Cambiar las proporciones corporales para conseguir belleza es patrimonio del ser humano, lo ha expresado así a lo largo de su historia, de la misma manera como también siempre busca conseguir utilidad funcional en las prendas de vestir.
Los zapatos y los tacones son un ejemplo claro de esto, tienen la utilidad de proteger los pies para caminar y defendernos de la intemperie, así como la de brindar elegancia.
Los tacones arquean la columna de la zona lumbar y trasladan la pelvis hacia atrás, lo que brinda un mayor volumen a la zona glútea; además, generan un mayor balanceo de las caderas, brindándole a las mujeres un compás de armonías en sus movimientos. Sin embargo, en estos cambios de la estética corporal se traslada el peso del cuerpo hacia la parte anterior de la planta del pie haciendo que se aumente el riesgo a sufrir de un sobre-uso en zonas no diseñadas para soportar ese peso.
Asimismo, se redujo el ángulo de la punta del calzado de tacón, apiñando los dedos en un cono, contribuyendo a generar los juanetes (hallux valgus), dolor en los metatarsianos (metatarsalgias), fascitis plantar (dolor en el arco del pie y en el talón), las hiperqueratosis (callos) y la temida neuritis interdigital (Neuroma de Morton).
Dime qué pie tienes y te diré qué calzado usar
Mirando la longitud de tus dedos del pie, podemos clasificarlos como: pie egipcio (cuando el dedo gordo del pie es más largo que el segundo dedo), pie griego (cuando el segundo es el más largo) o pie romano (cuando son del mismo tamaño). Al momento de escoger tu calzado, estos detalles tienen importancia en relación con la utilidad, confort y belleza.
Chie Mihara
La adaptación que sufren los pies, pelvis y columna por el uso de tacones altos dependen también del tiempo de su uso. A mayor tiempo, mayor es el riesgo de generar lesiones permanentes. La elegancia de un tacón de aguja de 15 centímetros es innegable, siempre y cuando se sepa dominar el calzado. Los tacones para uso cotidiano deben ser mucho más bajos (entre 5 y 8 centímetros) y, preferiblemente, de tacón cuadrado o de base ancha, ya que tiene un efecto de estabilidad. También los calzados de suela corrida (cuñas y/o plataformas bajas y medianas) pueden brindar estabilidad y más descanso.
Valentino Garavani
Con frecuencia observamos mujeres que en las fiestas o en sus trabajos se quitan los tacones para estar descalzas porque les duelen los pies; incluso, he tenido pacientes que me han pedido que les infiltre anestésicos para tolerar los tacones. Nunca faltan tampoco las que ruegan por una cirugía en sus pies para cambiar la estética y así poder usar calzados abiertos, otras compran plantillas pensando que amortiguarán la pisada y disminuirán el dolor… pero la verdad es que, en la mayoría de los casos, generan más dolor al quitarle espacio al pie dentro del zapato de tacón.
Stella McCartney
Recomendaciones
1. Cambiar de calzado antes que hacer cirugías, infiltraciones con anestesia o el uso de anestésicos en spray, pues lo que hacen es enmascarar lesiones.
2. Usar calzados apropiados para la actividad que se tenga.
3. Mientras más altos sean los tacones, menor debe ser el tiempo de su uso.
4. Mientras más altos los tacones, debe existir un dominio mayor de la dinámica de marcha. En caso de no tenerla, mejor es no usarlos.
5. Las punteras más redondeadas y cuadradas dan mayor espacio para los dedos, disminuyendo los riesgos a sufrir dolor.
6. Los dolores y lesiones deben ser atendidas por médicos especialistas.
7. El uso de plantillas para el cambio de apoyo deben ser indicadas por profesionales en el área.
8. No debe haber sacrificios para el uso de tacones. La armonía en el confort, utilidad y elegancia son la clave para su uso.
Dr. Luis Romero González
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