Todos necesitamos tener la mente tranquila, positiva y optimista y las emociones serenas y balanceadas para sentirnos en calma. Y es que no depende tanto de que las cosas cambien alrededor de nosotros, como de tomar la decisión de no dejarnos afectar profundamente por ellas.
Hoy elijo ser testigo, observador objetivo de lo que pase, y no protagonista. Voy a evitar ocupar bandos a menos que sea necesario. Permaneceré tranquilo, guardando un poco de distancia con las cosas que ocurran, con la mente abierta, positiva y constructiva para no emitir juicios inmediatos y menos si son negativos. Mantendré mis emociones serenas, y aunque responda a través de ellas a lo que suceda, procuraré no quedar atrapado en ninguna de las que se puedan volver toxicas para mí.
Sí, porque en realidad es una elección, cada uno de nosotros elige como sentirse, como responder o como actuar ante cada situación, solo que no sabíamos que podíamos hacerlo. Y entonces nos dejamos llevar por lo programado, por lo aprendido y por lo que seguimos usando como juicio o parámetro para reaccionar, sin darnos el tiempo suficiente para pensar antes de hacerlo.
Es así como nos repetimos, o más bien como se repiten las mismas situaciones en nuestra vida; con personajes aparentemente distintos pero que actúan de la misma manera, o a través de situaciones aparentemente nuevas pero que en realidad conservan las mismas características o condiciones. De manera que quedamos atrapados en una especie de ciclo de repeticiones del cual solo podremos salir cuando tomemos consciencia de ello y decidamos hacer algo concreto y voluntario para cambiarlo.
En la mayoría de los casos damos más importancia y atención a lo que sucede fuera de nosotros, pensando que de ello depende nuestra felicidad y bienestar, sin darnos cuenta de que en realidad eso depende de todo lo que ocurre permanentemente dentro de nosotros: la dinámica entre los pensamientos, las emociones y los sentimientos y las decisiones y los comportamientos que nos impulsan a actuar, convirtiéndonos en una causa inconsciente de casi todo lo que vivimos.
Por dónde empezar
Practicar la respiración consciente. Cada vez que sientas que pierdes parte de tu tranquilidad por algo vuelve tu atención a la respiración; es decir, hazte consciente del momento que en tomas el aire por la nariz y lo botas por la boca, imaginando que esa tensión que experimentas se libera. Repítela cuantas veces sea necesario hasta recuperar la calma y hacerte cargo de resolver o manejar la situación que enfrentas.
Evitar hacer juicios. Para mantenerte como observador de una situación o circunstancia debes evitar hacer juicios mentales acerca de las personas involucradas. Poner un poco de distancia entre tú y lo que presencias te ayudará a comprender mejor lo que sucede, pues amplías la visión que generalmente se ve afectada por los prejuicios. Busca resaltar primero lo positivo antes que lo negativo, teniendo presente la diversidad y lo responsable que cada uno de nosotros es, aunque la situación sea compartida con otros.
Mantener la mente en el aquí y el ahora. Tal vez este sea uno de los ejercicios más sencillos y profundos que debemos aprender a practicar para transformar y mejorar nuestra dinámica de vida. Si logramos solo por unos minutos mantener nuestra atención en lo que hacemos, sin distraernos, podremos usar todos nuestros talentos, capacidades y conocimientos en beneficio de cada tarea realizada. Lograremos ampliar nuestra visión para ver y reconocer los detalles, los elementos que intervienen, las posibilidades que tenemos y las oportunidades que se presentan.
Además de prestar atención a lo que nos sucede, podremos reconocer y apreciar la presencia de otros en nuestro día a día para conectarnos con ellos y experimentar mejores relaciones a través de la empatía. También podremos evitar que el pasado nos siga afectando o que el futuro nos angustie por todo lo que imaginamos que nos pueda suceder de la peor manera.
La vida está ocurriendo aquí y ahora, vamos a vivirla día a día, aprendiendo de cada experiencia, abiertos a transformarnos y a mejorar nuestro estilo de vida, poniendo nuestra atención y empeño en conseguirlo y en hacer nuestro aporte consciente y positivo al mundo.
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