URRUTIA
Entrar al Urrutia es viajar a España sin haber salido de Venezuela. Sus paredes blancas, sus mesas y barra de madera, recuerdan a las tascas del país ibérico, en las que la buena mesa siempre destaca.
Fundado en 1962, en la avenida Francisco Solano de Sabana Grande, este lugar ha sabido preservarse y transformarse con el tiempo sin perder su esencia: “Este restaurante empezó como un sitio donde se hacía comida obrera española. Su origen se remonta a 1954. Comenzó en La Candelaria (lo que es hoy La Cita) y años después se separaron sus socios, fundando uno de ellos, en 1962, el Urrutia en Sabana Grande”, cuenta Fernando Franjo, gerente, administrador y cocinero del Urrutia. “Yo lo manejo desde 1992. Con el tiempo nos hemos ido amoldando. En los años 90, que fue el boom de la cocina en Caracas y, sobre todo de los restaurantes, hicimos nuestros cambios. Actualizamos nuestros platos, los cuales no tenían una presentación muy elegante, los modernizamos y potenciamos el sabor. Fuimos transformando nuestra cocina a una más de vanguardia, sin perder nuestra esencia. El Urrutia nunca ha cambiado sus raíces, ni su epicentro que es la comida”.
Definitivamente, lo de Urrutia es la comida. No esperen artísticos emplatados ni porciones deconstruidas, como tampoco una fina barra de cocteles: “Aquí el que viene come o no tiene para qué venir”, sentencia Fernando.
Una carta suculenta
Su menú es amplio y variado. Como todo buen restaurante español, abre con las opciones “Para Picar”. Ahí destacan los calamares rellenos de camarones a la murciana, los suculentos pimientos del piquillo rellenos de bacalao o mero, los boquerones a la vinagreta del Cantábrico o el clásico pulpo a la gallega con bastante aceite de oliva y paprika.
Tienen un apartado sólo de tortillas y alrededor de ocho opciones para escoger; por supuesto, ofrecen la clásica de “patatas”; pero también de queso manchego y chorizo, tortilla de alcachofas, de bacalao y hasta de huevos estrellados.
En cuanto a los platos fuertes, tienen una amplia selección de aves, carnes y cerdo. Te será muy difícil escoger entre su lechón al horno, los clásicos callos, lomito encendido, entre otros. Si prefieres pescados y mariscos, el mero preparado en diversas formas es una delicia (por ejemplo, los tacos de mero con mariscos). La mariscada también tiene un sitial de honor, así como los calamares en su tinta y el bacalao a la vizcaína que está insuperable.
En lo que respecta a sus arroces, es tradición su paella, el arroz a la marinera, la fideuá de mariscos, así como el asopado. Estos platos son de los favoritos de sus comensales habituales, así como los rollos de salmón ahumado con ensalada César… ¡de los más solicitados!
“Los platos icónicos del Urrutia, partiendo de que somos comida vasca, son el bacalao a la vizcaína -que le encanta todo el mundo-, los calamares en su tinta, el mero en salsa verde y todos los platos con mariscos. Luego vienen los platos más vanguardistas, como los tacos de mero o las chuleticas de cordero”, afirma su cocinero.
La gente de siempreOtra de las claves del secreto de la longevidad del Urrutia es su gente. La familia que lo fundó es la misma, sólo que ha ido cambiando la dirección debido al paso del tiempo: “Los viejos se murieron y los cocineros que teníamos, que estaban conmigo cuando llegué, pues ya están todos jubilados, aunque todavía queda uno. Se llama Eusebio y era el más joven cuando empecé… ya lleva aquí 50 años”.
Fernando también cuenta que los clientes son los mismos. “Vienen de generación en generación. Yo conozco a los abuelos, los hijos y ahora los nietos. Somos una familia. Yo atiendo personalmente, te recomiendo lo que vas a comer, te cocino y te lo llevo a la mesa. Todos los días viene la misma gente. Todos son amigos, todos son conocidos, son clientes de siempre, somos una familia”.
Siguiendo con la idea de la permanencia en el tiempo, Fernando reflexiona y aclara que el Urrutia es un estilo de vida: “Cuando yo llegué, pensé que era un restaurante más. Hoy en día para mí es un estilo de vida, una manera de vivir con tus clientes, con tus amigos y lo disfruto. Yo soy feliz, mis empleados también -que es muy importante- y los clientes también. La comida es buena y la pasamos muy bien, no hay más nada que pedir”.
En cuanto al futuro, Fernando está claro que, por los momentos y mientras él esté al frente, el restaurante se mantiene: “Para mí el Urrutia es un concepto de vivir, un estilo de vida que disfruto y que mis clientes disfrutan y, mientras eso sea así, hay Urrutia para rato”.
Un menú de altura
En el Urrutia también están conscientes de que es necesario innovar y asumir nuevos retos. Actualmente, el restaurante es el proveedor del menú de la clase ejecutiva del vuelo Caracas-Madrid de Laser Airlines.
Los ejecutivos de la aerolínea son asiduos del local y por esa misma amistad pensaron, entre almuerzos y cenas, en cómo hacer para competir con otras aerolíneas: “Estábamos hablando y se me ocurrió la idea de llevar comida del Urrutia a las alturas, les gustó la idea y lo demás llegó”.
Franjo acudió a la cocina de Laser, vio las condiciones y el sistema. Habló con su chef ejecutivo y comenzaron las pruebas para ver qué platos del Urrutia se podían llevar al avión: “Hicimos varias propuestas y al final llegamos a tres menús. Esos son los que se intercambian”, explica.
Coordenadas
Dirección: Avenida Francisco Solano, esquina Los Manguitos, Sabana Grande, Caracas
Horario: de lunes a sábado de 11:00 am a 11:00 pm. Los domingos de 12 del mediodía hasta las 5:00 pm
Instagram: @urrutia_rest
“Los platos icónicos del Urrutia, partiendo de que somos comida vasca, son el bacalao a la vizcaína, los calamares en su tinta y el mero en salsa verde”
Ahora también son los que realizan el menú de la clase ejecutiva del vuelo Caracas-Madrid de Laser Airlines