Sin embargo, bajo esa narrativa hay una historia que se sumerge en aguas más oscuras y extrae verdades más profundas. Wicked es también un espectáculo sobre el ascenso silencioso e insidioso de un movimiento fascista que pretende demonizar a los animales inteligentes y parlantes de Oz, culparlos de todo lo malo de la sociedad y destruirlos, quitándoles literalmente sus voces. Con ecos del ascenso del Tercer Reich en Alemania en la década de 1930, esta obra explora cómo un líder siniestro y carismático puede mentir tan eficazmente a sus ciudadanos que estos son capaces de cometer actos atroces y hasta traicionar a sus seres queridos.
Durante años, el productor Marc Platt había sido abordado para adaptar este musical a la gran pantalla. Finalmente, él sintió que era el momento correcto y era hora de dejar que Elphaba y Glinda, literalmente, volaran. La cinta, relata Platt, les permitió ampliar y explorar el universo de Wicked de una manera que es imposible de lograr en el teatro. Incluso, por eso decidieron dividir la historia en dos películas, una que se estrenó a finales de noviembre de este año, y una segunda parte que saldrá en noviembre de 2025.

Un sueño hecho realidad
Glinda la Buena, originalmente llamada Galinda de las Tierras Altas, es un irresistible paquete de exceso de confianza. Ávida coleccionista de seguidores y zapatos, procede de una vida de privilegios, pero lo que anhela poseer desesperadamente es algo que el dinero no puede comprar: un poder mágico.
A simple vista, puede parecer una persona superficial y egocéntrica, pero su exterior color rosado y diáfano enmascara su capacidad de sentir empatía y la profundidad de su lealtad y amor hacia aquellos que más le importan. “Uno de los temas de Wicked es que hay mucho más de lo que vemos en la superficie. Glinda se ve obligada a profundizar como persona, a enfrentarse a la complejidad del mundo y a sí misma”, afirma la guionista Winnie Holzman.
El papel, sin duda, requería de una actriz que pudiera comunicar de manera creíble esa dualidad que hay en Glinda, y el director Jon M. Chu quedó fascinado con los pequeños detalles que Ariana aportó al personaje durante sus audiciones. “Cada vez que Ariana entraba, era la Glinda más interesante de la sala”, puntualiza Chu. “Y cuando regresaba, se volvía aún más interesante, hasta el punto en que dijimos: ‘Esa es Glinda’”.
La actriz había estado preparándose para el papel, en cierto modo, durante una década: “Llevaba unos diez años siguiendo al productor Marc Platt, preguntándome cuándo se haría esta película y cuándo tendría la oportunidad de hacer una audición”, confiesa Grande, quien le ganó el papel a otras grandes actrices como Amanda Seyfried. “Cuando finalmente supe de la audición, empecé a practicar todos los días con mi profesor de canto y mi maestra de actuación. Tuve que reconvertir mi voz para cantar de forma más clásica y operística, que es mi registro, pero con un estilo que no había realizado desde que era mucho más joven. Las cuerdas vocales tardan un tiempo en reaclimatarse, como cualquier otro músculo, lo que requiere de mucho entrenamiento”.
Asimismo, confiesa que cuando le dieron la buena noticia fue el mejor momento de su vida: “Lloré. Estaba preparada para cualquier resultado, pero se convirtió en el momento más emotivo y bonito de mi vida. A partir de ese momento, fui la chica más feliz y agradecida del mundo. Ya no hay días malos, sólo mi clóset rosa y yo, muy feliz”.
Para interpretar a Glinda, Ariana se basó en su propia experiencia como una estrella de la música mundialmente famosa para revelar cómo es para Glinda navegar ante el desafío de los cuestionamientos de su base de fans y la popularidad. “Vemos a la verdadera Ariana, que muestra un lado que nadie había visto antes”, expresa Chu.
Y es que, para ella, la conexión con Glinda y con Wicked fue muy profunda: “Mientras crecía, me gustaba mucho el teatro infantil y las producciones familiares locales. Interpreté a Dorothy en una obra de teatro de El Mago de Oz cuando tenía nueve años y el humor de Glinda siempre me llamó la atención”.

Su vestuario y estilismo
El vestuario de Glinda es un testimonio del poder de la feminidad y del encanto de la suavidad y las curvas. La visión del diseñador Paul Tazewell para Glinda evoca un sentido colectivo de bondad a través de una paleta de rosas, lavandas y tonos iridiscentes que recuerdan a una burbuja o a una aurora boreal. Estos elementos están orquestados para alinearse con el arco de su personaje, resaltando sus cualidades distintivas en varios momentos de su viaje.
- Inspiración histórica: La icónica apariencia de Glinda fue creada con siluetas históricas en mente.
- Burbujas y mariposas: Representando los temas de vuelo y efervescencia, en el guardarropa de Glinda hay muchas burbujas y mariposas, que simbolizan su espíritu y su personalidad. Tonos rosados y lavanda, con reminiscencias de los años cincuenta y la época victoriana, aportan feminidad y elegancia a su atuendo.
- Espiral de Fibonacci e iridiscencia: El icónico vestido rosa en la burbuja fue moldeado por el espiral de Fibonacci, mientras que el vestido de burbuja de lavanda acuosa presenta capas iridiscentes. Estos elementos se elaboraron para reflejar su naturaleza etérea y encantadora.
- Bordados y estampados personalizados: Su primer traje de falda destila una feminidad inspirada en Dior de los años cincuenta, acentuando una cintura pequeña y unas caderas suaves y redondeadas.
- Atuendo para Ozdust: Para su atuendo del baile, el vestuario de Glinda adquiere una esencia fantástica, mezclando la conocida silueta Dior con pétalos de flores de seda de gran tamaño. El degradado de colores pasa de los amarillos vibrantes a los rosas delicados, reflejando la luminosidad de las rosas en flor que se observan en el jardín de rosas Queen Mary de Regents Park. De hecho, fue uno de los favoritos de la actriz: “Gracias al talento único de Paul, cada traje, incluidas las mangas abullonadas con mariposas, era una obra de arte. La atención de Paul a los detalles, como el collar de mariposas, hizo que cada look fuera especial. Cada traje de la película es una obra de arte, gracias al talento único de Paul”.
En cuanto a su peinado y maquillaje, a Ariana le tomaba cerca de dos horas cada día estar lista. Ella tiene el cabello marrón, pero en lugar de teñirlo, optaron por una peluca para mantener su salud capilar y asegurar una apariencia consistente durante todo el rodaje.

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La apariencia de su papel de Glinda fue inspirada por la elegancia atemporal de la princesa Grace Kelly, en particular la estética de esta actriz en las décadas de 1950 y 1960

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Una interpretación exigente
Siempre que fue posible, las canciones fueron interpretadas en vivo en el set, no pre-grabadas. “La decisión de cantar en vivo fue una decisión fácil de tomar para Cynthia (Erivo) y para mí”, comenta Ariana. “Fue un privilegio trabajar con gente tan increíblemente talentosa del teatro musical en esta película. Me sentí fascinada por las dotes para el canto de todos y por nuestro increíble departamento de sonido (…) Cantar en vivo fue crucial, no sólo porque todos somos gente que proviene del teatro, sino también por el elemento emocional. Algunas canciones necesitan ser interpretadas en vivo, especialmente en este entorno”.

Definitivamente, es una película que lo tiene todo: un guión maravilloso, dirección de fotografía impecable, actuaciones magistrales, escenarios impactantes (que fueron construidos, no creados digitalmente), un vestuario de ensueño y, por supuesto, las increíbles voces de sus protagonistas. ¡No dejen de ir a verla en el cine!