INGENIOS
POR MARY VILLARROEL SNESHKO
Armando Velutini
Su obsesión de la niñez se convirtió en su despertar artístico en la adultez. Velutini transformó su juguete favorito en una pieza interactiva que invita a los adultos a conectarse con su creatividad; todo basándose en su propio amor por los juguetes
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Transformando el muñeco de Lego

Montañas de Lego construían el mundo de Armando Velutini. Desde niño, disfrutaba crear estructuras diferentes con sus juguetes y se convirtió en su inspiración predilecta. “Soy coleccionista de legos. Cuando me regalaban de niño un juguete diferente, me molestaba porque no había compatibilidad con el mundo que estaba creando”, confiesa.
 
Para él, el mundo entero cabía en un par de Legos. Tanta fue su inclinación por la construcción creativa, que años después se graduó como arquitecto: “Lo que más me gusta es que con los Legos todo tiene su razón de ser, no hay nada de más. Cada pieza encaja y tiene su por qué y para qué”, comenta.

Creció en el seno de la Hacienda La Trinidad. Su primer acercamiento artístico fue con el escultor neerlandés Cornelis Zitman, quien era su vecino, pero nunca pensó que se convertiría en artista. “Siempre me dio curiosidad ver qué era lo que hacía y por qué su casa siempre tenía ruidos extraños y martillazos”. Ahora, su taller tiene ruidos similares a los que oía en su niñez.













 
Un descubrimiento accidental
Su pasión por la creatividad lo acompañó desde siempre. En búsqueda de darles apoyo a artistas que admiraba, creó una galería llamada O Espacio (@oespaciogaleria). En medio de una tormenta de ideas, surgió lo que hoy conocemos como Brick Canvas, los modelos que le han dado identidad a sus ArtTOYs.
 
“Quería hacer un lienzo para darle a varios artistas y que lo intervinieran. Lo pensé muchísimo y terminé rediseñando completamente el muñequito de Lego. Hacerlo fue muy difícil. Lleva una ingeniería muy compleja. Yo quería que todos fueran idénticos y funcionaran entre sí”, dice Velutini.
Pasó un año buscando idear el prototipo perfecto: “Cuando lo tuve en mis manos por primera vez, muy egoístamente pensé que era mío. Lo quise trabajar yo, no compartirlo. Tenía muchas ideas y quería experimentar y ver qué podía proponer”, confiesa. Desde entonces, se convirtieron en su lienzo en blanco y, también, en su musa.

El primero que hizo fue un homenaje a René Magritte, su artista favorito, y se inspiró en la simplicidad de sus mensajes: “Quería mostrar una idea, sin tener que decir nada”. Así continuó inspirándose en grandes maestros como Andy Warhol, Piet Mondrian y hasta Carlos Cruz-Diez.
Su Brick Canvas se convirtió en su identidad. Velutini comenzó a investigar sobre grandes movimientos artísticos y construyó su propio mundo de intersecciones. “La idea era seleccionar una obra de arte e intersectarla en una pieza 3D y ver cuál era el resultado… si se mimetizaba, si se transformaba. Ver cómo juntas se bañaban entre sí. Hay piezas muy literales y otras más figurativas”.
Para explicar la conceptualización de sus obras, el artista también ofrece prints hechos en serigrafía (impresión manual), en donde su lienzo se vuelve 2D y se funde completamente en las obras de arte que selecciona: “Los prints le dan validez a la propuesta. Es el antes. Muestra qué fue lo que sucedió y de dónde sale el concepto”.




Una pieza interactiva y personalizable
Los Brick Canvas son completamente desmontables. La estructura se hace en impresión 3D, se pintan a mano y, por dentro, cada pieza está imantada para que el encaje sea perfecto y se puedan desmontar: “Yo quería que se movieran, no hay nada más deprimente que un muñeco que no se mueva. La idea es que cada uno se pueda mover e intercambiar entre sí”, explica el artista.
Sus piezas son completamente personalizadas y lo que busca con su arte es una relación interactiva con quien la tiene. “No quiero que sea una pieza que tienes ahí y de tanto verla te aburras. Aquí los puedes desarmar, arreglarlos como quieras. Si tienes dos, le pones la cabeza de uno al otro. Es totalmente interactivo”, afirma.
 
Su concepto de Art Toys nace de la posibilidad de masificar el arte, hacerlo accesible, sin quitarle valor: “El arte puede ser masivo sin desprestigiarse. No tiene que estar en un museo para ser válido”, asegura.

Su misión es transformar los Brick Canvas a espacios más urbanos y de escala mayor: “Quiero hacer mis obras de 5 metros que llenen toda la ciudad, pero comencé por los pequeños”, explica entre risas. Cada uno mide alrededor de 30 cm de alto. Se pueden hacer pedidos personalizados.



 


De art toys a mobiliario funcional 
Cada detalle de la creación de sus Brick Canvas está pensado cuidadosamente. Las piezas vienen en cajas de goma espuma que las protegen de cualquier daño. La producción llegó a ser tan masiva, que tenía el taller lleno de residuos por todos lados. “Tenía bolsas negras inmensas llenas de goma espuma. Era muy buen material y yo quería utilizarlo, pero no sabía cómo”, comenta.
 
Comenzó haciendo peluches en forma de Brick Canvas para donárselos a fundaciones que ayudan a los niños. Después, quiso llevar su creatividad a otro nivel y rediseñó una silla utilizando los peluches como cushion. Para lograrlo, recurrió a otro de sus maestros: Jackson Pollock, conocido por sus explosiones de color.
 
“La idea es crear un mobiliario que sea divertido, que sea diferente. Artístico pero utilitario. Uno se puede sentar, pero es una obra de arte y, al mismo tiempo, está hecho de Bricks”, dice Velutini.





Vivir por y para el arte 
Lleno de olor a pintura, splashes coloridos en las paredes y unas impresoras 3D que no paran de crear, el taller de Armando Veluniti es un sueño. Se llama “To Take Out Studio” (@To_takeout), un sueño inspirado por la necesidad de impulsar a los artistas nacionales.
En este espacio no solamente deja volar su imaginación para su propio espacio creativo, sino que también le ofrece a distintos artistas materiales y recursos para producir sus obras de arte. Su idea nace de la necesidad de vivir por y para el arte. Siendo dueño de O Espacio, una galería de arte contemporáneo, entendió que los artistas no solo necesitan promoción, sino también medios para hacer sus obras realidad.
“Hace años, artistas venían a mí con ideas buenísimas, pidiendo apoyo financiero. Yo quería dárselos, por eso abrí un espacio donde los recursos estén disponibles y se canalicen a través del taller”, comenta el artista. Con un proyecto de apoyo y financiamiento, Velutini busca estimular a los artistas a que sigan creando e invirtiendo en ideas creativas.





Su cuenta de Instagram: @ArtmandoVs
Su estudio creativo: @To_takeout (Av. Principal de Boleíta)
Su galería: @oespaciogaleria (Av. Tamanaco con calle Mohedano, El Rosal)