Disruptivo y con estilo, así es Mulán, la nueva apuesta del Grupo 7, en el que la cocina asiática es la principal protagonista.
Lo primero que llama la atención al entrar a Mulán es el gigante oso panda que nos recibe en la entrada. El restaurante cuenta con dos pisos. Abajo, hay mesas para cuatro y seis personas; mientras que arriba está el sitio del teppanyaki, donde hay tres grandes planchas con sus mesas y sillas para que los comensales vean de primera mano cómo es esta técnica de cocina en el que los alimentos se cocinan encima de una plancha de acero.
Además, en la noche se suma la experiencia: “Los fines de semana hay show… aunque es más una experiencia, ya que pasa. No es que se paran en un sitio y hacen un espectáculo. Están pasando cosas a tu alrededor, pero no es un show agendado”, explica Luis Arias, socio y vocero del Grupo 7.
Pero si el espectáculo es importante, lo gastronómico también, y aquí, en Mulán, van de la mano. Su fuerte es la comida japonesa y china; sin embargo, hay otro tipo de platos: “Hay platos cantoneses, coreanos, vietnamitas… mucha variedad dentro de todo lo que es Asia”.
En sus entradas podemos encontrar platos tan típicos y conocidos como las lumpias o gyozas de camarón o cerdo. En las sopas, tienen una interesante selección con el Tom Yam Kung (un caldo de pollo con pasta tailandesa, crema de coco, camarones, hongos, picante y cilantro) o los conocidos ramen, tanto de cerdo como de pescado y miso.
En sus principales, encontramos combinaciones tan inusuales como salmón con salsa de maní y sake; o tan clásicas como las costillas en salsa roja, las cuales están cocinadas a la perfección y son tan suaves y jugosas que un solo plato no va a ser suficiente.
Entre sus platos hechos en el wok, está el pad thai, que son tallarines de arroz con camarones, tamarindo, cebollín, tortilla de huevo, soya y maní. Mención especial también merece la carne mongolés con su perfecta cocción y con un sabor riquísimo en el que se conjugan y sienten todos esos sabores orientales.
En las especialidades, no podía faltar el pato preparado en una crepe con caldo y salsa. Otro plato interesante es la causa limeña con papada de cerdo, cocida a baja temperatura, glaseada en su propio jugo con ensaladilla de pepino y limón.
Para finalizar la comida, nada mejor que un postre y los de Mulán son sencillos, pero ricos. Se recomienda la crepe de choco maní, que viene con crema de chocolate avellanada y mantequilla de maní, una combinación poderosa.
Luis comenta que la idea de Mulán es que los comensales no sólo degusten una rica comida, sino que pasen un rato agradable y divertido con todo lo que el local ofrece. Igualmente, se debe resaltar que si van varias personas o en grupo, la carta se presta perfectamente para compartir los platos, ya que las porciones son generosas.
Coordenadas
Dirección: Calle California, Las Mercedes
Horario: De 12:00 pm a 12:00 am. Es preferible hacer reservación
Instagram: @mulanrestaurante