Eric Holczer - “LA GESTIÓN DEL COLOR, MÁS QUE UN ARTE, ES UNA CIENCIA”
Comprendiendo el color, a través de la exactitud de lo que se puede cuantificar, la importancia de los perfiles y el espacio colorimétrico Lab, dejando de lado la subjetividad y las percepciones individuales
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POR VIVIANA TADDEO / FOTOS: CESAR PALACIO

“Una vez que te ubicas dentro del espacio Lab te das cuenta de lo vital que es”

Estudió Administración en Estados Unidos. Regresó a Venezuela para trabajar en el negocio familiar, Dinarica, una empresa dedicada a la venta de maquinaria de Artes Gráficas, y se ha especializado en áreas como: control de calidad, gestión del color y procesos de preprensa. Lo mueve profundamente el mundo de la gestión de color.

“Actualmente, vendemos equipos y asesoramos a empresas como: Editorial Arte, Gráficas Acea, Editorial Metrópolis, Editorial Primavera, Post Graphic. Los ayudamos en los procesos de calibración de sus equipos y de pruebas de color, control de procesos a través del tiempo y también hacemos la venta de los equipos de medición de color”, detalló. Inicios y perspectiva “Descubrí que la gestión de color era una ciencia, no un arte. El color se puede cuantificar, convertir en números y medir. Me di cuenta de que la mayoría de las empresas no implementan procesos. Más del 90% de las empresas en Venezuela no tienen equipos de medición de color; y del 10% que los tiene, tal vez la mitad no sabe utilizarlos correctamente. Me he abocado a dar cursos y entrenamientos en Venezuela y a nivel internacional; abarcando la litografía, impresión digital, textil, por tóner e impresión de gran formato.

He dado más de 100 cursos a nivel mundial. Lamentablemente, no hay muchos expertos en este tema, tanto a nivel nacional, como internacional. Aunque afuera hay más, pero también hay diferentes tendencias sobre los procesos de calibración y las formas de llevarlos a cabo”.

¿Cómo es la vida de un asesor y proveedor de servicios dentro de la industria gráfica?

Mi papá siempre me decía: “No hagas lo que los demás están haciendo; ve lo que no hacen, y hazlo tú”. Me di cuenta de que el mundo le temía a la gestión del color. Cuando entré a la empresa, vendíamos equipos de impresión, pruebas de color, equipos de medición de color, etcétera; pero la igualación de color era una aventura. No sabíamos utilizar las herramientas que teníamos. La gestión de color sirve para ser más eficiente y efectivo, llegar a resultados más rápidos y ahorrar dinero. El descubrimiento de su verdad en el mundo de la gestión del color.

Fui a Holanda a un entrenamiento con DuPont (para la época eran amos y señores en pruebas de color analógicas y digitales) y regresé un poco decepcionado porque pensé que me enseñarían a perfilar y a hacer caracterizaciones, y no fue así. Compré un sistema de demostración. DuPont tenía dos líneas, una de alta gama, y la DuPont Color Station, de baja gama. Me encerré hasta que descifré mi verdad. Mandé hacer un cromalín con una serie de elementos para poder tener una caracterización y mi tarea era tratar, en la impresora Epson, de igualar ese cromalín. Compré espectrofotómetros, softwares, hicimos una inversión importante, sumado al tiempo que le tuve que dedicar, hasta que descubrí mi versión. Conseguí una fórmula con la cual podía calibrar esas impresoras.

Tuvimos bastante éxito vendiendo las pruebas de DuPont hasta que salió del mercado.

¿Cuáles son los aspectos técnicos importantes de su trabajo?

La idea es que diversas impresoras puedan reproducir lo mismo. A cada máquina se le hace un perfil personalizado. Hoy te diría que el 90% de la industria, por lo que he visto en Estados Unidos y en las Américas, no usan perfiles personalizados y sufren mucho con la reproducción del color.

Para litografía comercial se estandariza a la norma 12647-2 y es un proceso de calibración que luego te permite utilizar un perfil estándar como el Fogra 39L o PSO 51 para papel glasé, por ejemplo. Mientras que en otros procesos se caracteriza y se generan los Perfiles ICC (International Color Consortium, un grupo creado a principios de los 90 para generar un formato de comunicación de color universal, como lo son los perfiles ICC). Un perfil es un archivo que describe el comportamiento de una impresora. Para generarlo se imprime una serie de parches, que puede ir desde 500, hasta 6.000 parches, siendo 300 el mínimo. El corazón de la gestión de color es un espacio de color que se llama “Lab”, el cual se conoce como “independiente de dispositivos”. Mientras que CMYK y RGB son espacios dependientes de dispositivos. Esto significa que, si mandas los mismos valores CMYK a dos impresoras distintas, aunque estén calibradas, no obtendrás el mismo resultado.

Para poder obtener el mismo color en dos impresoras distintas, debes tener dos combinaciones distintas.

¿Qué significa Lab?

Lab: Luminosidad. Rojo-verde, azul-amarillo. En el gráfico, “L” es luminosidad. “L0” es negro, “L100” es blanco. “a+” es rojo (o más bien, magenta), “a-” es verde, “b+” es amarillo y “b-” es azul. Es una teoría de opuestos. Con estas coordenadas, Lab puede representar cualquier color dentro de ese gráfico de tres dimensiones. Asimismo, predecir si se puede llegar a un color determinado y con qué precisión se puede alcanzar. Una vez que tenemos la información de un perfil, sabemos exactamente cómo un equipo reproduce color, qué límite tiene y qué combinación se requiere para lograr un color en un equipo determinado. Todo es cuantificable. El espacio Lab es el “espacio de conexión de perfiles” y lo que te dice de qué color es en realidad cualquier objeto, es el valor Lab.

Si se calibra el monitor, cámara e impresora, puedes lograr color calibrado de origen a destino, sin necesidad de hacer muchos retoques. Es un proceso científico. La idea es que todo salga bien a la primera, para garantizar mayor eficiencia.

Hay dos espacios: Lab y LCH, que están entrelazados. LCH: L es luz, C es croma (la distancia la distancia del gris) y H es hue (matiz) que va desde 0° en el rojo, 90° amarillo, 180° verde, 270° azul. Por el ángulo puedes saber a qué color pertenece un tono que hayas medido. Por ejemplo, si tienes 359°, sabes que es un magenta, si tienes 270°, es azul. (Ver gráfico). La ventaja que tiene el LCH es que te dice el croma (entendido como saturación). La gente piensa que entre más tinta se pone, se tiene más saturación y eso no es cierto.

Muchas veces la máxima saturación no está en la máxima densidad. Esos espacios colorimétricos son el corazón de todo porque atan lo que ves en pantalla, con el contenido del archivo y lo que estás imprimiendo.

Una experiencia relacionada para entender la importancia de esta ciencia.

Un cliente en Costa Rica, que me ha contratado varias veces para darle cursos a una empresa que se llama Color Visión, me mandó una carta hace varios años que decía que, gracias a la implementación de la gerencia del color, su empresa registraba hasta el momento una efectividad del 100% y que no dejaban de asombrarse al comprobar la correspondencia de los colores de la producción con las pruebas. Mucha gente tiene sus equipos y no está satisfecha con los resultados y se debe a que no tienen los procesos de calibración correctos ni el conocimiento.

Conclusiones

La idea de esto es que cada cliente e imprenta debería tener sus propios equipos y ellos mismos hacer sus procesos de calibración, sin depender de un tercero. Asimismo, las imprentas deberían tener sus herramientas de medición y un entrenamiento básico para poder controlar su color dentro de la empresa. El objetivo es que puedas, a corto plazo, recuperar esa inversión con los ahorros que vas a tener en materia prima (tiempo, tintas y trabajos devueltos). La idea es que nadie pueda imprimir mejor que tú.

¿Qué papel adquiere la colorimetría en los procesos de impresión?

La colorimetría básicamente es el corazón de la gestión del color y es importantísima para todos los procesos de impresión. Si tienes el espectrofotómetro (un equipo que mide la curva espectral del color), puedes medir tus valores colorimétricos y asegurarte de que lo que tiene tu archivo digital se está reproduciendo en la impresión. También te permite medir la prueba de color y verificar que esté saliendo igual que el impreso. La importancia de la colorimetría se aplica al mercado actual de la siguiente manera: si implementas tecnología, vas a ahorrar dinero, podrás llegar más rápido al color y tendrás clientes más contentos.

¿Cómo ve el futuro de la industria gráfica y su relación con la tecnología?

Cada vez se imprimen menos libros y revistas, aunque todavía hay un mercado para eso. Veo que el mercado del empaque sigue creciendo y creo que la litografía va a existir por mucho tiempo, porque todo lo que es medicamentos y alimentos se sigue imprimiendo en litografía por temas de velocidad, y la impresión digital no va a llegar a la velocidad de la impresión litográfica por mucho tiempo. Creo que a lo que es litografía y flexografía le queda mucha vida, pero tienen que reinventarse, ser más eficientes y más competitivos. La tecnología de medición puede ayudar en esto. Con las herramientas, los softwares y el conocimiento, el cielo es el límite.

“No tener un espectrofotómetro en un taller es como no tener una balanza en una charcutería”

Un consejo para la industria: “Recomendaría que busquen preparar al personal, de forma que tengan el nivel y la educación; no solamente a nivel de gestión de color, sino en todos los aspectos. Aprender a compaginar elementos para que todo trabaje de forma congruente”