¿Son recomendables los juguetes sexuales al inicio de una relación?
Por Atenea Anca: Es importante averiguar qué nos atrae de la otra persona y no empezar de una vez a dejarlo todo en manos de un tercero
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¡Error! Los primeros encuentros sexuales en una relación no deberían tener invitados. Espero que este artículo les ayude a entender por qué se deben dejar para más adelante los juguetes eróticos, sin duda herramientas de placer muy útiles para agregarle innovación a esos encuentros.

Al iniciar una relación con una pareja sexual se requiere de mucha concentración para vivir a plenitud el arte amatorio. ¿Quién es esta persona?, ¿qué le seduce?, ¿cómo reacciona su piel ante el roce de mis manos?, ¿mi boca le da placer? ¡Hay tanto que averiguar! Lo pongo así: los juguetes sexuales nos quitan la concentración que necesitamos para descifrar quién es esa persona sexualmente hablando.

Los juguetes sexuales están diseñados para dar mucho placer de forma bastante rápida, por lo que sería algo así como hacer trampa. Quedaría una gran duda: ¿su placer es por mi presencia, mi cuerpo y nuestra conexión o por el juguete que estoy usando?

Es muy diferente cuando las dos personas se conocen muy bien, se conectan divinamente y quieren encender un poco la chispa de la pasión haciendo uso de algún juguete sexual. Pero es que al ser una pareja consolidada hay muy poco que averiguar –más allá de su reacción ante el juguete– y mucho que disfrutar.

Por el contrario, al iniciar con una nueva pareja no conocemos siquiera cuáles son sus zonas erógenas. Encima hay una realidad que lo complica todo un poco más: ¡esa persona tampoco conoce nuestros gustos! Hay tanto que investigar y disfrutar en un encuentro sexual que es muy importante estar conectados lo más posible con esa persona y manejar una comunicación erótica fantástica.

En las primeras etapas de la relación es muy importante comprender si hay pasión porque estamos hablando de una de las bases de la relación, tan importante como el compromiso y la conexión emocional. Distraernos y sentir placer por el morbo que genera un juguete sexual sin descubrir si los besos nos conectan, si las pieles se atraen, si los sonidos de la respiración agitada nos seducen, si las caricias nos encienden y si el coito nos satisface, que es un riesgo que podemos evitar al no distraernos y entender que no solo se trata de un momento de placer sino de una prueba en el proceso de selección de una pareja estable.

Porque ciertamente son demasiadas las parejas que dejan pasar la insatisfacción sexual inicial, la disfrazan y luego caen en cuenta de que no tiene sentido.

Cuando doy talleres de sexualidad para parejas me he percatado de que muchas están absolutamente desconectadas desde hace bastante tiempo, intentando una compatibilidad que nunca han tenido y que no fue objeto de interés en el pasado. En algunas ocasiones les he preguntado cuáles eran los momentos más eróticos que tenían al inicio y generalmente los actos sexuales fueron disfrazados por algunas circunstancias que los hacían sostenible en el tiempo: algo de alcohol que los desinhibía; alguna escena erótica en una película que los activaba y preparaba para el sexo; un juguete sexual que trabajaba por ellos; o incluso alguna fantasía sexual que en secreto los ponía eróticos en ese momento.

A una pareja desconectada sexualmente, le regalas un juguete sexual y el mismo estará en una gaveta el resto de la relación porque el erotismo no lo da un juguete sino el arte de amarse, conectarse, compenetrarse, seducirse, erotizarse y disfrutarse.

Así que ya saben, ¡a conocerse bien antes de buscar comodines!