Padre Arturo Peraza
Rector de la Universidad Católica Andrés Bello: “La Universidad busca ser un oasis que refleje lo que podemos hacer como nación y lo que podríamos desarrollar con el tiempo”
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La marca aspiracional de la Universidad se encuentra en implementar nuevas herramientas, espacios, áreas, métodos y propuestas de estudio que coexisten e interactúan con el modelo clásico de Academia que conocemos; con el fin de dar lugar a un universo de intercambios profundamente enriquecedores


La Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), o “La Colmena”, ha sido cuna de sueños profesionales durante setenta años. Es un lugar de prestigio y de altos estándares, cuyo objetivo es dirigirse hacia la excelencia, sin dejar de lado los procesos internos que incentivan a los jóvenes a brindarle al mundo lo mejor de sí mismos, y, por supuesto, su calidad como egresados ucabistas.

El padre, Arturo Peraza, quien está al frente de la Universidad, ejerciendo sus funciones como rector de la misma, es oriundo de la ciudad de Caracas. Hijo de padre margariteño y madre tachirense. Estudió en el Colegio San Ignacio de Loyola. Posteriormente inició sus estudios de Derecho en la UCAB. Sin embargo, durante su primer año, asumió el compromiso de entrar a la Compañía de Jesús.

“Esa decisión estuvo vinculada a la experiencia de trabajar como voluntario en el sistema penitenciario, impulsado por el padre Luis María Olaso, que en aquella época era decano de la Universidad en Derecho”, relató.

Después de un bienio de preparación espiritual dentro de la Compañía de Jesús, regresa a su alma mater a estudiar Filosofía. Tres años después, dio sus primeros pasos en la docencia en el Colegio Loyola-Gumilla, en Puerto Ordaz, para más adelante retomar sus estudios de Derecho, egresando de la UCAB en el año 1995.

“Casi inmediatamente pasé a ser docente en Derechos Humanos en la Universidad. Empiezo a enseñar sobre esto porque durante todo ese período seguí trabajando en el mundo penitenciario”, explicó.

Su trayectoria lo llevó a realizar un doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad Central de Venezuela, con temática centrada en el concepto de la “democracia participativa", que era entonces una preocupación importante, dado que la Constitución estaba innovando en torno a esto.

Fue director de la revista SIC del Centro Gumilla durante tres años. En el 2010 es nombrado provincial de la Compañía de Jesús, lo que le condujo a asumir diferentes responsabilidades que involucran a la UCAB, incluyendo la extensión de Guayana, la Universidad Católica del Táchira, Fe y Alegría, diferentes colegios, un conjunto de parroquias y el Centro Gumilla. “En su momento, yo nombré al padre José Virtuoso como rector de esta Universidad, a cambio del padre Luis Ugalde”, agregó.

Cerrado ese período de casi más de seis años de provincial, se trasladó a la Universidad Católica en la extensión Guayana, donde desempeñó el papel de vicerrector, y en paralelo llevaba el rectorado del Colegio Loyola-Gumilla de Puerto Ordaz. “Iba a llegar a seis años en el cargo. Lamentablemente, el fallecimiento del padre Virtuoso forzó la barra, porque si hubiese sido por mí, seguiría felizmente en ese contexto”, explicó.

Lo que nos lleva al presente, en el cual está dedicando todos sus esfuerzos para continuar adelante con el legado de la UCAB para Venezuela.

Si tuviéramos que hablar, en líneas generales, sobre la educación en Venezuela, ¿qué nos podría decir? ¿Se puede hablar de “involución”, “evolución” o, incluso, ambas realidades enfrentadas? ¿Cuál es su opinión?

— Yo siento que la educación venezolana en este momento está en una crisis muy importante e innegable, debido a un conjunto de problemáticas.

El envejecimiento del grupo que está al frente de los procesos educativos, sin lograr los relevos necesarios. El salario. El desmantelamiento de la educación pública, que es fundamental para que pueda haber acceso a la preparación, refiriéndonos a la educación primaria y educación media. El abandono a partir de los dieciséis años de un porcentaje muy alto de jóvenes, especialmente en zonas populares, que redunda en el agravamiento de las condiciones de pobreza en Venezuela.

Tenemos presente la preocupación sobre la calidad de la educación, ya que las habilidades de lenguaje y matemática tienen serios y graves problemas. Recientemente, la ciudadana Ministra de Educación dio unas cifras en la Universidad que evidencian esta realidad con números muy alarmantes en la primaria venezolana. En términos de no saber ecuaciones básicas, ni leer, ni escribir.

Esto nos obliga, como ciudadanos, a plantearnos cómo podemos ayudar, porque el problema no es meramente político-partidista. Sería un error hacer la asunción de dicha situación desde esa perspectiva. Es tener presente que hay una realidad de proyecto país que nos toca afrontar como sociedad, más allá de las diferencias políticas que puedan existir.

La verdad sea dicha, hay que orientarse hacia la evolución en cuanto al proceso pedagógico, motivada por el nuevo modelo de generación joven que tenemos en la actualidad. Cosa que siento que la escuela no está logrando hacer.

La base tecnológica podría garantizar un acceso a la educación mucho más económico, directo y amigable. Creo que los cuerpos docentes que hoy tenemos delante no se familiarizan ni se adaptan fácilmente al universo de oportunidades que esta les puede brindar. Quizás por miedo y por la ausencia de capacitación para el manejo de la misma.

Tomando en cuenta la existencia de un número importante de jóvenes que tienen un mínimo de conectividad a través de los celulares, lo cual les permitiría acceder a modelos educativos que, por lo menos, podrían suplir parte de las carencias que estoy citando.

Entendiendo todo lo planteado en su respuesta anterior, ¿qué ha propuesto la Universidad para subsanar el déficit educativo, o las problemáticas internas que hayan sido identificadas en su momento, tanto para compensarlas, como para diversificar la oferta de estudios?

— Estamos en un período de transición. Esto significa que se mantiene un modelo clásico, el cual probablemente pervivirá durante un largo tiempo. Me refiero a las carreras que ya conocemos, que poseen su malla curricular establecida, en la que figuran las materias a cursar para obtener, supuestamente, la capacitación que permite el ejercicio de alguna actividad, ya sea la Comunicación Social, el Derecho, la Ingeniería, por mencionar algunas.

Sin embargo, en simultáneo, eso está conviviendo con otros modelos. La juventud, cada vez en mayor medida, demanda cursos cortos, con habilitadores rápidos, que faciliten capacitaciones para insertarse en el mercado. Y además, la posibilidad de que sea el mismo joven quien determine cuáles son esas habilitaciones que considera que necesita en el momento.

Esto genera una tensión entre las dos cosas y no es tan fácil como afirmar que una es buena y la otra es mala. A mi parecer, es algo sano porque conlleva a este proceso.

Por consiguiente, ofrecemos los programas de Academia o los diplomados en el Centro Internacional de Actualización Profesional (CIAP-UCAB), que se han abierto incluso a jóvenes de bachillerato y a personas no profesionalizadas. Hemos entendido que este es un camino para facilitar habilidades y competencias, contemplando las diferentes maneras de estudiar: sea en modo presencial, virtual, semivirtual o cualquier modalidad.

Todos estos proyectos son convenios. Este es el accionar de forma inteligente, profundizó.

Academia de Gastronomía junto con Automercados Plaza’s

— Es un ejercicio interesante combinar habilidades y oficios, con conocimientos de cultura, historia, administración, gerencia y gestión.

A través de esto, se compone un universo de cosas que hacen de esta Academia un lugar en donde el trabajo ya no es simplemente aprender en términos prácticos de la cocina; sino que se propone el entendimiento del contexto cultural en el que esa comida se está preparando, cuál es su historia, qué culturas se están manifestando, qué sensaciones y sensibilidades se están creando.

Por tanto, es necesario entender de filosofía, antropología, cultura general y, además, cómo manejar una despensa, cómo gestionar finanzas, cómo emprender. Estamos hablando de áreas administrativas, además de usar el cuchillo (se rió).

Academia de Diseño junto con Prodiseño

Desde 1990, Prodiseño se ha consolidado como una escuela de referencia en la capacitación de comunicadores visuales en el país.

— Abrimos cinco unidades temáticas, que van desde el Diseño Gráfico, Diseño Industrial, Diseño de Interiores, Diseño e Innovación Social y Diseño de Experiencias Digitales.

El objetivo es promover una formación actualizada en estas áreas que cada vez se vuelven más necesarias en la sociedad que estamos viviendo, debido a que a través de los signos y elementos visuales se componen mensajes que crean una comunicación inmediata, generando conexiones que apuntan a la cercanía.

De esta manera, el joven no está obligado a cursar una mención y volver a ver una malla dura de materias, sino que él puede componer, desde las distintas mallas contempladas en las unidades de la Academia de Diseño, cosas que le ayuden a crear su plan de estudios, según lo que él requiere o prefiere certificar.

Puede estudiar, si quiere, cinco años de diseño, o un año, o seis meses… Es decir, él mismo determina qué tan lejos quiere llegar o cuánto necesita aprender. Ya que en estas áreas las actualizaciones se vuelven cada vez más necesarias. Siempre aparece una nueva tecnología que exige adaptaciones en los procesos de formación.

En síntesis, entendemos que “el estudiante quisiera ser, cada vez más, sujeto del proceso de construcción de la malla, que objeto de una malla que ya está construida previamente y que debería ser guiado por ella”.

En este momento no es solamente mantenerse actualizado. Sería imposible estar vigente en todas las áreas si no se hace un trabajo constante para renovarse a través de cursos y talleres que permitan entender los cambios que están ocurriendo en la realidad.

Academia de Moda

— Dirigida por una modista de primer orden. Está sumamente conectada con el arte. Aquí no se entiende la moda como coser únicamente. Su concepto está vinculado a la cultura, al momento social y a la individualidad del modisto que quiere expresar algo sobre sí mismo, sobre su tiempo y su circunstancia.

Por eso, se realizan múltiples exposiciones, en las cuales tratan de plasmar en obras de arte lo que ellos quisieran transmitir y cómo eso se transforma en un elemento de la moda, que se constituye en un vestido.

Academia de e-Sports y Artes Digitales con SimpleTV

— Es la más disruptiva de todas las Academias que hemos inaugurado. Es como entrar a una zona aeroespacial. Cuenta con una arena, en la cual los equipos juegan unos contra otros y existen dos personas que se encargan de la narración deportiva.

La forma de lograr esto es con la creación de un equipo interdisciplinario que favorece el desarrollo de diferentes temas que deben coexistir y funcionar como un todo. Por eso fomentamos conexiones entre las diferentes escuelas. Entre ellas figura la de Comunicación Social, los estudiantes de Informática que trabajan en el desarrollo de los juegos y su programación; y también la escuela de Letras, porque todo juego tiene un storytelling.

Todo esto se traduce como un mecanismo de investigación de la Universidad sobre la base de la docencia. Estamos explorando, porque creo que le estamos hablando a los jóvenes del siglo XXI y estamos dejando que ellos nos respondan para evaluar lo que sucede en cada escenario.

Nada de lo que hemos hablado se encuentra en otra Universidad. Lo más interesante es que lo expuesto anteriormente está interactuando de múltiples maneras con la Academia normal, generando diálogos, oportunidades y conocimientos que creo que van a ser profundamente enriquecedores. Allí está la marca aspiracional de la Universidad.

Por otro lado, abrimos nuevamente la escuela de Arquitectura, la cual estuvo mucho tiempo sin funcionar. Le hemos puesto una cantidad de laboratorios con un desarrollo tecnológico muy interesante.

Muchas carreras se están expandiendo en la línea de las materias electivas, lo que le ofrece al universitario la oportunidad de diversificar sus conocimientos al tomar la opción de estudiar ramos que no tienen que ser propios de su carrera.

¿Cómo entra el Magis en todo esto que estamos conversando?

— Es algo inherente a la filosofía de Ignacio de Loyola. Lo primero que hay que entender es que el Magis no es algo comparativo con los demás. Es una comparación contigo mismo. Nace de una autoconciencia de tus potencialidades, las cuales vives tan agradecidamente, que te inspiran a brindar lo mejor de ti como sentido de servicio. Es una dinámica interior. Y creo que de allí sale la palabra “calidad” fundamentalmente en la Universidad.

La calidad se entiende como una marca del modo de servir y de hacer las cosas porque estás enamorado de lo que tienes entre manos. Esto se relaciona con el proyecto país que se tenga en mente y con la sociedad en la que se quisiera vivir. En el fondo, la Universidad busca ser un oasis que refleje lo que podemos hacer como nación y lo que podríamos desarrollar en el tiempo.

Es por esto que en el tema Magis se debe incluir el compromiso social como un elemento existencial del mismo. Si no, sería un acto del ego y eso sería fatal. Daría lugar a una deformación terrible de lo que propone este valor. La autoglorificación es el punto contrario de lo que la espiritualidad ignaciana habla.

¿Puede darle un mensaje a los estudiantes y egresados sobre la importancia de fomentar la educación?

— Como he estado hablando de la transición, tendría que decir que Venezuela también está en una etapa transicional que nos puede llevar a distintas direcciones. Por ejemplo: conducirnos al desarrollo de una sociedad que se vuelve emprendedora y capaz de producir su propia riqueza. Entendiendo que la riqueza está en las competencias, en la capacidad de su población y en el trabajo.

Nosotros no tenemos ninguna tara antropológica y no tenemos por qué sentirnos menos, incapaces, o imposibilitados de desarrollar este mismo país.

Yo les insistiría en que este tiempo de formación es útil, porque ustedes van a vivir la transición entre esta “sociedad A”, que está pasando por muchas cosas y se está muriendo (pero no lo acepta para cambiar), y la “sociedad B”, que está surgiendo y tiene elementos y dimensiones, desde los sectores más populares, hasta los sectores de clase media, pasando por un montón de jóvenes que están creando e innovando y que no están dispuestos a tolerar que les digan qué es lo que hay que hacer.

Mi mensaje para la generación de hoy es: “Véanse hacia adelante. No perciban el presente como determinante de la historia, porque no lo es. Hay que apostar por las convicciones de fe de lo que han adquirido y por lo que sienten que deben hacer en el futuro; que tiene que ver con esta diversificación, la creatividad, las posibilidades de generar sus propias oportunidades de cursos, de aprendizajes, la apertura internacional. Ese es el camino hacia el futuro y hay que labrarlo porque nadie dijo que iba a ser fácil”.



Epígrafes:

“El estudiante quisiera ser, cada vez más, sujeto del proceso de construcción de la malla, que objeto de una malla que ya está construida previamente y que debería ser guiado por ella”

“La calidad se entiende como una marca del modo de servir y de hacer las cosas porque estás enamorado de lo que tienes entre manos”