BELLEZA & SALUD
POR EILEEN HERNÁNDEZ SMITTER
Toxina botulínica
La medicina estética ha tenido grandes avances en sus tratamientos no invasivos. Poner en manos de profesionales y especialistas nuestra belleza natural es la clave para obtener un buen resultado y la satisfacción de sentirnos bien con nosotros mismos
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Una aliada que no pasa de moda

Si de profesionalismo se trata, la doctora Valentina Angulo, médico cirujano egresada de la Universidad de Carabobo y médico estético de la Fundación Centro de Estudios de Medicina Estética, con especialidades incluidas en esta rama médica, se encuentra en la isla de Margarita junto con un equipo humano altamente capacitado y con una tecnología de punta: “Queremos que nuestros pacientes vivan una experiencia de primera con el objetivo de que se lleven la mejor impresión de nosotros. Somos un team con un concepto único y diferente”, nos dice la doctora.
Procedimientos estéticos mínimamente invasivos es en lo que se enfoca la doctora Valentina: “Me especializo en resaltar los rasgos de los pacientes de una forma armónica, buscando la simetría sin perder la naturalidad”. Para esto, cuenta con aparatos que despliegan la mejor tecnología y una variedad de productos inyectables de alta calidad.
A pesar de este gran auge en la medicina estética y todas las nuevas máquinas, hay clásicos que nunca pasan de moda, como la toxina botulínica, conocida comúnmente como botox, que es uno de los tratamientos inyectables más buscados para mejorar nuestra apariencia y ocultar esos signos de la edad. A pesar de que al principio dio mucho de qué hablar, hoy día “es un tratamiento súper seguro siempre y cuando sea aplicado por un especialista en el área, ya sea un médico estético, dermatólogo o cirujano plástico”.
Haciendo mucho hincapié en esto, la doctora Valentina nos asegura que se debe tener conocimientos sólidos sobre la anatomía facial para evitar una mala praxis y la deformación facial: “Los resultados son realmente hermosos con una aplicación perfecta”. Con el botox lo que se busca es prevenir las arrugas, corregir las asimetrías faciales, las secuelas de parálisis facial y conseguir nuevamente esa lozanía de la piel.

Mejor prevenir que lamentar
“Casi todos somos candidatos para aplicarnos el tratamiento con toxina botulínica. Es súper versátil y realmente debería usarse como método preventivo para que la arruga no se marque”. Para aquellos a quienes todavía la edad no les ha hecho estragos, está el baby botox, con unos resultados más sutiles, ya que se coloca pequeñas dosis de la toxina.
Además, es un procedimiento muy cómodo y con un post-tratamiento muy fácil de llevar: “No se debe tener ningún cuidado previo, pero luego de aplicarlo no se debe bajar la cabeza, hacer ejercicio físico, consumir alcohol ni acostarse a dormir. Esto aproximadamente por cuatro horas después de su aplicación”, nos comenta la doctora Angulo.

No todo es para la belleza, la toxina botulínica también dice presente en otras ramas de la medicina: “Es un tratamiento que tiene muchos años en el mercado, gran aliado para los neurólogos, oftalmólogos y traumatólogos”. Además, ella misma en su consultorio la utiliza para tratar la hiperhidrosis palmar y plantar (sudoración excesiva) y la bromhidrosis (mal olor corporal).



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