El buñuelo es una masa de harina que se fríe y que va mezclada con agua, leche, huevo o levadura. Generalmente de sabor dulce, a veces puede llevar un ingrediente salado o simplemente prepararlo “de viento”.
Es una preparación muy antigua de la cocina mediterránea. Catón el Viejo (político, escritor y militar romano) incluyó una receta de buñuelos, con el nombre de "globos", en su libro
De Agri Cultura, escrito en el siglo II a. C. En esa receta se mezclaban harina y queso, se hacían bolas para freír y se untaban con miel y semillas de amapola para servirlos.
En la América precolombina, aztecas y mayas originalmente los hacían con maíz o frijol, y fue en la época de la conquista cuando se empezó a utilizar la harina de trigo.
Los buñuelos forman parte de la gastronomía tradicional de casi todos los países del mundo y es la diversidad de ingredientes utilizados en su preparación lo que les otorga su identidad cultural.
En Colombia, por ejemplo, se suele juntar una medida de queso fresco molido, huevos, almidón de maíz (o maicena) con un poco de almidón de yuca y azúcar. Todos estos ingredientes se mezclan y se fríen hasta dorarlos. En Cuba es costumbre confeccionarlos con la masa de la yuca y en Nicaragua con yuca rallada.
En Perú es una tradición gastronómica que se remonta a los tiempos del virreinato. Generalmente es elaborado a base de harina de trigo, huevo, levadura y mantequilla. Un tipo de buñuelo muy consumido en Lima es conocido como “picarones”: dulces fritos en forma de anillos hechos con masa de harina de trigo mezclada con auyama –o batata– y bañados en miel de papelón aromatizada.
Los “picarones” también son típicos de Chile donde se hacen con auyama y son sumergidos en una mezcla de agua, naranja, canela y papelón. Se les llama “picarones pasados”.
Los buñuelos también son un postre tradicional en Costa Rica, especialmente en las áreas costeras del Pacífico, donde se encuentran como masas fritas de harina, rellenas o bañadas con dulce de leche, papelón, miel de abeja o dulces de frutas.
En México los tradicionales buñuelos tienen forma de rueda y tamaños que van hasta medio metro de ancho. Su preparación incluye miel de papelón y canela. Sin embargo, para la venta son de unos 5 cms de diámetro, generalmente azucarados, no llevan miel ni canela y se pueden servir en chocolate.
En Argentina también se hacen de harina y fritos pero se les suele añadir otros ingredientes como coliflor rebozada y frita o trozos de manzana. En Uruguay pueden ser dulces, rellenos de manzana o banana; o salados, con sesos, lechuga o acelga a los que se agrega queso rallado. En ambos países sirven para acompañar el mate.
En Venezuela se usa una gran variedad de componentes en su elaboración, siendo los más comunes los buñuelos de apio, yuca, batata o auyama. Se hierven los ingredientes hasta que ablanden, se les agrega harina para mayor consistencia, huevos y sal, se fríen en abundante aceite y se sirven bañados de melado de papelón o miel.
El beignet francés (izq.) y el fritule de Croacia son variantes de los conocidos buñuelos
En Francia se conocen como “beignet” y se elaboran con levadura, leche, harina de trigo, mantequilla y huevos. En Estados Unidos se les llama “orejas de elefante”: llevan los mismos ingredientes pero la diferencia es que no se hacen bolitas con la masa sino que se aplanan hasta parecer, precisamente, unas orejas de elefante. Se espolvorean con mucha azúcar y canela.
Estos dulces también son muy típicos en España donde cada región incorpora sus propios ingredientes y su propia tradición, por lo que hay muchos tipos de buñuelos dulces que pueden incluir en su masa papas, batatas, quesos o higos secos.
Los buñuelos de viento se llaman así porque suelen contener dentro grandes burbujas de aire