Mientras que para algunas personas resulta sencillo responder al estímulo natural de la sed, otros prefieren programar sus ingestas periódicas a lo largo del día utilizando aplicaciones móviles o alarmas. Pero hay quienes me reportan en la consulta de
Food Coaching que “no les gusta tomar agua” o que “no les provoca”. Esta situación hace que muchas personas permanezcan en un ligero cuadro de deshidratación que se perpetúa en el tiempo y puede tener consecuencias a mediano y largo plazo. ¿Cómo podemos mejorar esta situación? A continuación les comparto tres ideas que pueden ayudar a mantenerlos hidratados sin recurrir a los clásicos 8 vasos de agua.
1) Infusiones en frío: Pueden ser de frutas, flores y/o hierbas aromáticas. Basta con colocar en 1 litro de agua trocitos de fruta o sus hierbas favoritas, dejarlo durante toda la noche en la nevera y al día siguiente tendrán una deliciosa fuente de hidratación.
2) Infusiones en caliente: Hay un mito alrededor de la temperatura de las bebidas, sin embargo ninguno tiene base comprobable, así que si para algunos es placentero, preparen su infusión caliente y disfrútenla a lo largo del día.
3) Kombucha: Es una bebida a base de té (verde o negro) fermentado que combinada con otras infusiones se convierte en una magnifica opción para apaciguar una acalorada tarde con amigos.
Si quieren trabajar con más detalle sus necesidades de hidratación y su relación con la comida, estoy a su disposición a través de
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