Apasionada, comprometida y constante, así se describe Anita, la más pequeña y consentida de la casa: “Tuve una niñez muy divertida. Fui criada por un papá y cuatro mamás (incluyendo a mis tres hermanas mayores), siempre queriendo estar detrás de ellas. Fui una niña tranquila, de su casa, muy de jugar en la escuela y de compartir con mis amigos”.
Es diseñadora gráfica de profesión y ejerció su carrera por pocos años. Actualmente, el deporte es su pasión, pero irónicamente, nunca participó en alguna actividad física en su infancia.
Su acercamiento al mundo deportivo llegó a sus 27 años, después de tener a su hijo, buscando recuperar su cuerpo después de los cambios del embarazo. Empezó con lo que parecía lo más sencillo, caminar alrededor del Parque del Este: “Fue un proceso muy largo, de perseverancia, disciplina y mucha curiosidad. La primera vez que corrí ocho minutos me puse a llorar de la emoción”, nos dice quien ahora cuenta con miles de seguidores que ejecutan sus rutinas en su cuenta de Instagram
@soyanitafit
La motivación por las metas cumplidas, los cambios físicos y el sentirse saludable hicieron que Anita continuara firmemente con esta forma de vida… y poco a poco fue llevándolo al siguiente nivel. Empezó a correr, pero tras sufrir una lesión antes de participar en el famoso maratón de Nueva York, tuvo que bajar un poco la intensidad. Fue en ese momento que compró una bicicleta que la ayudó a mantenerse activa y a recuperarse: “Luego de la bicicleta, el paso al triatlón es muy corto, así que empecé a nadar y a entrenar para convertirme en triatleta”, nos relata.
Certificada en TRX, spinning y ejercicios funcionales, Anita siempre está activa y su vida gira entorno al deporte, su hijo y su pareja: “Nos cuesta muchísimo no hacer algo que tenga que ver con una actividad física durante el día; así no sea una práctica de exigencia, siempre tiene que ver con estar en movimiento”. Pero cuando toca, le gusta quedarse en casa, ver televisión y disfrutar de un menú muy “selectivo” que puede abarcar hamburguesas, pollo en brasa, pizza o sushi. También nos confiesa que es muy dulcera y le fascinan los helados. Asimismo, le encanta la música, en especial la electrónica (si la sigues en redes, seguro sabes de Electra, una especie de alter ego de Anita). Hizo un curso de Dj para aprender a mezclar, pasión que comparte con su novio y, además, es el complemento perfecto para dar sus clases.
“Hace aproximadamente 12 años decidí crear Body Block, un sistema de clases que combina los ejercicios funcionales, TRX, spinning, crossfit y hasta yoga, haciendo trabajar todos los grupos musculares a la vez”.
Gracias a este entrenamiento con toques diferentes, la cantidad de personas que querían recibir estas clases hicieron que Anita creara su propio espacio. Así nació hace pocos meses el Centro de Entrenamiento Funcional Body Box (
@bodybox_gym), con rutinas creadas por ella misma donde se disfruta del ejercicio y la música, buscando no sólo un cambio físico, sino de estilo de vida, desde el balance: “No podemos sacrificar el vernos bien con el estar realmente bien”.