En 2019 fue lanzado en español mi libro La gráfica: una industria en transformación, considerado por Conlatingraf como de lectura obligatoria por los empresarios gráficos de América Latina.
No sé, de verdad, si es una lectura obligatoria, pero, al largo de los último años, he presentado las ideas que están en el libro y discutido con diferentes audiencias en muchos países de la región y siempre con muy buena recepción y con un de acuerdo con lo presentado. Y, por supuesto, que, pasado el tiempo, voy añadiendo los cambios y la evolución que la tecnología y el entorno traen a nuestra industria y como eso la afecta.
Reviso acá entonces las ideas principales que están en el libro y para donde entiendo que camina la industria.
La industria gráfica vive todavía el impacto de por lo menos tres olas del mundo digital, según una feliz caracterización de mis amigos Dr. Joe Webb y Richard Romano. Una a cada diez años, desde la del 1998 cuando efectivamente la internet empezó a esparcirse por el mundo. La del 2008 cuando empezaran a crecer los medios sociales y hoy terriblemente dominantes como el Facebook, Youtube, X (Twitter), Instagram y otros. La del 2018 cuando empezaran a crecer las tecnologías con base en la Inteligencia Artificial, la internet de las cosas, la expansión de los smartphones, el 5G, las producciones autónomas e interconectadas y tantas otras. Y, posiblemente, el 2022 sea otra ola con la IA Generativa.
Bien, en cada una de esas olas, una parte de los productos impresos fue sustituida por equivalentes digitales. Muchos productos tradicionales como directorios, boletos aéreos, facturas e impresos editoriales desaparecieran o disminuirán de volumen. De ponto muchos profetizaron que la impresión estaba muerta. Lo que se comprobó que no, que productos que no tienen sustitución equivalente por el digital, como los empaques, siguen firmes y fuertes. Y muchos otros que las personas los prefieren analógicos, físicos, tocables, con olores, y visualmente agradables. Incluso los libros en papel que crecieran en consumo durante la pandemia.
Pero, más que el tema de la sustitución de productos impresos por equivalentes digitales y el tema tecnológico, es que el entorno social, demográfico, comportamental de las personas y, en especial, de las nuevas generaciones, ha obligado y sigue obligando, en una velocidad exponencial, que las empresas cambien para adaptarse.
Eses cambios exigen que las empresas aprendan y sepan usar la tecnología digital a su favor. Aprendan a llevarla hacia adentro de sus negocios y les permitan que sean más productivas y conectadas a sus mercados, a sus clientes.
Esa es la base del libro, además porque él es una compilación de varios artículos que yo escribí desde el 2012 y les aseguro que muchos empresarios gráficos en ese periodo no daban la debida - o ninguna- atención al mundo digital y de cómo el crecimiento de la comunicación digital iba a herir sus negocios.
Más que eso, yo dibujé una hoja de ruta para la industria basada en 6 pilares: 1) La digitalización y Print 4.0: que es la transformación digital de los procesos y la adaptación a la industria 4.0 dentro de la gráfica. 2) el mercado de conversión: empaques y etiquetas, su importancia y crecimiento. 3) el mercado de la impresión de las cosas: todo lo que refiere a impresión en otros materiales más allá del papel, más las variaciones de la comunicación visual y el crecimiento de la impresión industrial, la usada por industrias dentro de sus procesos como la de muebles, vidrio, textiles, electrónica y muchas otras. También la impresión 3D, aunque sea una producción aditiva de materiales más que impresión. Y la gama de productos especiales hechos a la medida, con participación directa del consumidor. 4) la sustentabilidad – con la revaloración del papel y la economía circular. 5) la personalización: producción de materiales no solamente con el nombre de las personas sino las producciones para grupos específicos de consumidores y nichos de consumo 6) Servicios avanzados: nuevos modelos de negocio en donde el desarrollo de servicios que sustituyan o bajen costos de los procesos de los clientes es una clave para una facturación adicional importante incrementando la utilidad.
Lo más placentero es ver, pasado algunos años, que esas tendencias no solamente se confirmaran, si no, que se aceleraran. Algunas de forma brutal, como la de transformación digital, en especial durante la pandemia, además ahora con la masiva aplicación de la Inteligencia Artificial en los equipamientos y los procesos gráficos. Así como el tema de la sustentabilidad que ha ganado una enorme fuerza y será todavía más importante en los próximos años.
Hay otro pilar que yo lo añadí más recién que es el tema del talento humano. O sea, como atraer más personas para la industria, en especial los jóvenes, y como involucrarlos en la visión de la empresa. Bombardeados con la propaganda falsa contra la impresión como un producto no sustentable, sin futuro, lo que hace que muchos de ellos no quieren meterse en ella. Pocos saben que es una industria cada vez más de uso intensivo de la tecnología y que trae oportunidades interesantes.
Hay otro punto fundamental sea para la adaptación de las empresas, así como para su supervivencia. Que es la necesidad del cambio de mentalidad de los dueños delante de este nuevo mundo. No hay como mantenerse como siempre fuimos o como siempre hicimos las cosas delante del cambio de nuestros clientes y de los consumidores.
Hoy, más que nunca, entender quién es el cliente y su mercado, como comunicarse con él, como integrarse a él para entender sus reales necesidades, es un requisito fundamental para mantenerse en el mercado. Ya no podemos vender solamente de la manera tradicional, así como no podemos atender y producir para los clientes de la manera tradicional.
Con toda la revolución en las comunicaciones, en el mercadeo, en la forma de contactar y retener clientes, en responsabilizarse por el antes y el después de la venta, son factores fundamentales para que una empresa gráfica pueda mantenerse en un lugar relevante. Así como los materiales impresos en un mundo digitalizado.
Hay un futuro cierto para la industria de impresión, que la considero más amplia que la denominación de industria gráfica. Hoy se puede imprimir el mundo, literalmente. Pero hay que pensar de forma abierta y con herramientas digitales que permitan potencializar los productos impresos.
De ser así, deseo por lo menos otros 80 años más a AIAG y a los impresores de Venezuela. Felicitaciones.