En la última década, la cirugía bariátrica se ha popularizado como “salida rápida” para la pérdida de peso, pero detrás de este atajo en quirófano, hay compromisos alimenticios de por vida que se deben tomar en cuenta: “La persona va a bajar peso más eficientemente y en menor tiempo que si decidiese hacer dietas y ejercicios, pero queda condicionada de por vida”, explica el Dr. Behrens.
Existen diferentes tipos de cirugía, siendo el bypass y la manga gástrica las más comunes, y ambas comparten la característica de hacer el estómago más pequeño.
¿Cómo afecta esto al cuerpo?
Al ser capaz de recibir menor cantidad de comida, es necesario prestarle estrecha atención a la calidad de lo que se consume porque puede ocasionar déficits alimenticios.
La alimentación debe estar vigilada por un nutricionista que configure una dieta especial para cada paciente, que esté acompañada de suplementos y vitaminas especiales: “Si no cumplen con las vitaminas, los suplementos que deben tomar para el resto de la vida, pueden terminar con déficits que los condicionan (como anemia y osteoporosis), y otros trastornos que pueden disminuir su calidad de vida”, comenta el doctor.
¿Quién es candidato y quién no?
Al estar directamente relacionadas con la imagen personal, en algunos casos se les considera como una cirugía estética, pero la operación va mucho más allá de lo que se ve en el espejo: “Alguien no puede tomar la decisión de hacerse una cirugía bariátrica porque está cansada de ser gorda, debe asumir los compromisos que está adquiriendo al operarse”, explica.
La última década, los estándares de selección de candidatos han variado, pero las señales de alerta se mantienen intactas. El doctor lo explica así: “Antes se exigía que los pacientes que iban a operarse debían tener un nivel de sobrepeso bastante considerable, tener enfermedades que aparecieron como consecuencia de la obesidad, haber estado cumpliendo dietas para tratar de bajar de peso sin éxito, haber sido evaluado por un equipo multidisciplinario, descartar trastornos psicológicos y adicciones… todo eso para poder ofrecerles la cirugía. ¿Qué cambió? Ya no hay que esperar que el paciente sea tan obeso, ni esperar tanto tiempo con la obesidad para poder ofrecerle la opción de una cirugía bariátrica, pero los otros criterios se mantienen”.
Si bien las cirugías bariátricas ayudan a tener el cuerpo más estilizado, lo más importante es acudir a un profesional que asegure que es candidato para quirófano: “El querer verse mejor, en mejor forma o mejor condición, nunca debe anteceder a la salud y a la calidad de vida del paciente. De nada sirve una persona flaca si sus exámenes de laboratorio están todos alterados. Siempre la premisa es: primero la salud, después la calidad de vida y, por último, lo bien que se verá la persona después de la operación”, asegura.
La mente post-operatoria
Además de tener revisiones constantes con el médico cirujano, un paciente bariátrico debe estar en revisión con un equipo multidisciplinario de profesionales. Los psicólogos juegan un papel fundamental en todo el proceso: “La evaluación psicológica pre-operatoria y post-operatoria es obligatoria en todas partes del mundo en los pacientes bariátricos”.
El cambio físico en algunos pacientes puede ser tan radical que los lleva a transformar su actitud ante la vida y, en ocasiones, los dirige a decisiones irresponsables: “Pueden cambiar de pareja, querer pasar más tiempo en la calle, hacer amigos nuevos, dedicarle más tiempo a la diversión, a la vida nocturna y en algunas oportunidades puede llegar a ser tan serio que se puede convertir en una adicción. Eso no estaría en consonancia con el principio de la calidad de vida, de la salud y el bienestar del paciente”, explica.
Una cirugía exitosa
Con más de 20 años de experiencia, el doctor Javier Manrique Behrens asegura que una cirugía bariátrica exitosa se da cuando el paciente acude puntualmente a sus controles y, además, se compromete completamente con sus dietas y suplementos alimenticios.
Coordenadas
Dirección: Centro Médico de Caracas, edificio anexo A, sótano 3, consultorio 35. San Bernardino.
Instagram: @jrmanriqueb