En los tiempos modernos, este malestar es bastante común durante las consultas psicológicas. A menudo se escucha tanto a hombres como a mujeres quejarse de que su pareja sigue por redes sociales a ciertas personas, averiguando qué tipos de interacción tienen. A mayor interacción mayor preocupación en personas con inseguridad propia y/o desconfianza en su pareja. Ciertamente no podemos meter todos los casos en una misma bolsa y darles el mismo análisis, así que iré por partes.
En casos donde se ha encontrado algún tipo de infidelidad en la relación, es lógico que la desconfianza esté presente si no se ha trabajado en terapia, y en ese sentido es frecuente que la persona insista en la búsqueda comprobatoria de que la infidelidad continúa y protegiéndose para no sufrir.
Entendamos “infidelidad” como un intercambio romántico y/o erótico con una persona que no es la pareja, sin su conocimiento ni consentimiento, por cualquier medio de comunicación. Entonces, si hubo, por ejemplo, un chateo vía redes sociales donde se coqueteaba abiertamente, estaremos hablando de infidelidad. Dentro de las consecuencias de esta encontramos el miedo a que lo vuelva a hacer. Eso hace que la persona que “sufre” la infidelidad no se permita entregarse libremente, sino que se conecta con su pareja desde la duda y la protección. Este miedo hace que se generen interpretaciones erróneas de algunas acciones propiciando que se confunda la realidad con la suposición.
Me explico mejor: veo que le dio “like” a una persona realmente atractiva para mí y automáticamente pienso: “seguro le está coqueteando”. Pero realmente un “like” es solo eso. Puede significar que le gusta la persona, lo que trasmite, la ropa que usa, el lugar en que está, el pensamiento que escribió, los colores de la imagen y hasta el recuerdo propio que nos hizo evocar esa imagen. Con esto quiero señalar que el problema no lo tiene el “like” sino una desconfianza no superada producto de una infidelidad no perdonada. Para perdonarla, muchas veces se tiene que recurrir a la terapia psicológica, individual y en pareja, para dar pasos firmes y superarla sanamente.
Pero cuando realmente no ha habido una infidelidad y una persona se encuentra obsesionada porque su pareja sigue a cierta cantidad de personas que se consideran “tentación” y dedica tiempo a contabilizar los “likes” y en averiguar a cuántas personas está siguiendo con ese mismo perfil, o si alguna persona que sigue le ha seguido de vuelta, entonces estamos hablando de un problema individual de inseguridad ante el vínculo de pareja. Es decir, de bajo amor propio. Porque si realmente se amara no utilizaría su tiempo en revisar de arriba a abajo la cuenta de su pareja, siendo esto algo displacentero, sino que invertiría el tiempo en pasarla bien. La inseguridad se asocia a la dependencia emocional y esto no es un amor sano, porque las personas se vinculan desde el “te necesito” y no desde el “te quiero” a mi lado. Por eso la obsesión gira en torno a la posibilidad de perder el vínculo.
Cierro este planteamiento del día de hoy con una pregunta contundente y reflexiva: si tu pareja le da “likes” a esas personas ¿qué estás dejando de hacer por ti mientras las contabilizas? Ocúpate de ti y si no te sirve esa relación, no tienes que seguir allí. Las parejas sanas son el producto de individuos sanos.
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