Al comenzar un nuevo año, muchos son los propósitos personales que se hacen. Uno que se mantiene siempre presente es el de adoptar mejores hábitos nutricionales para, entre otras cosas, perder peso (que no debe ser la razón sino la consecuencia de un estilo de vida saludable).
Ailsa Bandes, médico cirujano, especialista en nutrición clínica y magister en nutrición, indica que la mejor manera de lograrlo es haciéndolo de manera progresiva, paulatina, evitando cambios bruscos para que sean más fáciles de cumplir y de mantener en el tiempo. Para lograr estos cambios, sin dietas ni trucos mágicos, recomienda:
* Tener paciencia: “Debemos tener calma para lograr los cambios de hábitos. De nada nos sirve eliminar 100 % las harinas del régimen nutricional de manera drástica, para luego aburrirnos y no aguantar el esquema nutricional en el tiempo por las pocas opciones de los alimentos. No hay una dieta milagrosa. Lo que recomiendo es tener paciencia para ir realizando poco a poco los cambios en la alimentación y realizar ejercicios de forma moderada de acuerdo a la tolerancia de cada quien”.
* Tomar agua: Es aconsejable mantenerse hidratado durante el día. El requerimiento de agua al día dependerá de la ingesta calórica diaria, de la actividad física, de la temperatura ambiental, entre otros factores. Como regla genérica, se recomienda consumir 8 vasos de agua al día o 2 lt/d.
* Hacer cinco comidas al día: La doctora enfatiza que es importante realizar las cinco comidas diarias, las cuales ayudan a controlar el hambre: tres comidas principales y dos meriendas (una a media mañana y otra a media tarde). Asimismo, resalta que es muy importante no saltarse el desayuno: “Después del sueño nocturno, es recomendable que nuestro cuerpo se llene de energía”.

Mito: los alimentos libres de azúcar, gluten o grasas se pueden consumir en cualquier cantidad porque no tienen casi calorías.
“La verdad es que el hecho de que el alimento sea libre de gluten, sin azúcar o con poca grasa no significa que sea bajo en calorías”. Añade que en la mayoría de los casos, en efecto puede ser más bajo, pero en otras no.

Mito: hacer dieta sale caro.
La nutrióloga explica que realmente, en estos momentos, por la situación económica del país, una alimentación sana y balanceada cuesta igual que cualquier otra comida no balanceada. “El aprender a comer sano no debe costar más dinero. Con una buena orientación y asesoría nutricional se puede lograr”.

Mito: omitir el desayuno ayuda a bajar de peso.
Esto no es cierto. Al omitir el desayuno o alguna comida principal no se bajará de peso. Al contrario, saltarse las comidas puede favorecer a que se tenga más hambre, sobre todo en horas de la tarde. Además puede hacer que se coma mayor cantidad de porciones en las próximas comidas que realice.

Verdad: no existe fórmula mágica para bajar de peso.
“Para lograr perder peso, necesitamos que el gasto energético sea mayor a la cantidad de energía que se consume. Hay pacientes que parecen que pueden comer cualquier tipo de comida y aún así pierden peso. Sin embargo, para poder perder peso, tienen que quemar o gastar más energía de la que ingieren a través de las comidas.

Verdad: no hay dieta de moda que ayude a bajar de peso.
La doctora explica que estas dietas son restrictivas, con pocas opciones de alimentos y, a la larga, son difíciles de mantener: “No existe nada mejor para controlar el peso que realizar un esquema nutricional bajo en calorías de acuerdo a los requerimientos de cada quien, indicado y supervisado por el médico”.

Verdad: hay pacientes que requieren tratamiento farmacológico.
“Sí, existen personas que requieren medicamentos para lograr disminuir el apetito y controlar la ansiedad; no es la regla general, pero los hay. Estos fármacos se indican de manera puntual y por un tiempo determinado”.

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