Sólo han pasado unos días desde que Juan Pablo Isaza, Juan Pablo Villamil, Simón Vargas y Martín Vargas estuvieron en la Terraza del C.C.C.T en dos conciertos que estremecieron a Caracas.
Esta banda colombiana de folk-pop se formó originalmente en el 2011 y estaba conformada por un grupo de amigos de infancia; sin embargo, uno de sus integrantes, Alejandro Posada, decidió retirarse a finales del 2016, y ahí fue cuando entró Martín Vargas, hermano de Simón.
Curiosamente, ellos se hacían llamar Malta cuando empezaron a hacer sus primeros toques, pero cuando firmaron contrato con Universal Music, ya había una banda brasileña llamada así, por lo que cambiaron su nombre a Morat, que era como se llamaba una finca a las afueras de Bogotá (perteneciente a un familiar de Alejandro), donde ellos hicieron sus primeros ensayos.
Su éxito internacional llegó con la canción Mi nuevo vicio en el 2015, la cual fue una colaboración con la famosa cantante mexicana Paulina Rubio.
Actualmente, ya van por su cuarto disco; de hecho, esta gira es para promocionar su nuevo material, el cual representa todo un cambio para la agrupación porque, entre otras cosas, decidieron grabarlo de manera “analógica” (aunque complementándolo también con herramientas digitales, por supuesto): “Cuando tú grabas en digital, grabas muchas tomas, por ejemplo, de la guitarra y luego coges y organizas todo eso y te quedas con lo mejor. Ahora decidimos hacerlo un poco más a la antigua: una buena toma, dos tomas y eso es lo que hay. Eso lo pone a uno con una mentalidad más veloz en el estudio. Por eso cuando salimos en marzo del año pasado de grabar, las canciones de una u otra manera ya estaban bastante más avanzadas en cuanto a producción”, explica Simón.

El primer single se titula Llamada perdida: “Es una canción muy especial para nosotros. Estamos presentando un cambio súper notorio en la estética de la banda. Cambiamos nuestro logo, cambiamos la forma en que nos vemos, cambiamos la forma en la que se ven nuestros videos y cambiamos la forma en que se oye nuestra música, todo de la mano de este lanzamiento (…) Dos palabras resaltan en nuestra cabeza cuando nos referimos a nuestro cuarto disco: atemporalidad y clásico. Hacia allá es a donde queremos encaminar nuestra banda”, dice Juan Pablo Isaza.
En el pasado, además de su trabajo con Paulina Rubio, han tenido otras colaboraciones muy exitosas, como Besos en guerra con Juanes y Bajo la mesa con Sebastián Yatra. En un futuro, no descartan hacer otras; incluso, han confesado que les gustaría hacer música con Alejandro Sanz, Julieta Venegas, Leiva y Kany García… quizá escucharemos alguna melodía con alguno de ellos más pronto de lo que pensamos.
Sin duda, Morat es una banda que se destaca por su estilo único y letras que conectan. Quizá algunos los critiquen porque sólo hacen temas de amor, pero como afirma Villamil: “Sin duda, hay muchas cosas por hacer, pero es muy fácil pensar que Morat sólo hace esto (temas de amor), porque somos probablemente de los pocos que estamos haciendo algo parecido. Nadie le pregunta a un reggaetonero por qué solo hace canciones de fiesta, pero es una cosa que pasa”.

¡Esperamos verlos pronto de nuevo en Venezuela para más conciertos!