De La Bitácora Al Anecdotario
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De La Bitácora Al Anecdotario
Por Ramón S. Burgos I.


Caracas. 28 de agosto de 2023. Alguna vez, en una conversación de barra, frente a un par de bebidas espirituosas mi amigo José Salazar (alías Chicho) me comentó que Izcaragua era un nombre de bitácora.

Lleno de curiosidad ante tal aseveración, le digo: “Chicho echa ese cuento, porque la versión que yo tengo es otra” e inmediatamente se despepita el hombre a contar.

Chicho: “Sí, en efecto, Izcaragua es un nombre de bitácora, tal como lo es Montevideo ¿o es que tú crees que a esa ciudad le pusieron el nombre en 1.796 cuando se proyectaban videos en sus montes?”

Claramente imperaron las risas, pero me debían la explicación.

Le digo: “…aja Chicho ¿y entonces?”

Chicho: “Un nombre de bitácora responde a una anotación cartográfica, en el caso de Montevideo, por ejemplo, se refiere al MONTE VI (6 en números romanos) D (de) E (este) O (oeste), es decir, su ubicación responde al Sexto Monte de Este a Oeste tomando como el primer monte el de Las Ánimas recorrido por Magallanes.

Y en el caso del IZCARAGUA…”


Y yo: “por fin…”

Chicho: Izcaragua se refiere a la primera naciente de agua a la Izquierda de Caracas a Guarenas; y es que los nombres de Bitácora tenían no solo la utilidad cartográfica, sino para encontrar las nacientes de agua en tierras vírgenes donde no había sistemas de agua ni carreteras.

Tal explicación me resultó tan lógica como verosímil y, sea o no un nombre proveniente de una anotación cartográfica, lo cierto es que la emoción que nos invade al dirigirnos al Club Izcaragua, más que por la necesidad de encontrar agua, es por encontrarnos en nuestro refugio, para todo lo que nos encanta hacer (golf, tenis, ecuestre, esparcirnos y compartir).


Esa emoción comienza mucho antes del Distribuidor Metropolitano, donde la inminencia de nuestra llegada al club es definitiva y cuya ruta ya está marcada en nuestro GPS emocional.

Es así, todos y cada uno de los socios tenemos un “cuaderno de Bitácora” personalísimo, respecto a cada cosa vivida en el club, desde las anécdotas en la cancha de golf (donde las cosas más increíbles no se pueden anotar en la Tarjeta de Score), hasta los cuentos de compadrazgo, que surgen de espontaneo en el Trapiche, cada vez que nos reunimos entre socios para simplemente disfrutar de la familia ampliada.

Hoy por hoy, no necesitamos de un Sextante y tanto menos de “Google Maps” para llegar al club.
Estoy claro que, si estás leyendo esto es porque podrías llegar con los ojos cerrados. Ahora bien, como todo “viaje” la emoción comienza desde mucho antes de tan siquiera comenzar la travesía, el ritual del día anterior para llenar el maletín de cambio, dejar la ropa lista, bien sea para llegar a tiempo para el Tee Time que se reservó cómodamente desde la aplicación o bien para las partidas de tenis que están programadas o para pasar el día de descanso en la piscina, solo para ser atendidos en un merecido día de esparcimiento.

Boom, suena el despertador y saltar de la cama son dos actos casi simultáneos; preparar la primera taza de café humeante, cambiarse de ropa y estar listo para salir, es un momento increíble que mucha gente no entendería para un domingo a las 6:00 am, pero sí un socio del Izcaragua Country Club.

Encender el carro e iniciar un recorrido sin brújula, por 15, 20 o 25 minutos, dependiendo desde dónde salgas, tienen su recompensa cuando a los 10 minutos bajando a Guarenas tomas el sobreancho a la derecha, luego de la Bomba de Gasolina, y al pasar por debajo de la autopista, se ve triunfante el arco de la primera entrada que dice “Izcaragua Country Club” y, como si estuviéramos entrando en otra dimensión, un túnel vegetal nos llena de regocijo, porque sabemos que hemos llegado a ese remanso de paz que, además de ser la primera naciente de agua a la Izquierda, de Caracas a Guarenas, es el lugar donde gozamos de un manantial de amistades, compartimos con familias de valores, abrazamos la hermandad, la camaradería, vivimos la buena comida, la buena bebida, la excelente atención y un futuro lleno de buenas anécdotas que de seguro estarán en cada una de nuestras Bitácoras.

Y tú ¿Ya tienes esa anécdota que valga la pena anotar en tu bitácora del Iz-Cara-Gua?