Desde hace más de un año la vida en todo el mundo cambió y la mayoría de las actividades, que antes eran cotidianas, se limitaron o suspendieron, pero estos tiempos también han servido para que nacieran nuevas pasiones que se han transformado en emprendimientos.
Las manualidades llevaron a Elizabeth a crear un primer boceto de una idea que tuvo y, para hacerlo, utilizó yute: “Una vez terminado el producto final, mi esposo y mi papá fueron mis mejores críticos y mi más grande apoyo. Luego empecé la búsqueda de materiales… lo primordial era que fueran orgánicos. Me sumergí en la técnica de macramé y estudié los diferentes tipos de nudos. Fue entonces cuando me di cuenta de que el producto sería algo diferente y comencé a crear la marca. La primera pieza fue el servilletero Maxi, que mide aproximadamente 20 cm desde el aro hasta la punta. El servilletero es una hoja tejida con nudos de macramé”, comenta la creadora.
Elizabeth relata que el nombre de la firma surgió durante su primera búsqueda de hilos: “El que más me llamó la atención fue uno color rosa viejo y, sin pensarlo dos veces, lo compré. Quería un nombre que representara mis raíces, ya que vivo en Estados Unidos, pero soy 100% venezolana. Entonces recordé que cerca de mi casa, en Venezuela, hay un árbol con flores rosadas, primo del Araguaney, llamado Apamate”.