En ninguna planificación del 2020 estaba la llegada de una pandemia que atacaría al mundo entero y afectaría la vida de todos. Ansiedad, preocupación y hasta optimismo… el abanico de emociones es amplio y es bueno leer la opinión de los profesionales de la salud mental
De un virus que atacaba a la población China a finales de 2019, pasamos a una pandemia en cuestión de semanas y sin mucho tiempo para asimilarlo. Por más que hayas visto el famoso documental de Bill Gates, difícilmente alguien se esperaba estas circunstancias y esto tiene una serie de implicaciones mentales, tanto para el presente como para el futuro, por lo que decidimos consultar al Dr. Renny Yagosesky, PhD en psicología, conferencista, escritor y miembro de la Asociación Latinoamericana de Análisis y Modificación de la Conducta (ALAMOC).
“Necesitamos entrenamiento emocional y virtual”
¿Nuevas oportunidades?
Para la mayoría de las personas no ha sido fácil mantenerse en casa y, como reza el famoso dicho: “cada cabeza es un mundo”, particularmente en un ambiente ya de por sí retador como lo es Venezuela que, sin embargo, para algunos ha resultado en una “ventaja”. “Cuando se tiene que enfrentar un evento de alto riesgo y de alcance mundial, la respuesta natural es la preocupación. Debemos entender que nuestro cerebro tiene problemas para lidiar con la incertidumbre. Sin embargo, la personalidad adaptable y resuelta del venezolano, lo impulsa a reinventarse, ser creativo, y a tomarse este asunto con cierta filosofía y no echarse a morir. Veo a diario gente haciendo lo impensable para afrontar este escenario desde la mentalidad emprendedora y creativa”, afirma Yagosesky.
Con el pasar de los días y, dependiendo de los países, las normas de prevención han ido variando y nos hemos tenido que ir adaptando a lo que llaman la “nueva normalidad” que, de por sí, es cambiante.
El doctor Renny define como normal “lo estadísticamente frecuente, lo socialmente aceptado y lo clínicamente sano. Aunque, en este caso, esas tendencias que marcaban nuestra habitualidad se están diluyendo ante nuestros ojos de manera inevitable. Ahora lo normal es tener cautela con besos y abrazos, con desconocidos y aglomeraciones. Hasta subir a un ascensor llamará nuestra atención. Ahora todos estaremos más conscientes, en alerta y asumiremos cada vez más la distancia social, el teletrabajo y la reducción de la vida social. Hay que aceptar lo que es, vivir más centrados en el autocuidado y en el tiempo presente y, nos guste o no, nos tendremos que apoyar en la tecnología. Necesitamos entrenamiento emocional y virtual”.
La clave está en vivir el presente y en no descuidar las relaciones interpersonales, aunque sea a través de dispositivos electrónicos o redes sociales
Relaciones y distanciamiento social
Quizá ya muchos venezolanos estaban acostumbrados a ver a familiares y amigos a través de una pantalla (cosa que también pasa en otros países aunque por otras razones y más por decisión que por obligación); no obstante, igual quedan relaciones aquí (interpersonales, laborales, entre otras) que, por temas de salud, se verán necesariamente modificadas: “Considero que serán relaciones más cuidadosas, con menos contacto físico, incluso en espacios como la familia y el trabajo. Sin embargo, somos seres emocionales con alta necesidad de contacto, lo cual nos pone en situación de riesgo. Debemos entender que esta es una historia que no ha terminado. De hecho, para algunos apenas comienza. Por otra parte, la mejor terapia para las emociones bajas es la presencia, el contacto, aunque sea por redes sociales. Los vínculos interpersonales son nuestra base segura, zona de las certezas, del aprecio y de lo predecible, lo que reduce la sensación de impotencia y de aislamiento. Cuando nos sentimos acompañados y apoyados el miedo se disipa. De modo que cuidemos las relaciones, pues son el remedio secreto para casi todo mal de orden emocional. Son grandes facilitadores del bienestar y equilibrio”.
Trastornos psicológicos
El encierro y el cambio de rutinas ha provocado en muchas personas distintos trastornos: “Como orientador psicológico, jamás había recibido tantas solicitudes de atención para abordar temas de ansiedad. De hecho, decidí grabar un video sobre el tema y lo subí a mi canal de YouTube. Habrá respuestas traumáticas, cuidados extremos basados en el miedo y mucho ‘efecto nocebo’, gente que se enferma porque piensa que se va a enfermar. Si alguien se siente así, aprensivo, debe buscar ayuda profesional, pues vivir bajo ese esquema de prejuicio y premeditación es peligroso e insatisfactorio”, explica Yagosesky
El proceso de volver
La cuarentena ha servido para que cada ser humano se descubriera y sacara lo mejor y lo peor de sí, dando paso también a una posible generación de cambio, en lo deseado, de carácter positivo. La vuelta a la rutina en nuestro país, por lo menos al momento de la redacción de este artículo, es incierta; no obstante, es importante ir pensando y preparando esa reincorporación que, según Yagosesky, “va a afectar de varias maneras. En el tema laboral muchos han descubierto que pueden ser productivos sin tener que seguir la rutina de desplazarse hacia la oficina. Para otros, será un alivio salir de casa y retomar sus dinámicas de vida. En el contexto pareja, muchas relaciones llegarán a su fin, pues la habituación, la sobre presencia los ha agotado. Paradójicamente, en muchas otras parejas los vínculos se han depurado y renovado. Hay un poco de todo. He sabido de gente que aprendió a valorar los detalles sencillos de la vida familiar y agradecen este trance. Y no olvidemos a los que no soportan la casa y están desesperados por correr a parques, canchas y playas. Hay diversas personalidades y también intereses y, como bien lo dijo Rafael de Campoamor ‘todo es según el color del cristal con que se mira’”.
Vivir la nueva normalidad
Muchos quizás se adaptan fácilmente a los cambios, a lo nuevo, pero no podemos olvidar a los que les cuesta, por lo que pedimos al Dr. Renny algunas recomendaciones: “Para seguir adelante requerimos mucha flexibilidad. Ser muy adaptables y optimistas para no funcionar desde la tensión, la resistencia mental y la incomodidad. La clave para salir bien parados no está en la situación en sí misma, sino más bien en la interpretación que le damos. Muchos han estado en peores condiciones y lo han superado. Nosotros también podemos. Recuerdo el caso de Ana Frank quien, a sus 13 años, estaba en un campo de concentración nazi y había sido alejada de su familia. En medio de ese panorama, escribió ‘No pienso en la miseria, sino en la belleza que aún permanece’. El mismo Nelson Mandela, que pasó 27 años encarcelado, decía: ‘Soy el capitán de mi alma’. La verdad es que podemos resignificar, reinterpretar las situaciones y eventos, y aprender a ver las cosas desde su lado más positivo. Los niños pueden disfrutar de un juguete, un perro, una mariposa y hasta de la lluvia. Debemos ser como ellos. Cada persona elige los colores para pintar sus pensamientos. Por eso, unos son más felices que otros, aunque en apariencia estén en condiciones más adversas. La mentalidad es la clave para enfrentar positivamente la realidad”.