Probióticos
Cuando las bacterias son buenas
La microbiota está dando de qué hablar y el concepto de probióticos se hace más cotidiano. Hay muchas formas de consumirlos de manera eficiente. Te contamos lo más esencial de estas bacterias beneficiosas para tu organismo
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Kéfir, kombucha, yogurt griego, chucrut… todos ellos tienen algo en común: contienen probióticos. Pero ¿sabes realmente qué son esos componentes presentes en estos alimentos y bebidas? Los probióticos son bacterias beneficiosas que viven en nuestro intestino y ayudan a mejorar nuestra salud en general. No exageramos al decir que, por lo menos el 80% de nuestro sistema inmune, depende de una buena salud intestinal.


Salma Salazar y la Dra. María Asbati de Kawa

¿Por qué son buenos?
Facilitar la digestión, mejorar la absorción de nutrientes y potenciar el sistema inmune son algunas de las grandes ventajas que tenemos al consumir probióticos; pero siendo más específicos, al incluirlos en tu cotidianidad podrás:
- Combatir y ayudar a prevenir enfermedades intestinales como colitis, síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn e inflamación intestinal. Igualmente, te ayudan a prevenir candidiasis, hemorroides e infecciones urinarias. Incluso, ya se habla de avances en personas con autismo gracias a los probióticos, por ser potenciadores naturales de la concentración.
- Mejorar la digestión y ciertas intolerancias alimentarias, controlar la acidez y regular el tránsito intestinal.
- Aumentar la absorción de nutrientes, como vitamina B, magnesio, calcio y hierro.
- Fortalecer el sistema inmunológico, aumentando los macrófagos, que son células defensoras del organismo.
- Impedir la proliferación de bacterias malas en el intestino.
- Ayudar a prevenir problemas como colesterol alto, alergias e intolerancias alimentarias.
- Ayudar a mejorar tu humor, por la relación directa entre el equilibrio de la flora intestinal y el cerebro.

Naturales y suplementos
La Dra. María Asbati y Salma Salazar (madre e hija, amantes del estilo de vida saludable y creadoras de la marca Kawa) afirman que “consumir probióticos en alimentos es la opción más rica, natural y económica, ya que hoy estamos sometidos, aunque no queramos, a una alimentación que no es 100% natural… y estas bacterias nos ayudan a mantenernos saludables”.

Por supuesto que existe la posibilidad de tomarlos en cápsulas, pero generalmente así lo que logramos es obtener bacterias específicas, por lo que son ideales para personas que tienen determinadas condiciones y requieren cepas de gérmenes determinados. Te aconsejamos que consultes con tu médico para saber si te conviene tomarlos así o de forma natural.

Sin encapsular
Podemos encontrar probióticos naturalmente en alimentos como el kéfir de agua, la kombucha, el tempeh, chucrut, yogures con propiedades probióticas (como el griego o el kéfir de leche) y también en algunos alimentos encurtidos como aceitunas en vinagre y pepinillos.

En Kawa son productoras de kombucha y kéfir de agua. Ambas bebidas fermentadas que resultan súper buena fuente de probióticos para todo el que las consuma.



Kéfir vs Kombucha
El kéfir de agua se hace a partir de gránulos o tibicos que son unidades de bacterias o levaduras que viven en un ecosistema; mientras que la kombucha se realiza a partir del té con azúcar y de un cultivo de levaduras y bacterias llamado Scoby.
 
Para los dos procesos de fermentación usan azúcar que se consume durante la obtención de la bebida. Es blanca para la kombucha (que fermenta en un período de 15 a 30 días) y morena para el kéfir (que sólo podría necesitar 4 días fermentándose).

La principal diferencia es que cada bebida contiene un ecosistema de bacterias y levaduras diferentes. En el kéfir es más común encontrar Lactobacillus, Lactococcus o Leuconostoc; y en la kombucha podrás encontrar familias bacterianas como Acetobacter, Gluconobacter y Saccharomyces.

Ambas son bebidas refrescantes y gasificadas. La kombucha tiene un sabor un poco más dulce, el kéfir de agua tiene un sabor más cítrico… y el gusto puede variar en función del cultivo o tiempo de fermentación.
 
Te recomendamos empezar tomando estas bebidas poco a poco, puede ser entre 50ml-100ml al principio, y luego ir incrementando la dosis según tu tolerancia. Quédate tranquila porque es muy difícil que puedan producirte efectos secundarios, aunque igualmente, si tienes alguna condición de salud, siempre es mejor consultar a tu médico tratante.




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