“Nosotras crecimos como hermanas. Cristi es siete años mayor que yo, por lo que siempre fue, además de mi hermana mayor, mi mejor amiga. Incluso, es mi madrina de confirmación”, nos cuenta Rosana.

 
Se graduaron en el Instituto Santa Cruz de Valencia, un colegio para niñas en el que, junto a sus familias, les inculcaron excelentes valores. Al graduarse, vivieron la experiencia de ser estudiantes de intercambio, una en Bélgica y la otra en París.

 
Cristina es abogada, egresada de la Universidad de Carabobo, tiene certificación como corredor inmobiliario y es mamá de tres niños; mientras que Rosana es ingeniera industrial, graduada en la Universidad José Antonio Páez, influencer (@rosidegwitz) y mamá perruna. De sus pasatiempos, Rosana nos dice: “Jugué tenis de alta competencia desde muy pequeña hasta mi adolescencia… hasta que llegó el pádel. También me gusta mucho leer sobre negocios, biografías de personas admirables, emprendimiento, novelas, entre otro tipo de lecturas”. Por su parte, Cristina practica pilates “desde hace más de 8 años y se ha convertido en una pasión y momento de liberación en mi rutina diaria. Desde muy pequeña he sido fanática de la lectura, un hábito enseñado por mi papá, quien desde muy chiquita me compraba libros. Hoy en día forma parte de mis noches justo antes de dormir y mis preferidos son las historias noveladas”.

Estas primas se asociaron en 2017 para abrir un taller de costura que prestaba servicio a terceros, pero siempre con la idea de crear su propia marca de ropa: “No teníamos muy claro de qué, por lo que no quisimos apresurarnos. Pero en mayo de 2018 ya lo teníamos muy claro: queríamos hacer una marca de ropa para toda la familia que fuese cómoda y personalizable. El 1 de junio salimos a la venta por Instagram”.

Asimismo, Rosana y Cristina crearon un programa de responsabilidad social empresarial, llamado Comunidad Cuadro, “donde aportamos nuestro granito de arena a las comunidades más humildes de Venezuela. Recaudamos toda la ropa que ya no usan nuestros clientes o aquellas piezas que no pasan nuestro control de calidad por un detallito que sólo vemos nosotros y nos encargamos de hacerla llegar a fundaciones. Cuando viajamos por Venezuela, también la entregamos directamente a las comunidades por donde pasamos. Igualmente, hacemos varias campañas anuales con productos específicos para donar un porcentaje de las ventas a estas mismas fundaciones”, destacan.

 
A corto plazo, les encantaría estar presentes en otras zonas de Caracas y manifestar nuevamente su apoyo al deporte en la próxima Copa Cuadro 2024, en la que ya están trabajando.

 
“Queremos que tu producto Cuadro sea tu compañero en tu deporte, en tu aventura, en tu día a día… no sólo por lo que hace, sino por lo que te facilita la vida y, sin duda, también llevar un mensaje de positivismo de que en Venezuela se puede trabajar y llegar a crear productos de calidad con trabajo en equipo y aprendizaje constante”.