Desde hace siglos, sobre todo en la medicina oriental, el jengibre ha sido utilizado con fines curativos. Tal y como explica el afamado doctor colombiano Carlos Jaramillo (@drcarlosjaramillo) médico de la Universidad de La Sabana (Colombia) y del Instituto de Medicina Funcional, en Estados Unidos, los beneficios del jengibre no son un mito y están dados por un compuesto llamado gingerol, el cual es el que le aporta esa característica de “picante”.

Un sinfín de ventajas
Anti-inflamatorio y antioxidante
El jengibre contiene más de 400 compuestos naturales y algunos de ellos son antiinflamatorios. Según la escuela de medicina de la Universidad Johns Hopkins (Maryland, Estados Unidos), comer jengibre puede reducir la fermentación, el estreñimiento y otras causas de hinchazón y gases intestinales.



Controla las náuseas
Por esta razón, es muy recomendable para mujeres embarazadas y personas que se estén sometiendo a algún tratamiento que las ocasione (como quimioterapia, por ejemplo). Es uno de los beneficios más comprobados de este superalimento.

Aumenta la salivación
Esto es positivo, porque ayuda con la digestión, ya que aumenta la producción de alfa amilasa, enzima que ayuda a digerir los carbohidratos. Asimismo, el consumo de jengibre colabora con la producción de ácido gástrico.

Desgaste de las células
El jengibre contiene antioxidantes. Estas moléculas ayudan a controlar los radicales libres, que son compuestos que pueden dañar las células, cuando su número aumenta demasiado.

Disminución de la glicemia y el colesterol
Ya hay algunos estudios que lo demuestran.

Beneficios antimicrobianos
Particularmente, el aceite esencial de jengibre puede tener grandes beneficios antimicrobianos para dos tipos de microorganismos. Primero, propiedades antibacterianas (por ejemplo, infecciones cutáneas), y luego, las antivirales, especialmente para virus respiratorios.