El tintinear de los cascabeles forman parte de las suaves melodías que anuncian que ha empezado esta época llena de alegría, fiesta y celebración, este resonar se extiende a través de los rincones del hogar envueltos de tradición, significado, diseños y colores brillantes, que resaltan la decoración navideña
Con espíritu navideño
Escuchar los sonidos de un cascabel suele significar que estás a punto de recibir buena suerte. Puede ser una señal de que algo positivo está por venir.
El uso de los cascabeles viene de mucho tiempo atrás, son esferas de metal con ciertas aberturas y dentro contienen esferas de menor tamaño, que al agitarlas sueltan una suave melodía. Su significado se ha transformado a través de los años hasta llegar a formar parte de la celebración navideña.
Al principio, se colgaban en los cuellos del ganado y los caballos para espantar tanto a las serpientes como a los malos espíritus. Más adelante, en las costumbres paganas, llamaban a las buenas energías y el dinero con el sonar de estos pequeños instrumentos. Igualmente, en aquellas épocas se relacionaban con la llegada de carruajes que traían buenas noticias a las familias. Hoy día, se combinan todos esos significados de la antigüedad con toques modernos, afirmando que el sonido de los cascabeles es capaz de atraer la prosperidad, la buena suerte, la armonía y el anuncio de una nueva era. Y, qué mejor momento para aprovechar esas energías que con el nacimiento del niño Jesús y la llegada del Año Nuevo.
Cascabeles dorado y rojo con abertura de estrella (disponibles grandes y medianos), Full Flores
Crédito Fotografía Juan Carlos Rodríguez
Los antiguos griegos y romanos usaban los cascabeles para celebrar los templos dedicados a los dioses.
Cascabeles dorado y rojo con abertura de estrella (disponibles grandes y medianos), Full Flores
Crédito Fotografía Juan Carlos Rodríguez
Se cree que los cascabeles sirven para atraer abundancia, prosperidad y buena suerte.
Tradicionalmente decorativo
La Navidad está aquí y está llena de diferentes colores, melodías, formas y dimensiones, todo para complacer los gustos y tradiciones que harán que esta linda época del año se convierta en todo un compartir entre familiares y amigos. Los cascabeles son una pieza con protagonismo dentro de la decoración navideña. Su color tradicional es el dorado, pero en tonos plateados, rojos, verdes y blancos y con detalles en escarcha, destacan de manera especial.
Si hay niños en casa, pintar los cascabeles a mano y añadirles diseños alusivos y personales puede convertirse en una actividad diferente y divertida.
El tamaño no será un inconveniente, desde los más pequeños hasta los más grandes resaltarán.
Cascabel plateado con figura de pueblo navideño, Hallmark.
Que estén colgados es la manera perfecta de que repiquen un delicado sonido mágico, como un buen acompañante a la decoración, aportando regocijo y movimiento al ambiente.
En el árbol de Navidad llamarán la atención, guindados con una cinta roja detrás de la puerta de entrada o en la manilla de la misma. Asimismo, en los marcos de la ventana, donde tendrán ese poder de alejar todo lo malo según lo dicta la tradición.
Son piezas muy versátiles y llamativas, para un estilo más silencioso pueden formar parte de las coronas navideñas, de los centros de mesas o escoltar a las velas en un candelabro. De manera individual también buscarán formar parte de la celebración, ubicados de forma casual y un tanto desordenada a lo largo de la mesa, o todos juntos de diferentes tamaños y colores en un recipiente de cristal.
Cascabel blanco con abertura de estrella, Santini Christmas