Blanco y negro
Quedándonos en la capital francesa, en plena Semana de la Alta Costura, el diseñador Stéphane Rolland nos volvió a cautivar con su sensibilidad artística y grandes referencias intelectuales.
La emblemática Salle Pleyel (sala de conciertos sinfónicos situada en la calle Faubourg Saint-Honoré) se convirtió en el escenario ideal para mostrar su propuesta con una pasarela inmaculada vestida en blanco y con enormes cortinas negras para añadir todavía más dramatismo, poesía y lirismo. Sus piezas están inspiradas en las icónicas fotografías de Brassaï y los poemas y canciones de Jacques Prèvert.
La paleta se centró en el negro y el blanco en todas sus texturas. Las siluetas esculturales, a las que nos tiene acostumbrados este gran couturier, fueron cada una más fabulosa que la otra, llenas de elegancia parisina, pureza y toneladas de sensualidad.
Siluetas perfectas como el demi -smoking, vestidos tipo tailleur, cuellos gigantes moldeados en satén duquesa… como siempre, ¡una colección sensacional!

Una oda al ballet
Uno de los diseñadores venezolanos más talentosos es, definitivamente, Robin Morales, quien presentó su más reciente colección Otoño-Invierno, la cual se titula Pentimento. La pasarela fue una oda al ballet y estaba inspirada en la obra del maestro venezolano Vicente Nebreda, quien se destacó como uno de nuestros más grandes coreógrafos.
El ballet y la moda han tenido una estrecha relación a lo largo de la historia, desde el romanticismo en el siglo XIX (con los tutús largos y etéreos) hasta el modernismo en el siglo XX, que trajo consigo la incorporación de diseñadores de moda, como Coco Chanel, para el diseño de vestuario de los bailarines y artistas plásticos, como Pablo Picasso, para las escenografías.
Robin Morales, quien se destaca por sus impecables diseños y confección, nos deleita nuevamente con una colección que fusiona la gracia y la sofisticación del ballet clásico con la modernidad de la moda actual. La técnica de drapeado se convierte en protagonista de Pentimento, otorgando a cada prenda una fluidez y estructura únicas que evocan la ligereza y precisión de los movimientos coreográficos del ballet.
La gama de colores fue minuciosamente escogida por el diseñador, quien se decantó por tonos dramáticos como el negro, la pureza del blanco, el vibrante rosado fucsia, el azul imperial y el verde, tonalidades que capturan la intensidad y la profundidad emocional propias de la temporada. Pueden seguirlo a través de su Instagram @robinmoralesccs
Los espero en la próxima edición.