ART DISPLAY
POR MARY VILLARROEL SNESHKO
Dagoberto Becerrit
Con sangre caribeña y la misión de llenar de luz el arte geométrico, este artista venezolano conquista con sus esculturas que parecen flotar
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Nacido en Nueva Esparta, Dagoberto Becerrit se caracteriza por abrirle espacios de luz al arte geométrico. Sus esculturas se reconocen fácilmente por sus pequeñas ventanas, creadas especialmente para que la atmósfera interactúe con ellas y transformen la pieza.
“Cada cuadrito representa una ventana de transformación geométrica. El estudio de la obra está fundamentado en cómo la luz del sol varía durante las horas del día, generando diferentes figuras geométricas y dándole distintas intensidades al color ya existente de la obra”, explica el artista.
En su infancia, llegó al arte gracias a su padre (que lleva el mismo nombre): “Mi padre fue el fundador del ateneo de Margarita y uno de los principales promotores de arte del estado Nueva Esparta”. Asimismo, logró codearse con grandes maestros del arte venezolano, como Carlos Cruz-Diez, que se convirtieron en inspiración e influencia para él.

Intervención absoluta de su obra
De formación artística auto-didacta, Becerrit no es nada más la mente brillante detrás de sus creaciones, sino también es quien hace que cobren vida en su taller: “Soy el responsable de la ejecución total de mi obra”, afirma el artista que se muestra soldando en sus redes sociales.
Al momento de enfrentarse al hierro laqueado, material que utiliza con frecuencia, planifica cuidadosamente todas las medidas de su obra. Trabajando con arte geométrico, nada puede dejarse al azar y, aunque se deja seducir por la musa, se mantiene fiel a sus planos: “Creo pensando como artista, pero todas mis obras tienen bocetos y análisis previos”.
Aunque tiene un equipo de ayuda y soporte, explica que el control de calidad de la pieza queda en sus manos: “Nunca delego el proceso de color, ni el acabado final”.
Para poder lograr transformar sus ideas en realidad, se preparó durante años puliendo sus habilidades manuales: “Trabajé en talleres de herrería y carpintería para poder construir mis trabajos y ensamblar mis creaciones”, recuerda. Ahora, se está formando como técnico en electrónica e ingeniero industrial.




Obras para interactuar
Además de estar pensadas para relacionarse con la luz solar, Becerrit crea sus piezas promoviendo interacciones lúdicas con el espectador: “Pueden verlas a través de la luz de una linterna, así la persona interactúa y descubre múltiples transformaciones de la obra”, explica.
Desde piezas de pocos centímetros hasta esculturas de varios metros, el artista diseña en pro de que la obra sea una experiencia de goce estético sin importar el ángulo. Aunque se dedica por completo a las esculturas, incursiona en el arte 2D a través de ilusiones ópticas: “Mi obra en ausencia de la luz da la impresión de que es plana o bidimensional”, asegura.
Además de sus ventanas características y su pasión por el arte geométrico, Becerrit se destaca por hacer que sus piezas se sostengan por bases muy pequeñas que buscan seducir a la imaginación del espectador y crear un efecto de movimiento: “Mi intención es que las obras tengan libertad y den la impresión de que flotan en el espacio”.

De Carabobo para el mundo
Aunque nació en Margarita, toda su producción artística la hace desde el estado Carabobo. Llegó a Caracas al Centro de Arte Daniel Suárez, en donde expone con maestros del arte venezolano como Juvenal Ravelo, Octavio Herrera, Ramón Belisario y Rafael Martínez: “Me apadrinaron para que mi obra se conozca, me invitan a exponer con ellos y, desde ese momento, no he parado de exponer en espacios nacionales e internacionales”, explica emocionado.
Ahora, en conjunto con la Galería Niela, tiene sus piezas expuestas en el Hotel Humboldt y la receptividad ha sido extraordinaria. Pero además de conquistar territorios nacionales, su creatividad lo ha llevado a exponer en Estados Unidos, Colombia, Francia, República Dominicana, entre otros países.





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