“Lo más venezolano que se puede ser”. Este artista nacido en Caracas y que hoy en día vive en Europa nos deslumbra con su juego de colores  

Estudió diseño gráfico en su ciudad natal, carrera que le abrió las puertas “para expresar mi propio lenguaje, para plasmar todos mis pensamientos”. Con un toque de extravagancia, lleno de entusiasmo y siempre queriendo dar lo mejor de sí, Juan Andrés siempre ha querido llevar a lo físico toda esa energía llena de arte, aventura y colores que lo han venido acompañando desde muy temprana edad.

Desde antes de graduarse, empezó a codearse con amigos diseñadores y artistas, reconocidos y no tanto, la cual fue una de las experiencias más enriquecedoras para él. “Me di cuenta que a las personas nos encanta -y por supuesto que me incluyo- ver en el arte algo que nos traslade a algún recuerdo: un lugar, una persona, una experiencia, cualquier detalle de vida”. 

 
En sus inicios

Empezó con la impresión de fotografías, donde el protagonista era el majestuoso Cerro Ávila, “un ícono natural que nos representa como venezolanos y que, además de llevarlo en el corazón, yo como artista quería que todos lo pudiéramos tener en casa en Venezuela o fuera de ella”. Consciente de que no hacía nada nuevo ni que con esto estaba plasmando su vena artística en su esplendor, un día al momento de enmarcar, se dio cuenta de cómo el diseño, las texturas y la combinación de colores vibrantes del marco le daban esa individualidad, ese toque diferente a la fotografía, creando así toda una obra de arte. 

 
Con su inspiración a flor de piel viajó a Francia, donde se prometió a sí mismo empezar a crear. Actualmente se encuentra en Madrid junto con un gran equipo de trabajo, incluyendo familiares, amigos y compañeros quienes se han venido forjando con él desde sus inicios.

¿Qué tipo de arte es tu arte? le preguntamos. A lo que nos respondió: “Una poesía geométrica… éste es mi trabajo, mi concepto”. Así bautizó Gerstl a su arte, el cual está lleno de cotidianidad, buscando expresar diferentes sensaciones, figuras, colores y texturas para que el espectador pueda jugar con su imaginación. En sus obras prevalece el color y el movimiento; y utiliza materiales que perdurarán en el tiempo: espejos, aluminio, metacrilato y acrílicos. Hay una combinación de vertientes como el expresionismo, con un toque cinético y minimalista; corrientes artísticas que utiliza como herramientas para dar sentimiento, sensaciones, equilibrio y modernidad a sus creaciones.

Afirma que hoy día sigue aprendiendo, pues esta carrera representa un camino largo que hay que disfrutar y recorrer con alegría y emoción. “El arte debe ser trascendental. Las obras deben realizarse con materiales de calidad, con un concepto definido y con una mezcla de sensaciones”.
Nos asegura que es un observador nato, cualidad que le hace darse cuenta de los detalles diarios que nos ofrece cada día y que le dan la inspiración diaria para trabajar en su taller.

Estar bien con uno mismo ayuda enormemente a que puedas mostrar lo mejor de ti a los demás. Juan Andrés Gerstl nos comenta que todas sus obras tienen una parte de su ser y que, para él, la meditación ha sido una herramienta fundamental en los últimos años en el ámbito personal que ha traído como consecuencia un resurgir en su ámbito artístico: “Con la meditación me di cuenta de la gran cantidad de colores que pasan gracias a que tenía los ojos cerrados. Podemos ver nuestra propia verdad y mostrarla al mundo, aunque a veces no reflejemos todo lo que somos”. 

Entonces, para él, la vida es como una autopista por donde transita un tren lleno de pensamientos; por donde van pasando los problemas, las soluciones, los recuerdos, los impulsos, de todo un poco. Por supuesto que esto lo quiso plasmar en una de sus obras, para que así perdurara en el tiempo, y qué mejor representación que con un autorretrato, al cual nombró La mente en Kyros, una calavera llena de colores en su mente.

Arte en tiempos de pandemia

La crisis de salud que estamos viviendo desde principios de este año a nivel mundial ha hecho que muchos de nosotros tengamos que cambiar nuestras rutinas y reinventarnos en nuestros quehaceres. En este sentido, el arte de Gerstl dice presente para ayudar a todo aquel personal de seguridad y de salud que hace frente en primera fila a esta contingencia. ¿Cómo lo está haciendo? Utilizando los mismos materiales que utiliza para sus obras para crear máscaras protectoras: “Combino el PVC (policloruro de vinilo) con el policarbonato para crearlas. Son máscaras muy livianas y cómodas y, lo más importante, son lavables, reusables y resistentes al alcohol”.

A la fecha realiza con su equipo unas 300 máscaras diarias y nos asegura que está dispuesto a aumentar la producción de las mismas.