Por Martha C. Sulbarán-Herrera
Coordinadora de la Eco Ruta IZCC - Med. Vet.
El Parque Nacional Waraira Repano, conocido cariñosamente como “El Ávila”, cuenta con una extensión de 85.192 ha., y contrariamente a la canción escrita por el cantautor Ilan Chester, va mucho más allá de “Petare rumbo a la Pastora”.
El parque se extiende a lo largo del ramal litoral de la cordillera de la costa, constituyendo el área montañosa entre el Mar Caribe y los Valles de Caracas, Guatire, Guarenas y Barlovento, abarcando sectores de los estados La Guaira, Distrito Capital y Miranda.
El eje sureste, que comprende las ciudades de Guarenas y Guatire, cuenta con zonas prístinas y una hidrografía de tal importancia y magnitud, que para los años 1.933 y 1.934, la Electricidad de Caracas crea e inaugura las Hidroeléctricas de Curupao e Izcaragua, respectivamente, ubicadas en estas hermosas montañas, conformando el Sistema Guarenas que abasteció a Guarenas y Guatire hasta finales de la década de los noventa. Hoy en día solo quedan las ruinas de los tanques, diques, sus canales, compuertas y las impresionantes tuberías, como evidencia de la alta ingeniería desarrollada para entonces.
El techo de Guarenas, nuestro pico más alto, es el Izcaragua, con una altitud de 2.362 m.s.n.m. siendo el cuarto pico más alto del Waraira Repano, en donde nacen los ríos Naverán y Los Castillos, rodeados de un exuberante bosque de galería que se extiende hasta la transición, para luego diferenciarse, dependiendo de los pisos altitudinales, en bosques sabaneros, tropófilos, deciduos y la atractiva selva nublada. Estos ecosistemas nos impactan con la gran cantidad y variedad de helechos, bromelias, orquídeas y heliconias, árboles de gran tamaño como el indio desnudo, la ceiba, el cují y yagrumo; invertebrados como coloridas mariposas y un sinfín de insectos, del grupo de vertebrados reptiles como serpientes y lagartos; aves, destacando el sorocuá acollarado, el tucuso barranquero, saltarines, guacharacas, colibríes, el tigüín de agua, el águila negra y el martin pescador; anfibios como la ranita de la lluvia; mamíferos como el venado matacán, puercoespín, la onza, el zorro, picures, báquiros, lapas, cunaguaro, el puma y nuestro mamífero terrestre de mayor tamaño: la danta, son algunos de los naturales habitantes de la majestuosa montaña.
Toda esta diversidad biológica cuenta afortunadamente con un fiel guardián: nuestro Club Izcaragua, su campo de golf colinda de forma privilegiada con el pie (el área más baja) de la montaña, abraza el inicio, en este sector, del Waraira Repano oriental, protegiendo la riqueza histórica que alberga, sus manantiales, ríos, quebradas, flora y fauna, en pocas palabras, nuestra Herencia Natural.
Es vital conocer estos espacios para poder amarlos, protegerlos y dar testimonio de la historia inmersa en sus senderos, caminos rescatados hoy día, gracias a una iniciativa mancomunada y en alianza, que lleva por nombre Eco Ruta Izcaragua, brindando la oportunidad de realizar caminatas por este sector de la montaña mediante visitas guiadas, con un equipo humano calificado y sobre todo, de manera segura, controlada y en armonía con la naturaleza, conectándonos con la magia de Izcaragua.