Ella es venezolana pero sus ancestros sirios, libaneses, iraníes y griegos se reflejan en su oficio: la joyería y las gemas. Georgina Doumat hoy por hoy se ha convertido en un verdadero referente en el mundo de las piedras y la joyería, no solo en Venezuela sino también en otros lugares del mundo.
Ha recibido múltiples reconocimientos desde sus tiempos de directora de Talento Venezolano-Mercado de Diseño, en Caracas, tanto en piezas inéditas para museos como en su línea comercial. Asimismo ha participado en los Salones de las Artes de Fuego en Venezuela.
Este año tan convulso la tomó a mitad de su colección Tepuy, inspirada en la majestuosidad de nuestra geografía, de nuestra naturaleza, con sus oscuridades y transparencias llevadas a la joyería, con piedras naturales como amatistas, ágatas, geodas y cuarzos.
“Las piedras naturales siempre han sido mi inspiración. Adoro las amatistas, así como el cristal de roca, ámbar, granate, jade, jaspe, corales, lapislázuli, perlas, serpentina, esmeralda y turquesa. Estudié Gemología para dedicarme al diseño y creación de joyas originales, totalmente únicas, así como la piedra que empleo en cada pieza: irrepetible”, comenta con entusiasmo.
Se dedica afanosamente a buscar, seleccionar y comprar piedras preciosas y semipreciosas para fabricar sus colecciones. Y como cada piedra es única y diferente, es preciso escoger las que más se ajustan a cada diseño, explica. De allí pasa al proceso de armado, engastado, calado, cincelado y rectificado para finalmente transformarlas en anillos, brazaletes, aretes y collares.
Hace unos años logró culminar el diseño de su taller, un espacio de estilo neobarroco –en su primer ambiente– para alcanzar esa abstracción y comodidad necesarias para crear sus joyas. Del mismo modo, y en un segundo ambiente, se ubica el taller propiamente dicho destinado para diseñar las piezas. Y por último está su “showroom” donde se aprecian las piezas de su línea comercial y que puede ser visitado por clientes y amantes de la joyería.