La pandemia que afrontamos actualmente ha cambiado de la noche a la mañana nuestra vida tanto en el ámbito profesional como personal y familiar. Ser un empresario, líder o colaborador exitoso en medio de este fenómeno demanda de cada uno de nosotros una actitud creativa y positiva hacia los retos y las metas profesionales que se presentan, así como manejar mayores niveles de estrés, enfrentar cambios constantemente en la conducción de los roles y las responsabilidades, resguardando nuestra salud física, emocional, mental y social.
El Covid es algo así como una especie de invitación obligatoria a cuidarnos y reinventarnos en lo personal, laboral, social y familiar.
A ninguno debe sorprendernos como la basura emocional ha asumido un rol protagónico en este proceso, el cual pareciera ser tan fuerte que muchas veces no nos deja dormir, trabajar o disfrutar. Tomar consciencia de cómo la basura emocional merodea activamente por nuestra cabeza no es algo agradable; no obstante, es sano y necesario para cada uno de nosotros.
Muchas veces no nos damos cuenta de cuan sobrecargado está nuestro cerebro de pensamientos y emociones negativas, a las cuales les damos tanto peso que se convierten en una especie de maleta pesada y desagradable. Recordándonos solo las cosas que no salieron bien y bloqueando los recuerdos agradables y fructíferos.
Tomar consciencia de esa basura emocional no es agradable pero es sano y necesario / Foto Depositphotos
Ahora bien, quizás aquí comienzan a surgir en nuestro cerebro las preguntas ¿qué es la basura emocional?, ¿cómo la saco de mi cabeza para que no me siga fastidiando y molestando? La basura son esos trastos inútiles que vamos juntando en una especie de armario que está lleno de desechos o residuos emocionales y que reposan en nuestra cabeza. Muchas veces no nos percatamos de cómo nos bloqueamos o paralizamos cuando recordamos esas situaciones difíciles, agobiantes y/o frustrantes y no estamos conscientes de lo que aprendimos de ellas.
Todas las cosas que nos ocurren tienen su razón de ser, ya sea aprender o felicitarnos. Y recordemos lo que nos decía el científico y poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe: “El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada”.
La buena noticia es que existen múltiples ejercicios que nos ayudan a limpiar nuestra basura emocional, a utilizar las equivocaciones para aprender y continuar adelante. En este artículo les comparto uno de ellos. Le encanta a muchos de los profesionales a quienes he invitado a practicarlos cada vez que se sientan muy agobiados.
Recordemos que la vida es como un ascensor, a veces las cosas salen excelentemente bien, haciéndonos sentir que vamos hacia arriba pues somos los mejores líderes profesionales de nuestra empresa, pero otras sentimos que el elevador va en caída libre pues los planes y los retos que nos han encomendado no están saliendo tan bien como esperábamos y habíamos planificado. Pero la buena noticia es que eso es normal y nos pasa a todos. Lo importante es aprender de lo que no salió bien, tener una mente abierta, limpia y despejada.
A continuación les comparto una herramienta para que limpien su basura emocional cada que vez que se sientan agobiados, angustiados o bloqueados. ¡Anímense a practicarla cada vez que lo necesiten!
Una herramienta apropiada
“Es la combinación entre el talento razonable y la capacidad de perseverar ante el fracaso lo que conduce al éxito”, Daniel Goleman.
- Ten a la mano papel, lápiz y cronómetro y siéntate en un lugar donde puedas estar solo.
- Trae a tu mente por un minuto una situación laboral difícil, desagradable, en la que te sentiste frustrado.
- Luego presta atención a tres respiraciones.
- Pon el cronómetro en tres minutos para hacer el conteo del tiempo.
- Comienza a escribir sin parar ni un solo segundo:
- “Lo que siento en este momento es________________”.
- Es decir sin pensar, escribe lo que sientes. Por ejemplo:
- “Lo que siento en este momento es rabia”
- “Lo que siento en este momento es frustración”
- “Lo que siento en este momento es fastidio”.
- Si en algún momento no sientes nada solo escribe:
- “No siento nada en este momento”,
- “No siento nada en este momento”,…., hasta que vuelvas a sentir y continúa escribiendo:
- “Lo que siento en este momento es”…, hasta que suene el cronómetro.
- Cuando termines lee lo que escribiste y piensa en cómo te sientes. Luego rompe y bota el papel.
La finalidad de este ejercicio es estar consciente de los aprendizajes que nos brindan esas situaciones de frustración laboral, continuar adelante enriqueciendo la flexibilidad, creatividad y productividad y no dejar que la basura emocional afecte el trabajo, la salud y el bienestar.
Zoramar Oviedo Gallo es consultora en Mindfulness personal y corporativo y profesora del IESA y de la Universidad Metropolitana
Twitter: @zoraoviedo /
Instagram @zoramaroviedo