Como un “proceso mágico, espiritual y totalmente creativo”, así define el fotógrafo Mauricio Donelli el fotolibro Hilos de Fe, trabajo realizado junto con el actor Sócrates Serrano y el director de teatro Miguel Issa, en el que realizan representaciones humanizadas del ahora beato José Gregorio Hernández.

“Hilos de Fe recoge la experiencia de visitar Caracas con Sócrates, interpretando a Gregory, su personaje en el unipersonal Gregory Canal de Fe, dirigido por Miguel, y pasar las últimas 24 horas del 31 de diciembre del año 2020 documentando Caracas, en la presencia de la imagen del doctor José Gregorio Hernández, apoyado todo con la narración de los hechos, a través de los textos en forma de bitácora de Miguel”, explica Donelli.
El unipersonal que le da paso a Hilos de Fe nace de la experiencia sanadora que el propio Sócrates Serrano vivió luego de padecer un cáncer, sanación que se la atribuye al Venerable, por lo que decidió rendirle un tributo a través del arte. Explica que luego de su unipersonal comenzó a hablar con Mauricio para humanizar en imágenes al beato.

Luego se une Miguel al proyecto gracias a una fotografía de Mauricio: “Debido a Gregory, nos comenzaron a llegar muchas fotos de José Gregorio. Me llegó una de José Gregorio mirando al mar, a mí me encantó, y esa foto era de Mauricio. Un día lo fui a visitar, me comentó de este proyecto e hice una lista de 60 lugares para fotografiar”, comenta Issa.

El último día del año
Aunque no pudieron tomar las fotos en los 60 lugares planeados, la sesión fotográfica se realizó el 31 de diciembre de 2020 en sitios emblemáticos para los caraqueños. En el último día del año, Mauricio, Sócrates (personificando a Gregory) y Miguel recorrían Caracas humanizando el paso del ahora beato en la capital. Lugares como La Pastora, El Teresa Carreño e, incluso, el Hospital Vargas fueron algunos de los escenarios en los que se tomaron las imágenes.

“Todo fue llevado de la mano del mismo Doctor. Él nos abrió las puertas a todos los espacios que se visitaban. También Miguel fue un gran artífice de que las visitas fueran bien recibidas. Siempre fuimos bienvenidos a donde fuéramos: casas, museos, teatros, calle, hospitales, monumentos, entre otros”, dice Donelli.

 
Asimismo, explica que su trabajo es de contar historias, de corte pictórico, de que una imagen hable y comunique, que se conecte con el alma y el espíritu de la persona que lo está viendo y le haga sentir emociones. “Mis imágenes pueden ser cinematográficas o pictóricas, pero lo principal en ellas es que tienen el chispazo de las almas de quienes están involucradas en ellas. En este caso, las fotos contienen dos almas: la mía y la de Sócrates, allí se puede ver de manera perfecta, armónica, orgánica y fluida”.

Anécdotas y compromisos
Realizar un trabajo de un personaje que significa tanto para muchos fue un reto, un honor y un homenaje, todo al mismo tiempo. Serrano explicó que representarlo es “una mezcla de cosas”, debido a que significa distinto para cada persona. Por su parte, Donelli sintió una gran conexión con el beato debido a su entrega. Issa cuenta que las personas se le acercaban, luego del unipersonal, o de que se tomara la foto, para contarle su historia con el doctor José Gregorio.

Para Mauricio, quien también fue el fotógrafo oficial de la beatificación del Siervo de Dios, considera que este trabajo es parte de una evolución: “Soy un hombre de fe. La fe absolutamente no tiene matices, pero a veces es difícil entregarse con fe a ciertas cosas. Es sólo más evolución del alma y, hacer este trabajo, es parte de toda esta evolución. De José Gregorio aprendes a amar, a querer sin pedir nada a cambio, a ayudar, a ser una persona de bien. Esta experiencia nos deja un lazo de comunicación muy fuerte entre nosotros, con más empuje para seguir creando y ser mejores personas”.
Entre las anécdotas que guardan, resalta la visita al Hospital Vargas, lugar lleno de misterio para Miguel, pero que al mismo tiempo le reafirmó los valores de los venezolanos, como la lealtad al trabajo y la solidaridad: “Cada espacio es una historia, cada foto es una historia, fueron demasiadas las emociones vividas ese día”, confiesa Miguel.

 
Por su parte, Donelli guarda con especial afecto las fotos tomadas a la medianoche del último día del año: “Estábamos en La Trinidad y con los fuegos artificiales de fondo. Ese fue el momento que determinó el fin del proyecto, en el que Sócrates y yo nos abrazamos, fue algo muy especial”.