No es sólo por vanidad. El especialista en medicina estética, Dr. Víctor Ollarves, quien dirige exitosamente junto con un equipo multidisciplinario la Unidad Médica Estética Láser (UNIMEL), nos explica que “la medicina estética es una rama de la medicina que se encarga del bienestar bio-psíquico y social del paciente”. No es sólo estar o aparentar estar bellos y perfectos, es sentirse bien con lo que somos y con lo que exponemos a nuestro alrededor. Lo ideal es que “la sociedad te vea de la manera en que tú te quieres ver”.

¿Qué es?
Armonización facial “es un conjunto de tratamientos que se aplican en el rostro para buscar la armonía del mismo, conseguir un equilibrio”, así nos explica el doctor Víctor. No se trata sólo de disimular las arrugas y rellenar ciertos surcos, la meta es mejorar la simetría de la cara y que las proporciones se noten lo más equilibradas posibles.
Esta combinación de procedimientos empezó a tomar auge a finales de los años 90, cuando comienza un estudio más detallado de la anatomía del rostro, consiguiendo la importancia de los paquetes de tejidos adiposos (grasa) y el comportamiento de los mismos al pasar de los años: “Se empezó con la aplicación de productos para tratar de restituir los volúmenes caídos y, de esa manera, nos dimos cuenta que armonizábamos el rostro”, explica el doctor. Igualmente, con el avance de los estudios y la tecnología descubren que, a través de los años, se da una reabsorción ósea (el hueso cambia): “El envejecimiento que antes pensábamos que era sólo de la piel, también existe sobre los tejidos grasos y óseo”.
Y de eso se trata la armonización facial: establecerse como un tratamiento de múltiples terapias que se dedica a mejorar la apariencia general del rostro “y no sólo tratando la piel, sino tratar de simular el hueso que se reabsorbió y tratar de reponer el tejido adiposo”. Los retoques son necesarios dentro de este procedimiento dependiendo de las técnicas y terapias utilizadas, pero en promedio va a durar alrededor de un año, nos asegura el doctor Víctor.

¿Cómo es el proceso?
Sin quirófanos ni suplicios es la mejor parte. La armonización facial representa una serie de procedimientos totalmente ambulatorios, con cuidados posteriores sencillos y básicos. Sin importar la edad, es un tratamiento que se puede realizar en jóvenes y adultos; aunque según el doctor Víctor los pacientes más comunes son los que se encuentran pisando la década de los 40, sin dejar de atender aquellos en sus 30 y quienes pasan de los 60. Cada tratamiento es individual, por eso la importancia de una evaluación previa minuciosa para identificar las necesidades del paciente, para posteriormente aplicarle los productos y terapias adecuadas para su armonización.
Como en cualquier procedimiento médico, existen contraindicaciones. La presencia de alguna enfermedad de piel, de una enfermedad inmunológica activa o el embarazo pueden impedir su aplicación. Los efectos secundarios son mínimos, como la aparición de moretones, algún pequeño sangrado, inflamación y dolor. Aunque puede darse alguna complicación más grave, lo importante es que estemos seguros de estar en las manos de un médico especialista, quien estará capacitado para resolverla.

Productos y dispositivos basados en energía
Para la armonización facial, la clave está en la combinación y en la aplicación de productos y terapias a través de dispositivos basados en energía, donde se eliminan o disimulan las imperfecciones (arrugas, surcos, flacidez), al mismo tiempo que se hidrata la piel, se estimula la formación de colágeno y hasta corregir el óvalo facial.
Algunos de los productos son: ácido hialurónico, bio-estimuladores de colágeno, Ellanse (policaprolactona), Radiesse (hidroxiapatita de calcio), Sculptra (ácido poliláctico) y toxina botulínica (Botox, Dysport, Maxitox, Gtox). Algunos de los dispositivos basados en energía son: láser, radiofrecuencia con microagujas (Morpheus 8), HIFU (ondas ultra sónicas), vitaminas, oligoelementos y polirevitalizantes.