Victoria: ¿Cómo definirías a la institución?
Carlos: Como a una Venezuela chiquita en medio del colegio, con una organización política entre compañeros: representantes en diferentes niveles, un “programa de gobierno” y una elección con planchas. Si ganabas, podrías ejecutar esa propuesta a lo largo del año. Para nosotros era lo mejor.
Diego: Para mí siempre ha estado muy relacionado con la situación del país. Cómo siendo un representante estudiantil uno puede impactar y ayudar al país. Buscamos trascender y llegar a todos los alumnos con nuestro trabajo constante, aunque no les interese la política.
V: ¿Qué factores del contexto histórico del colegio y del país influyeron en su gestión?
C: Vivimos épocas radicalmente diferentes, nosotros gozamos de tantas libertades que hacíamos cosas maravillosas. Sin embargo, nuestro desafío fue recuperar varias actividades que se habían caído en años anteriores, como “Alí Rájame El Coco”. Por otro lado, a nadie le gustaba la política, porque “el país iba bien”. Ahora entendemos que no podemos ser ajenos a ella y lo hemos aprendido a punta de golpes ¿no?
D: En todos los años que he participado en el CESI, la situación económica ha sido tanto un obstáculo como un aprendizaje. Nuestros proyectos son para el país, por ser ignacianos con “En todo amar y servir” presente. Pero este año, nuestro reto es el coronavirus. Hemos logrado adaptarnos, incorporando proyectos. El desafío es hacer propuestas factibles y adaptables a las pérdidas de clase aleatorias que hay desde hace aproximadamente 6 años. Ahora se está evaluando cómo hacer las elecciones. Será desafiante para nosotros y para los futuros candidatos.
D: ¿Cuál fue para ti ese proyecto icónico por el que todo el mundo reconocía al CESI?
C: Algo relevante de nuestro proyecto fue que decidimos que no éramos una plancha, sino el “Equipo 821”, originado de una patrulla del CEL. Queríamos resaltar el trabajo en equipo. También cumplimos con actividades culturales, por ejemplo, dos conciertos en el auditorio, a reventar: uno con “Resistencia”, un grupo de rock muy famoso de la época, y otro con Alexis Rossell, músico venezolano. Igual el Festival de Gaitas y Aguinaldos.
D: ¿Cómo se hacían las elecciones antes?
C: Era más sencillo, la directiva previa se encargaba, sin cuerpo electoral, y el tema fundamental era la campaña. Nos reunimos con un publicista que nos dio varias sugerencias. Por ejemplo, como la otra plancha era humanista (única parte mixta del colegio), nos dijo: “¿Hay 17 mujeres en Humanidades? A cada una le van a dar 1 rosa”. Pero el otro punto genial era el debate, no sé si eso se mantiene.
D: Sí, pero se hacen dos o tres preguntas.
C: Este debate era una locura, abierto a todo el colegio. Recuerdo que las muchachas se pararon, tiraron las flores y las pisaron, como diciéndonos que no íbamos a comprar su voto.
V: Cuéntenos una experiencia memorable de cuando estuvieron en el cargo.C: Dos amigos que tenían una miniteca (Sandy Lane) montaron unos altoparlantes gigantes en su camioneta y paseamos toda una tarde por el colegio dando mensajes de campaña, hasta que un sacerdote nos atrapó y dijo “Basta, este desastre no puede seguir”.
D: La mía es bien estresante. Dos días antes del Festival de Gaitas, recibí una llamada. Me dijeron que Guaco, tremendo grupo musical que atrajo a mucha gente, no iba a poder asistir: se había cancelado su vuelo. Tendríamos dos horas del festival con huecos y ya habíamos vendido casi 50% de las entradas. ¿Cómo le dices a toda esa gente que la razón por la que compraron no venía? Corrimos todo el día, pero logramos resolver.
V: ¿Qué consejos le darían a futuros miembros de la institución?C: Es vital que su generación tenga la capacidad de adaptarse a las circunstancias. A medida que todo evoluciona, las dificultades van cambiando; pero siempre hay razones para querer ser mejor, amar y servir. Hay miles de ideas y seguro ustedes tienen muchas. Los felicito por eso; si no, no estuviéramos conectados en esta entrevista.
D: Mi mensaje es que sean genuinos. Trabajen por una meta no solo para lograrla, sino para disfrutar el proceso. Los que de verdad quieran estar en el CESI y tengan una visión para el colegio, postúlense, pero sepan que no es estar por los privilegios, sino porque realmente les gusta y están dispuestos a trabajo constante, estrés y sacrificios. El éxito de cada directivo está en hacer las cosas por amor, y eso se nota.