Existe un campo de estudio dentro de la biología centrado en aquellos cambios que ocurren en nuestros genes sin alterar la secuencia de nuestro ADN. Es la epigenética y puede verse influenciada por nuestros hábitos, vivencias y otros factores. Te lo contamos a continuación
Una de las máximas que oímos, por lo menos durante nuestros años de estudio colegial, es que la estructura y secuencia del ADN (Ácido desoxirribonucleico) es inalterable e inmodificable, entendiéndose esta imposibilidad de alteración como una especie de “condena” humana cuando hablamos de genes. Hoy en día, la comunidad científica sabe que esta máxima no es 100% certera debido a la existencia, reconocimiento y estudio de la epigenética.
De qué se trata
Desde hace unos años el término epigenética está sonando más, pero definámoslo antes de meternos en profundidades. La doctora Isabel Fernández, médico pediatra y genetista, nos explicó que “la epigenética estudia cómo los genes pueden ser activados o desactivados sin alterar la información genética subyacente”, pero ¿qué implica esto coloquialmente hablando?
Hay diversas claves y conceptos en este tema, pero lo determinante es que esos cambios ocurridos en los genes pueden influir en nuestro desarrollo, salud y comportamiento; y, por si fuera poco, pueden estar influenciados por factores ambientales, estilo de vida y experiencias personales. Esto se viene descubriendo hace décadas, pero más insistentemente luego del Siglo XXI, gracias a avances en tecnología y genómica.
Implicados: de generación en generaciónExisten mecanismos principales a través de los que pueden producirse cambios epigenéticos duraderos o no, siendo los principales y más estudiados, la metilación del ADN, las modificaciones de Histonas y moléculas de ARN que no codifican proteínas, pero pueden regular la expresión génica.
Hoy se sabe que la metilación del ADN, por ejemplo, puede silenciar genes al impedir la unión de factores de transcripción. Tal como nos explicaron los doctores, Zulay Rivero y Victor Ovarlles, de la Unidad Médica Estética Láser - UNIMEL, “el nivel de metilación está influenciado por factores externos como nutrientes, vitaminas, toxinas ambientales y digeridas, edad, actividad física, psíquica y social”. En palabras sencillas: todo lo que vivimos desde la concepción puede hacer cambiar los genes, determinando, no sólo nuestra vida sino la de nuestra descendencia por una herencia genética que puede mantenerse a través de generaciones.
La influencia epigenética llega a ser beneficiosa o perjudicial. La buena noticia es que podemos ser parte activa en esto y con todo lo que se va investigando, los científicos seguirán desarrollando terapias para diversas enfermedades como cáncer y trastornos neurológicos.
Si entendemos entonces cómo los factores ambientales y externos influyen en nuestra epigenética, podemos activar cambios de hábitos importantes que ayuden y echen una mano también a nuestra descendencia, mientras que la comunidad científica va abriendo nuevas vías en prevención de enfermedades e incluyendo modificaciones en la salud pública mundial.
Lo que está a nuestro alcanceQuizás suena complejo este tema, pero podemos “trabajar” codo a codo con los especialistas. Son varios los factores sobre los que podemos tomar conciencia y comenzar a modificar, si se puede decir así (o por lo menos intentarlo) nuestros genes, logrando impactos positivos en nuestra vida y la de las próximas generaciones.
Activando cambios en alimentación, manejo de estrés, realización de actividad física, hábitos de sueño, uso de sustancias químicas y entendiendo el comportamiento de nuestras hormonas, podemos lograr beneficiarnos sin ser expertos en el tema.
Nutrición y epigenéticaLo que comemos es determinante y puede sentenciar la respuesta del cuerpo a lo largo de la vida en cuanto a bienestar, respuesta inmune y predisposición a enfermedades. Tanto es así, que una madre puede ayudar o perjudicar a su hijo desde el vientre con sólo escoger una dieta saludable o no en el embarazo.
Cosas sencillas como comer brócoli y uvas o comidas cargadas de grasas saturadas y altas en azúcares, podrían despertar o silenciar genes que predisponen a padecer enfermedades metabólicas, cardiovasculares o influyan en el tipo de respuesta ante el estrés.
Lo que se viveIgualmente, episodios de estrés crónico o situaciones donde vivamos episodios emocional y psicológicamente fuertes, pueden desencadenar cambios epigenéticos y condicionarnos a padecer trastornos mentales o cambiar la respuesta ante la inflamación.
Lo que hacemosMuy importante entonces es la realización de actividad física y ejercicios de fuerza que traerán innumerables beneficios para nuestro organismo, tanto a nivel mental como físico y epigenético. Llevar un estilo de vida saludable y mantenernos activos puede hacer la diferencia en la carga genética.
Igualmente, cuidar hábitos de sueño, entender el comportamiento hormonal según género y edad, así como limitar uso de plásticos y exposición a sustancias químicas, son pequeños pasos que podemos dar para garantizar cambios epigenéticos positivos que se transmitirán de padres a hijos e incluso nietos.
El futuroLa vida es hoy, pero nuestras decisiones condicionan el mañana biológica y genéticamente hablando. Hoy hay quienes están profundamente dedicados a estudiar los cambios epigenéticos para brindar posibilidades médicas y mayor bienestar general.
La doctora Isabel Fernández se muestra optimista ante el avance de la investigación epigenética y sus posibles aplicaciones clínicas. Mientras que, en UNIMEL, están centrados en seguir estudiando factores que promueven el mantenimiento de una piel saludable y juvenil.
Todo es posible mientras sigamos avanzando y los pasos científicos sean cada vez más firmes para comprender cómo funciona nuestro maravilloso cuerpo humano.
Contactos
- Doctora Isabel Fernández. Pediatra y genetista. Policlínica Metropolitana. 908.08.12 / isabelgenetica@gmail.com / @isabel_genetica
- Equipo UNIMEL. Doctora Zulay Rivero. 0416-614.59.91 / @drazulayderma y Doctor Victor Ollarves. 0414-794.62.99 / @unimel.care
“Con el progreso continuo, se espera que la epigenética transforme la prevención, el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, integrándose en la medicina personalizada y las estrategias de salud”, doctora Isabel Fernández.