dominado en su gran mayoría por hombres, pero va mucho más allá. Todas las mujeres vivimos alguna situación de maltrato en este ambiente. No es que el feminismo me toca como una cuestión que explota ahora. Vengo trabajando desde hace rato para lograr un espacio para la mujer. Ya no estoy sola".

Con el correr del tiempo se unieron grandes estrellas argentinas al Tango Hembra, convirtiéndose en voces e imágenes de este movimiento figuras como Analia Goldberg, Julieta Laso, Elbi Olalla, Natalia Lagos y Natali Di Vincenzo. Posteriormente se sumaron personalidades como Patricia Malanca, Lucrecia Merico, Claudia Levy, Gabriela Novaro, Vivi Verri y Flor Ubertalli.

Este año, con el madrinazgo de la conocida Susana Rinaldi, se llevó a cabo la segunda versión del festival, los días 6 y 7 de marzo, que incluyó la práctica del baile con cambio de roles; conciertos de solistas, grupos instrumentales y orquestas de mujeres; charlas, y presentación de libros.

Lo que empezó como un movimiento para quitar el machismo del tango, hoy en día se caracteriza por ser parte de una movilización creciente de mujeres en Argentina que reclaman la legalización del aborto, justicia en los casos de abuso y violaciones hacia las mujeres y mantienen la lucha contra la creciente represión social y política del gobierno.