Hacia los Cien Años de la Fundación del Colegio
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El Colegio San Ignacio ha conmemorado los 97 años de su fundación, y está enrumbado hacia la celebración centenaria. Fiel a su tradición, el Colegio ha estado siempre atento al momento y a los retos que presenta Venezuela, y a lo largo de su historia, ha procurado dar respuesta a los mismos. En su horizonte, ha estado presente la formación de profesionales competentes, imbuidos en una conciencia cristiana, abiertos a las responsabilidades ciudadanas en los ámbitos de la gestión pública y política, asumiendo rasgos de liderazgo ignaciano, para hacer frente a los retos de transformación social que con urgencia demanda el país. En este momento de su historia, hay viejos y nuevos desafíos pendientes que tiene que enfrentar el Colegio.

Ante la profunda conmoción social, política y económica que vivimos, acentuada dramáticamente por la pandemia, es necesario reafirmar aquello que constituye la razón de ser del Colegio, para enfrentar el gran desafío de la reconstrucción física y espiritual del país. Hoy el Colegio tiene que profundizar aún más en la formación integral de los alumnos. Es fundamental lograr alumnos con las competencias académicas básicas y necesarias para que puedan dar respuesta a la novedad y los cambios del siglo XXI. Igualmente, importante, es formar alumnos que puedan construirse a sí mismos, trabajando su interioridad, su sentido de vida y su compromiso cristiano (servicio de la fe que promueve justicia), asumiendo sus responsabilidades como personas y como ciudadanos para ejercer un liderazgo en la reconstrucción del país que les espera.

Ante la desesperanza que ha llevado a un éxodo masivo de ignacianos, el Colegio está trabajando por la promoción de una acción sistemática de arraigo de su gente en Venezuela. Esto se puede alcanzar haciendo presente el Colegio en el país real, con su belleza y su gente sufrida y generosa; y haciendo presente el país en el Colegio, para que se la sienta en el corazón, y se asuman las esperanzas, alegrías, angustias y dificultades de la gente. Venezuela necesita el compromiso y las competencias de cada uno de los que permanecen en el país y de los que hoy están fuera.

El Colegio se debe afanar en formar en el respeto y cuidado de nuestra “casa común” y ofrecer a sus estudiantes una formación acorde con la dimensión ecológica de la reconciliación. Hoy tenemos un reto que no podemos evadir en este país, principalmente en la Amazonía, donde cada día es violada y dañada la creación, por la búsqueda y extracción sin control de minerales preciosos, en manos de empresas sin escrúpulo y de grupos irregulares, con una dolorosa pérdida de muchas vidas humanas y un inmenso destrozo de la madre tierra. Los ignacianos somos corresponsables de nuestro planeta, y de lo que ocurre en lo largo y ancho de Venezuela, por lo que urge sumarse a los esfuerzos por crear una sociedad y una economía sostenible en el tiempo, para que los seres humanos y el medio ambiente sean protegidos.

En el fondo de todo, el mayor desafío del Colegio es acompañar a la comunicad ignaciana para que renueve su esperanza y se afiance en sus valores, que son un regalo del Dios que nunca deja a sus hijos abandonados, de modo que ponga su mente, su corazón y sus manos en la reconstrucción de este país necesitado y esperanzado.

Jesús Orbegozo, S.I.
Rector