Una storyteller con propósito
Su madurez la ha transformado en todo un ícono de Hollywood. Desde los 14 años trabaja frente a las cámaras y, pese a que tiene el mundo entero siguiendo sus pasos, su reputación se mantiene intachable y libre de escándalos. Recordando su pasado como
Disney girl, asegura que está “agradecida de que mi evolución ha sido lenta y estoy feliz de que todo lo que he hecho ha sido para demostrarme a mí misma que puedo y no a nadie más”.
Con sólo 25 años y un Emmy bajo sus brazos (siendo la actriz más joven en conseguir este premio en la categoría de Mejor Actriz de Drama), se mantiene trabajando para grandes casas creativas como Disney (en
The Greatest Showman y
Shake it Off), Marvel (
Spiderman), Netflix (con
Malcolm y
Marie) y HBO (
Euphoria). Ha logrado explorar diferentes aristas de su talento como actriz, haciendo únicamente proyectos que la apasionan y que concuerdan con sus valores.
De padres maestros, Zendaya dirige su carrera hacia proyectos que le permitan ser la vocera de causas importantes como el feminismo, la salud mental, la representación LGBTQ+ y el movimiento
Black Lives Matter.
“Espero que mi habilidad como
storyteller me lleve a hacer historias que no he visto, esa va a ser mi forma de hablar, mi acción. Porque nosotros aprendemos a cómo ser una persona no sólo por interacciones, sino también viendo películas y TV. Tú quieres ser como tu personaje favorito. Hay muchas personas que se construyen basándose en los mundos que han visto en los medios”, explicó en una entrevista con su co-actor, Colman Domingo.
Venciendo el miedo a crear
Confesándose como una
workaholic, se sintió como pez fuera del agua con la cuarentena. Acostumbrada a pasar de set a set, Zendaya decidió transformar su casa en su propio taller actoral para seguir puliendo sus habilidades: “Tengo muchas pelucas de las
red carpets y me ponía una peluca diferente para ser un personaje nuevo todos los días. Le hacía un show de una hora a mi asistente”.
Trabajando en vencer el miedo a crear, batalla contra su perfeccionismo ante cada nuevo proyecto: “Siempre tengo miedo de hacer cosas por miedo a no ser buena, pero la única forma de ser buena es no tener miedo y tratar”, explica.
Su personaje Rue, en
Euphoria, la ayudó a dejar a un lado su zona de confort y todo fue gracias a su director, Sam Levinson, quien la eligió para su producción aún cuando Zendaya era esencialmente una
Disney girl: “Él me tuvo fe y yo ya veía algo en mí que no había tenido la oportunidad de explorar. Siempre he sentido que puedo traer cosas a la mesa, que podría ser creativa y libre para intentar cosas nuevas e, incluso, darle vida a malas ideas; pero por esta cosa de ser
Disney girl me daba miedo intentarlo”, le comentó a Carey Mulligan en su episodio de
Actors on Actors.Su pasión behind the scenes
La única forma de hacer un buen trabajo es apreciar a todos los que están involucrados en la creación de un proyecto. Zendaya quiere formarse para poder contar las historias que ella quiere ver en pantalla, no sólo como actriz, sino también como productora y directora de fotografía.
Su abuelo era fotógrafo y tiene esa vena creativa latente y presente: “Tengo muchas de sus fotografías en mi casa y mi mamá siempre me cuenta historias sobre cómo él medía la luz y a veces pasaba todo el día tomando fotos de las mismas cosas, pero viendo cómo la luz cambiaba”, explica.
Con sesiones de fotos constantes y perfeccionando cada vez más su
model face, Zendaya disfruta enormemente el ambiente en los sets y adora aprender de los técnicos: “Comencé a entender y aprender más sobre la luz, cómo se refleja y qué luces utilizan. Llegué al punto de que amo trabajar con algunos fotógrafos por cómo utilizan la luz”, comenta.
Asimismo, Zendaya quiere seguir dándole representación a las mujeres afroamericanas en la industria del entretenimiento y está buscando transformar su hobby en una nueva oportunidad de trabajo: “La idea de dirigir en el futuro me emociona, por eso siempre estoy en sets. Cuando no estoy actuando, estoy ahí intentando aprender”.
Unstoppable
Desde que se ganó el Emmy como Mejor Actriz por su rol en
Euphoria, Zendaya demostró a sus más de 127 millones de fanáticos que su carrera va en ascenso. Sus éxitos continuos y su autenticidad la han convertido en todo un ídolo joven de Hollywood.
Por eso no es de extrañar que una marca como Lancôme la haya escogido como su embajadora: “Zendaya es un modelo a seguir para su generación y usa su voz para promover la educación y la positividad. Al mismo tiempo, su participación en causas benéficas está estrechamente vinculadas con el compromiso filantrópico de Lancôme”.
A su vez, la actriz confesó: “Es un gran honor poder representar a una marca como Lancôme y unirme a una formación tan increíble de mujeres icónicas”.
Así la vemos cabalgando en un caballo blanco por las calles de Los Ángeles con la canción
Unstoppable de Sia de fondo. Todo para la campaña del exquisito perfume Idôle de Lancôme, firma con la que ha trabajado ininterrumpidamente desde el 2019: “Un ídolo es lo que quieres que sea para ti, es muy importante que esa definición la hagas tú y no dejes que otros lo definan por ti. Yo diría que mi ídolo soy yo misma en el futuro. No sé quién es ella todavía, pero sé que está ahí esperándome en el futuro. Se trata de seguir caminando y manteniéndome positiva”, dijo Zendaya sobre ser la embajadora de esta fragancia ideada para la feminidad contemporánea con sus notas de rosas, jazmín y chipre blanco.
Igualmente, en las alfombras rojas y su maquillaje diario, usa productos como el Brow Densify para sus icónicas cejas, la Monsieur Big Mascara para sus pestañas, el delineador de ojos Le Crayon Khôl y el labial L’Absolu Rouge Ruby en el tono Vintage Ruby.
Ahora, con su nombre como sinónimo de éxito y un sinfín de pantallas que conquistar, Zendaya busca seguir tomando las riendas de su vida sin miedo a que sus metas sean muy grandes: “Cuanto más lejos apuntes, más lejos llegarás. Permítete llegar lejos y tener ideas grandes, creo que esa es la única manera de soñar de verdad”.