Luego de nueve años de ausencia, Vizio -uno de los restaurantes que marcó una década y fue referencia de la buena comida italiana en la ciudad- está de vuelta, mejorado y repotenciado. Así es, el pasado 2 de febrero la familia Crisante, al mando de Claudia Crisante, encendió los fogones de tan rememorado establecimiento.
Esta vez se encuentra en una nueva locación, en La Cuadra Gastronómica de Los Palos Grandes, y con una propuesta que combina lo antiguo con lo moderno: “Este restaurante tiene todo el legado de mi mamá y mi papá del Vizio anterior, con obviamente la contemporaneidad mía. Aquí tenemos una mezcla de lo que fuimos durante quince años y lo moderno que yo aporto en la cocina”, explica Claudia.
Y eso se refleja en la carta donde combinan platos viejos y que marcaron una época en la escena gastronómica caraqueña (como los langostinos envueltos en tocineta con lentejas y pecorino o los tortelinis verdes de queso fontina con mantequilla trufada) con los nuevos (entre los que destacan el crudo de mero con salsa tonata y alcachofas salteadas o el paccheri con ragú de cordero).
“Para crear el menú fue un poquito de todo. Fue un poco sola, un poquito con mi mamá, un poco con mi papá, con mi hermano… ellos son mis mejores jueces para las pruebas y mi hermano también me apoya con todo lo que tiene que ver con la sala del restaurante”.
El menú es recatado pero contundente. En las entradas se ofrecen berenjenas a la parmesana, un interesante flan de hongos, así como un aromático pulpo con papas y azafrán, entre otros.
Por supuesto, también tienen los típicos tortellini in brodo de carne y también las passatelli en consomé de pescado y almejas.
En cuanto a las pastas, destacan la carbonara de camarones, los raviolis de ricota de cabra y espinaca con salsa de tomate y piñones y, por supuesto, los exquisitos tortelinis con mantequilla trufada.
Para quienes prefieran carnes y pescados, también tienen esa opción. Resalta uno de los nuevos platos, como es el magret de pato con salsa demi glace y puré de garbanzos, así como el lomito de res con crema de gorgonzola y hongos chanterelle.
“Mi cocina es mis vivencias de vida a lo largo de los años y de donde vengo, lo que definitivamente me diferencia de otras personas que no llevan esto en sus raíces. Es una cocina totalmente honesta, desde el sentir, del sentimiento, de querer generar una emoción. Ese es mi objetivo y lo que me motiva”, cuenta Claudia.

Cocina de producto
Definitivamente se nota el sello Crisante en cada una de las preparaciones, donde se exalta al producto, haciéndolo indudablemente el protagonista de cada plato y resaltando cada una de sus cualidades. “En Vizio queremos, sobre todas las cosas, que la cocina sea una cocina de producto. Que el mismo sea de excelente calidad y, siguiendo mi filosofía, dejarlo lo más que se pueda en su estado natural. Ya para mí cuando empiezas a transformarlo y cambiarlo pierde su esencia. Lo respeto, lo entiendo y me acerco a él para que me permita maximizarlo”.
Esto se ve y se entiende en cada uno de los platos, los cuales están desprovistos de la grandilocuencia de otros establecimientos donde las salsas y aceites acaparan los ingredientes principales. En Vizio, menos es más. Es una cocina honesta y sofisticada, que tal como su chef lo dice, maximiza los ingredientes de sus preparaciones.
En su carta también hay risottos que salen de lo tradicional, como el risotto con mejillones ahumados, con milanesa de tuétano y, por último, con tinta de calamar y salsa menier.
“Cualquiera de los platos que se pidan, cuando te lo llevas a la boca, se siente la honestidad del plato y la elegancia del mismo. Para mí no hay cosa más difícil que lograr el equilibrio en algo que se cree es sencillo de hacer, pero que detrás de eso hay un montón de preparaciones. Mi escuela en la cocina ha sido mi familia, todo lo que pude aprender y saborear de mi abuelo, que es un gran pastelero, y mi abuela, que cocinaba fantástico. Ellos han sido absolutamente mi escuela. Mi padre y madre mis mentores”.
En los postres destacan el profiterol de la casa con caramelo y pimienta rosada, así como el tiramisú y el bizcocho genovés con crema de chocolate y vainilla: “También tenemos la tartaleta de chocolate al 70% de cacao, que viene con una torta de chocolate sin harina en la primera capa, mousse de chocolate como segunda capa y termina con una crema montada. Otro postre que encanta es el gelato de zabaione al Marsala, donde transformé ese zabaione caliente en un helado”.

Un espacio que transporta
Además de su comida, otra de las cosas que quita el aliento en Vizio es su locación y la mágica transformación que se le hizo al lugar. Ubicado en lo que antiguamente era una pizzería con una agradable terraza, el nuevo espacio combina la modernidad con lo sustentable. Grandes ventanales, sillas de madera, una cálida iluminación y mucho verdor lo hace sentir a uno en otra ciudad haciendo que la experiencia sea verdaderamente única.
“Bregamos muchísimo. Vimos infinidad de lugares. Pero cuando llegamos aquí supimos que éste era el lugar. La arquitectura estuvo a cargo de Isabel Caleya, mientras que toda la parte de interiorismo y diseño interior se encargó mi hermano”.
Asimismo, cuentan con una hermosa barra de licores donde hay gran variedad de bebidas tanto nacionales como importadas.
“Estoy encantada de volver a estar, de ver clientes de hace años volver, que iban con sus hijos y ahora esos hijos son grandes y son clientes de nosotros también, cosa que nos llena y nos encanta. Definitivamente, lo que más me gusta es poder ofrecer una propuesta gastronómica honesta”.