Nacido en Maracay, Funes sintió un llamado a la creación artística cuando, tras un amor adolescente fallido, sintió la necesidad de buscar nuevas formas de expresión. Comenzó observando a Miguel Hernández, gran artista venezolano, y bajo su guiatura consiguió dominar la técnica y descubrir que su destino venía lleno de pintura.
Decidido a seguir su sueño, se mudó a Caracas y estudió en el Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón. Extasiado por la energía vibrante de la ciudad, sacaba su cuaderno a los lugares más insospechados: bares, discotecas y baños públicos, para lograr capturar la esencia de lo que veía. Dentro del caos en el que se sumergía buscando nuevos rostros, descubrió lo que se convertiría en su musa para siempre: el rostro de la mujer.
Un aire fresco
Con una danza de trazos fuertes y sin un ápice de duda, Astolfo se enfrenta a sus lienzos en blanco con la misión de resolver inquietudes que sólo pueden ser descifradas por la fuerza dual de la feminidad.
Acostumbrado a pintar en bares y ciudades llenas de caos, este artista venezolano encontró la calma en el rostro de la mujer y, desde entonces, no ha querido pintar otra cosa: “En donde encuentro yo la frescura que no veía en la calle es en la mujer. Ahí es donde yo encuentro esa brisa, ese aire fresco que me libera de las ambulancias, de la policía y las noticias de malandros”, explica el artista.
Sus mujeres son de rasgos marcados y sentimientos variados. Aunque tiene más de 20 años dedicándose a pintar rostros, todos son diferentes y exponen rasgos emocionales diversos. Su facilidad para experimentar con los sentimientos se la agradece a su experiencia pintando en la calle: “Cuando comencé a pintar, me fijaba en la tristeza, la frustración, cómo con el dolor un rostro abre la boca para cantar, pero no canta”.
Este artista retrata la sensibilidad femenina desde la fortaleza de su carácter: “De un caos tan intenso como puede ser una ciudad, lo más hermoso que puedes encontrar es una mujer. La mujer como esencia es superior al hombre y es la que siempre ha dado la cara en esta sociedad en muchos aspectos”, asegura.
Para él, en sus cuadros sólo hay mujeres poderosas: “Esa mujer de punta, de lanza, de primera, guerrera, intelectual. La que ha tomado posiciones importantes, que ha sido ministra, presidenta… todas, hasta las que han sido victimizadas son pura fortaleza”.
Expresionismo puro y constante
Sin embargo, las protagonistas de sus cuadros no están inspiradas en mujeres del mundo real. La mayoría son producto de su imaginación, aunque a veces hay rostros que lo cautivan y los recuerda al enfrentarse al lienzo en el estudio.
“Los rostros vienen de un proceso de acercamiento y estudio de la línea, porque ampliar esas figuras que yo tenía de la calle me llevó a simplificar los contornos”, comenta el artista, cuyas obras se manejan, en su mayoría, como un primer plano.
Los contornos de sus rostros se mantienen lineales, mientras que todo alrededor de su obra nace producto de una coexistencia de técnicas y materiales variados y sorprendentes.
Utilizando desde pinceles hasta sus propios dedos, Funes experimenta con óleo pastel, carboncillo, lienzo preparado, crudo y, en ocasiones, hasta con pintura de tránsito para sus creaciones.
Aunque su inspiración viene de la paz de la mujer, confiesa que su proceso creativo está lejos de ser tranquilo: “Mi arte es tensión. Tengo una inquietud que necesito resolver cuando pinto. Hay algunos proyectos que no logro llegar a donde necesito y después no los quiero ni ver”.
Su arte ha viajado por todo el mundo y goza de gran prestigio y reconocimiento internacional.
Coordenadas
Instagram: @AstolfoFunes
Página web: www.astolfofunes
Fun facts
- A veces pinta con los ojos cerrados
- Es completamente ambidiestro para pintar
- Disfruta de la creación libre y de las obras de gran formato