El famoso “menos es más” tiene años aplicándose no sólo al mundo de la moda, sino también al del diseño interior. Está comprobado que un espacio poco recargado y una estética pura pueden tener efectos muy positivos en nuestra salud mental.
Antiguamente, se pensaba que sólo el desorden era lo que nublaba la mente, pero el exceso de elementos -aunque perfectamente ordenados- también puede causar este efecto.
Pero como toda tendencia, evoluciona. Años atrás, los espacios minimalistas eran sinónimo de una paleta de colores restringida y monocromática, muebles con formas limpias, pocos o nada de elementos decorativos, mucha austeridad y un énfasis en los espacios abiertos. No obstante, en los últimos años, la interpretación del minimalismo ha pasado de estos espacios impolutos y dominados por el blanco, a la incorporación de tonos más cálidos, materiales naturales y elementos de diseño biofílico (inspirados en la naturaleza).
Esta interpretación moderna combina funcionalidad con comodidad, introduciendo texturas táctiles y elementos tecnológicos, reflejando un enfoque más holístico y personalizado de la vida minimalista. La influencia de la vida sostenible también ha dejado su huella, alentando a los diseñadores y dueños de hogar a incorporar materiales y prácticas ecológicas en espacios minimalistas.
Asimismo, el nuevo minimalismo también propone incluir piezas importantes (de diseñador) o con toques diferentes (como las vintage) que funjan como statement pieces en tu espacio, dotándolos de personalidad.


Alf DaFrè, Atelier Casa

Mobiliè

Rescatando la singularidad
Algo que estaba pasando con el minimalismo como lo conocíamos, era la estandarización del hogar, haciendo que se viera frío, pero, sobre todo, sin personalidad.
En el nuevo minimalismo, se insta a expresar la individualidad y el gusto a través de muebles mezclados y combinados, un toque de color especial (sobre todo tonos tierra o pasteles), una pieza antigua rescatada, un papel tapiz diferente o una obra de arte que defina a quien o quienes habitan ese hogar.

Muebles con funcionalidad
Años atrás, el minimalismo sólo se quedaba en la estética, en cómo iban a lucir los muebles en el espacio: sus líneas, tamaño, colores, etc. Sin embargo, ahora también se trata de la tecnología que ofrezcan.
Los interiores minimalistas de este año se definen por la integración de tecnología, lo que permite a los propietarios disfrutar de espacios ordenados que son, a la vez, elegantes e inteligentes.

Materiales, colores y texturas
Del 2020 (año del inicio de la pandemia) a la actualidad, no hay tendencia que no incluya el rescate de lo natural, particularmente, en el mundo del diseño interior. Encerrados en casa, aprendimos lo importante de conectarnos con el exterior y, por eso, el minimalismo moderno, en lugar de líneas puras y simples, te invita a buscar formas más orgánicas.
Lo mismo pasa con los colores. Hace unos años, el minimalismo prácticamente imponía el blanco, el negro o el gris; ahora, se trata más bien de tonos tierra, pero no todo del mismo tono y material, sino incluyendo todas las variaciones dentro de la misma paleta e, incluso, añadiendo estampados en esos colores que le den riqueza y personalidad al ambiente, diferentes texturas, etc.
Y es que el objetivo no es idealizar el vacío sino crear espacios cálidos y, para lograrlo, es importante decirle adiós al blanco y al negro y acercarse más a tonos cálidos, tonalidades empolvadas y tonos sutiles como rosas, azules y verdes.
En cuanto a los materiales, también vemos mucho el rescate de lo natural: uso de maderas claras para dar sensación de ligereza y amplitud, piedra (sobre todo en los baños) para una atmósfera muy zen y todo lo que sea amigable con el planeta (desde un bombillo ahorrador, hasta el uso de pinturas que no sean tóxicas, un mueble vintage restaurado a tu gusto o telas hechas con botellas plásticas recicladas).


Meridiani, Arquetipo Andrés Alibrandi

Catemar, Grupo Marmoca

¿El regreso del maximalismo?
Después de años de promover la simplicidad, no es un secreto que el maximalismo está de regreso. El maximalismo, con su alegre celebración del exceso, no es sólo una reacción al estilo minimalista más sobrio, si no una respuesta directa al deseo de espacios más personales.
Sin duda, con el maximalismo, hay un sentido de creatividad y expresión personal que no se puede ignorar, pero el minimalismo moderno propone adaptarlo a sus valores de origen, encontrando el balance perfecto entre sencillez y singularidad.

Vigoriza tu espacio
Piezas atrevidas y llamativas estarán en aumento junto con los diseños minimalistas en 2024. Una lámpara extravagante, un sofá de gran volumen, un espejo ornamentado o una obra de arte personalizada pueden realzar drásticamente el atractivo de un espacio interior sin que se sienta abrumador.
Quizá puede sonar intimidante al principio, pero estas exploraciones de diseño son un acto de liberación del prisma de la perfección que buscaban los antiguos diseños minimalistas, abriendo el camino hacia espacios más auténticos.
Tu casa debe contar la historia de quienes la habitan, no lucir como un museo o la copia de una que viste en Pinterest (que sí, puedes armar tu tablero como inspiración, pero añadiendo tu toque personal). No se trata tampoco de llenarla de objetos, pero sí encontrar una que otra pieza que la haga especial, así sea de color o de otro estilo (siempre y cuando combine).


Xtone, Grupo Porcelanosa

Castel

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“Los espacios simples se llenan de piezas llamativas y colores intensos, logrando un equilibrio perfecto entre la sencillez y la personalidad”, Clara Belloso, THE Muebles.

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