En el año 1967 el presidente de Venezuela para esa época, Raúl Leoni, inauguró una obra maestra de la ingeniería: el puente Angostura, sobre el río Orinoco cerca de Ciudad Bolívar. Ese día se celebró una fiesta popular en el sitio con desfiles de carrozas que cruzaban el puente, reinas de belleza muy sonrientes y muchos hombres de trajes blancos, sombrero y corbata acompañando el séquito presidencial. La compañía venezolana Precomprimido en consorcio con la sociedad extranjera American Bridge, aceptó el reto de diseñar y construir una armazón de 1.678 metros de largo y 57 metros de alto en la calzada y 119 en las torres, que atraviesa nuestro principal río uniendo por tierra a los estados Anzoátegui y Bolívar. Más de cuatro años se tardaron en construir la estructura, que fue diseñada por el ingeniero Juancho Otaola Paván con la participación del ingeniero Paul Lusgarten. El Ministro de Obras Públicas era Leopoldo Sucre Figarella, gran promotor de Guayana. Para el momento de su inauguración, era el noveno puente colgante más largo del mundo.
Ese puente nos permite visitar por tierra a Ciudad Bolívar, que es una ciudad misteriosa y fascinante, porque vigila al soberbio Orinoco en su parte más angosta, y porque además recoge los sueños lejanos de muchas generaciones de aventureros que rondaban por estas tierras. Tuve la grata oportunidad de volver a Ciudad Bolívar hace poco, y debo confesarles que quedé fascinado de nuevo con el centro histórico y con la arquitectura colonial de sus construcciones. La Casa del Congreso de Angostura me hizo imaginarme a Bolívar caminando por sus corredores, la Catedral está ubicada en una colina imponente, el muro donde fusilaron a Piar me conmovió, el puente de la calle Igualdad me trasladó a mundos y tiempos nostálgicos, los atardeceres con el río Orinoco y el Puente Angostura en el fondo son espectaculares, el Paseo del Orinoco con sus casonas balconadas y celosías de madera me recordaron a los fantasmas amables de mi niñez, que parecieran esperar las tinieblas de la noche para contar sus historias en el borde del río.
El centro histórico.
Además de histórica y serena, Ciudad Bolívar es deliciosamente romántica. Nos alojamos en la posada Casa Grande, ubicada en pleno Centro Histórico y es realmente espectacular. Al llegar nos arropó un deseo impostergable de caminar por los alrededores, y escuchar las historias que cuentan las viejas paredes de las casonas coloniales. Aún antes de desempacar, tuvimos que entrar en la Casa del Congreso de Angostura. Allí el 15 de Febrero de 1819 se reunió un congreso en el cual Bolívar decretó con su famoso discurso, la creación de la Gran Colombia. La vieja casona está muy bien mantenida, y merece dedicarle un tiempo para recorrer sus salones. Después de una visita obligada a la Catedral para agradecer a Dios por la vida, recorrimos la bella Casa Prisión de Piar a un costado de la plaza, la Casa de Antonio Lauro, no muy lejos, y el Centro de las Artes, que originalmente fue concebido como un cuartel y luego fue una prefectura, para llegar a un mucho mejor destino en la actualidad.
Me sorprendió observar a una cantidad de jóvenes llevando instrumentos musicales en sus hombros, mientras caminaban despreocupados por el centro histórico; son muchachos del Sistema de Orquestas Juveniles de Venezuela que iban o venían de recibir clases en alguna de las aulas cercanas.
Casco histórico de Ciudad Bolívar - Wilipedia Commons Paseando al borde del río Orinoco.
Luego de una inevitable siesta y de hojear unas pocas páginas de “El Soberbio Orinoco” de Julio Verne, nos dispusimos a bajar un par de cuadras hacia el río. El Paseo Orinoco tiene un carácter único en Venezuela, firme y delicado a la vez. Parece el altar de un culto misterioso al soberbio torrente, que ha mojado los bordes de la ciudad con sus leyendas a través de los siglos. Aquí ya no se ve la arquitectura colonial española del centro histórico, más bien una mezcla única de construcciones franco-caribeñas con edificios de dos pisos cuyo balcón superior, escondido tras celosías de madera, se convierte en un corredor sombreado para los caminantes de las aceras del paseo. La arena del río y las escalinatas de Puerto Blohm, donde se toman los bongos para cruzar a la población de Soledad, le alejarán de la vida real para empujarle a un torbellino de sensaciones que parecen sacadas de una película. Nosotros vimos a un hombre bajando apurado por las escalinatas hacia el río para tomar un bongo, con su herramienta de arreglar zapatos en un brazo y una serpiente enrollada en el otro brazo. También había niños vestidos de domingo listos para visitar a quien sabe cual pariente, y una algarabía de gente comprando pescado y montándose en los bongos para cruzar el río.
Noches tranquilas y románticas.
Agotados por tantas impresiones y descubrimientos del día, luego de unas horas nos fuimos caminando a nuestra posada para ducharnos. Descansamos un poco y al rato salimos a cenar al restaurante Tony, que nos habían recomendado en la posada. Probamos un churrasco de Lau-Lau sensacional. Fue una noche espléndida bajo una luna, de esas que no se pueden olvidar jamás.
Venga a Ciudad Bolívar con su pareja y disfrute usted también de los misterios del río Orinoco, como si estuviera retrocediendo en el tiempo a lugares desconocidos. Estoy seguro que le encantará este viaje y lo recordará siempre.
CÓMO LLEGAR:
Ciudad Bolívar queda a 600 kilómetros de Caracas, 296 kilómetros de Barcelona y 130 kilómetros de El Tigre, así que le recomiendo salir bien temprano de casa y disfrutar la carretera. El cruce por el puente sobre el Orinoco es espectacular.
DÓNDE ALOJARSE:
La posada Casa Grande es súper-romántica, decorada como en un cuento colonial y muy bien ubicada en el centro histórico de la ciudad, por lo que desde allí podrá visitarlo todo caminando. Se la recomiendo ampliamente.
Posada Casa Grande: Calle Boyacá #08, Casco Histórico, Ciudad Bolívar, estado Bolívar. Teléfono: (0285) 632.46.39,
www.circuitodelaexcelencia.com Otra buena opción es el hotel La Cumbre, que posee el bar con los mejores atardeceres de la ciudad. Piscina, restaurantes y cómodas habitaciones harán de su estadía una delicia.
Hotel La Cumbre: Av. 5 de Julio, Ciudad Bolívar, estado Bolívar. Teléfono: (0285)632.77.09
DÓNDE COMER:
Sarrapia es el nombre de un excelente restaurante en Ciudad Bolívar. Allí sirven pescados de la zona como el lau-lau, sapoara, pavón, morocoto, caribe y muchas delicias más. Además, el merey, la sarrapia y los quesos de Guayana son dueños de los sabores de esta magnífica cocina. Las costillas de morocoto confitadas son de otro mundo, y el ceviche de curvinata sencillamente delicioso.
Avenida Angostura, # 21, Ciudad Bolívar. Teléfono: (0285) 654.69.65, @sarrapiagastrobar.El
café-restaurante Tony nos encantó, por el ambiente alegre, el servicio rápido y la calidad de la comida. Las mejores pizzas al horno de leña de la ciudad.
Avenida Táchira, edificio Emilio, Ciudad Bolívar, estado Bolívar. Teléfono: (0285) 632.26.76
DE COMPRAS:
En el Paseo Orinoco se encuentran cantidad de tiendas y cuchitriles. Al final hay un mercado de buhoneros
“La Carioca” que no es impresionante pero limpio y ordenado. Enfrente se encuentra el interesante y bien logrado mercado
“La Sapoara”, bañado por el Orinoco y en donde encontrará comida típica, pescado de río artesanía y otros enseres que los lugareños compran con ahínco.
NO OLVIDE:
El 14 de enero del año 2005 murió en París Jesús Soto, hijo ilustre de Ciudad Bolívar. Para honrarlo, lo mejor es visitar el
Museo de Arte Moderno Jesús Soto que es realmente extraordinario. No sé si en este momento está abierto. La obra cuyo proyecto fue donado por Carlos Raúl Villanueva recoge en siete espectaculares salas, obras del maestro en una perfecta comunión con piezas de Fernand Léger, Sonia Delanuay, Cruz Diez, Man Ray, Vasarely y otros genios de las artes contemporáneas. Vale la pena mil veces venir a este museo.
Avenida Germania, Ciudad Bolívar. Teléfono: (0285) 632.05.18.
No olvide caminar por los jardines de la
Casa San Isidro, hacienda donde el Libertador redactó su discurso ante el Congreso de Angostura. Recorrer el Fortín del Zamuro, con historias increíbles y vista privilegiada sobre el casco histórico.
alvaromont@gmail.com