Comencé este año escolar con un propósito: lograr sacar una revista en medio de una crisis. Tenía mis metas claras y creía que mis obstáculos también. Quería plasmar en estas páginas lo rápido que corre el tiempo, y lo bonito que es saber aprovecharlo. Pero luego, ese trece de marzo, el tiempo se detuvo.
Esto nos obligó, a mi Directiva y a mí, a redefinirnos en nuestro trabajo, para finalmente lograr, contra viento y marea, publicar esto que tienen en sus manos: una revista que hará historia, romperá barreras, llegará a lugares que nunca pensamos posibles. Una revista que logró salir, de nuevo, en medio de una crisis. Pero esta vez, una crisis mundial.
Este es un homenaje a los alumnos del Colegio San Ignacio, cuyas vidas cambiaron por completo en el año 2019-2020. Un homenaje a aquellos que lograron disfrutar del tiempo, mientras este se detenía cada vez más. Pero más específicamente, es un homenaje a la promoción 93, que desde sus casas finalizaron estos 13 años inolvidables a través de una pantalla, siempre con la energía y el entusiasmo que nos caracteriza.
Con el tiempo en pausa, continué este proyecto con mi propósito original: transmitir en estas páginas la importancia de valorar la vida, el tiempo, lo bonito, lo bueno. Esta revista es arte, es alegría; es apreciar el tiempo que se tuvo en presencia, y aprovechar el que no. Esta revista es innovación. Esta revista es historia, nosotros somos historia.
Sueño con que esta revista transmita la prosperidad del ignaciano, siempre con una sonrisa en el rostro. Que cada persona que hojee sus páginas, físicamente o a través de una pantalla, tenga un pequeño viaje en el tiempo al año 2020, y recuerde con cariño los momentos vividos, y los obstáculos superados. Que se sientan orgullosos de aquellos que superamos toda adversidad para continuar con nuestra educación, nuestras metas, nuestros sueños.
Pero sobretodo, que se sientan orgullosos de ser ignacianos, y de haber vivido sus mejores tiempos en el lugar que nos acostumbramos a llamar hogar.