Por más complicados que sean estos momentos tenemos una decisión que tomar en relación a la comunicación en la relación de pareja: (1) usar la comunicación como herramienta para fortalecer la amistad dentro de la relación; (2) usar la comunicación para destruirse como pareja. Si escogen el primer camino sigan leyendo.
Notarán que están pasando más tiempo juntos del que estaban acostumbrados pero, a pesar de esto, no ha sido fácil conseguir temas de conversación puesto que generalmente le contamos a nuestras parejas las vivencias del día, y últimamente hay poca novedad por la poca interacción; y al estar ambos en casa esas realidades resultan muchas veces evidentes para el otro por el simple hecho de estar ahí, al lado. Hoy quiero dejarles algunas ideas para mantener una buena intimidad emocional con nuestra actual realidad pero que también será aplicable cuando el confinamiento se acabe.
Dividiré los temas por la línea del tiempo. En primer lugar vamos a enfocarnos en el pasado. Si tienen fotografías de su infancia pueden empezar mostrando algunas y relatando cosas de la época en las que se tomaron. También pueden contar a sus parejas sobre sus cumpleaños en la niñez, cómo pasaron las Navidades que recuerden, algunas anécdotas divertidas o impactantes de la familia y sobre todo acerca de las travesuras realizadas en la niñez y la adolescencia. Pueden hablarles de quiénes eran sus amigos, y si algunos dejaron de serlo, contar el porqué. Aprovechen también para referirse a cómo se fueron formando las amistades actuales: si fueron en sus primeros empleos, en la universidad, en primaria o secundaria, en el vecindario, etc.
Del pasado pueden conversar también sobre las relaciones familiares, de sus orígenes y hasta pudiesen hacer un árbol genealógico. Hablen de los sobrenombres de todos, y quiénes tuvieron mayor influencia en su pasado. También pueden realizar un paseo gastronómico por su niñez y hablar de los alimentos que más les gustaban. Incluso pudieran comentar cómo eran sus rutinas diarias y así su pareja pueda conocer un poco más sobre cómo se formaron sus valores y personalidades.
En cuanto al presente recomiendo tratar de preservar un espacio individual dentro de la rutina hogareña para tener siempre algo que contar sobre el día. También pueden conversar sobre los gustos actuales y las emociones que están sintiendo. Por ejemplo, si sienten ansiedad contar qué la está generando; si tienen rabia descargar lo que están sintiendo, y si perciben miedos hacer planes estratégicos juntos para sentirse más protegidos.
Las conversaciones sobre el futuro no solo pueden ser sobre lo que les conviene ejecutar sino también sobre placeres y proyectos, tanto individuales como en pareja o en familia. Pueden sentarse a hacer una lista sobre los destinos que quieren visitar, los cursos que deseen hacer, los platos de comida que quieren aprender a cocinar, las personas que quieren volver a ver y hasta las actividades recreativas que quisieran incorporar a sus rutinas. Recuerden que son amigos además de pareja y deben poder contarse cosas tanto ligeras como profundas.
Trabajen en ser los mejores amigos posibles y estén para el otro sin importar las circunstancias. En las buenas y en las malas, ¿no?