Desde hace aproximadamente un año nuestra área ecuestre ha devenido en uno de los espacios predilectos para la práctica de los deportes western en el Estado Miranda (Team Penning, Ranch Sorting y Three sorting) Dado por la infraestructura y la colaboración de los socios que allí convergen día a día.
Desde que empezó el crecimiento vertiginoso de las actividades ecuestres, se inició también la organización que el área requería acorde a su crecimiento. Ha sido un camino difícil pero ya empezamos a cosechar el resultado de mucho trabajo en equipo por encima de las diferencias de criterios siendo un espacio común.
En las próximas semanas las caballerizas del Izcaragua Country Club escalará un paso más en víspera de llegar al nivel que nos merecemos, en base a la virtud del trabajo conjunto, gozando del reconocimiento que eso conlleva.
Esto me lleva a dar mérito a quien mérito merece por el apoyo brindado; desde el inicio de la actual comisión ecuestre, la junta directiva del Izcaragua Country Club por el ejemplo constante de escuchar las peticiones de los socios, brindar apoyo, confiar en nuestro proyecto y estar presente en cada uno de los eventos que hemos realizado con balanza positiva.
¿Falta? Mucho… por eso el título.
Para cerrar me atrevo a una simple reflexión: el trabajo como fundación de la virtud. A mi entender no existe otro camino para el ser humano virtuoso que no sea a base de trabajo constante. ¿Y que es trabajar? Todas las actividades mentales, físicas y espirituales que llevan al conocimiento, la evolución y la realización como seres integrales de una sociedad.
Hasta pronto
Reparaciones en el Ecuestre
