Sedimentaciones Cromáticas, 2024
Como en muchos sectores, en el mundo del arte encontramos talentos autodidactas, pero también aquellos que desde siempre han sabido lo que les gusta, han podido estudiarlo y han contado con el apoyo de familiares para poder dedicarse a ello. Aureliano Parra es de estos últimos afortunados, pues siempre mostró interés por el arte y no dudó en que era el camino a seguir.
Primeros datos
Aureliano Parra es un caraqueño que nació en 1980. Es licenciado en artes plásticas, mención pintura, del reconocido Instituto Armando Reverón. Tiene el privilegio de haber sentido desde muy pequeño la pasión por el arte y de crecer dibujando, pintando y jugando a armar cosas: “Recuerdo que en la casa de mis padres había una habitación llena de herramientas, trozos de madera, chatarras y todo tipo de materiales. Allí pasaba el tiempo pensando e imaginando cómo darles vida y forma. Era un reto apasionante que me impulsaba a seguir explorando los límites de mi creatividad, hasta que el dibujo y la pintura se convirtieron en mi principal objetivo”, nos contó.
Ha realizado diferentes estudios sobre arte contemporáneo y también ha trabajado como profesor de arte durante varios años. El arte es su vida porque se ha podido dedicar plenamente y de lleno a ello gracias, no sólo a su intuición y claro camino, sino al apoyo de sus padres, quienes desde el principio conectaron con su trabajo y lo alentaron a desarrollarlo.
Comienzos urbanos
Su gusto por el arte y los paseos individuales a los museos de Caracas fueron parte importante de sus inicios y significaron inspiración y empuje para desarrollar su carrera. Las obras de los renombrados Jacobo Borges, Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez llegaron a conmoverlo e inspirarlo. Esto, unido al hecho de crecer en una zona popular de la capital venezolana, tuvo relación con la manera de pensar y actuar de Aureliano que plasmó caos y fragilidad de una manera creativa y hermosa en sus primeros trabajos.
“Dibujar, pintar y hacer collages me ayudaron a crear una mejor versión de mi contexto. Comencé a apreciar cosas que normalmente no se aprecian, a ver y disfrutar las pequeñas cosas que de otra manera no disfrutaría sino fuera a través del arte”, puntualiza este artista, quien indudablemente pule lo más bonito de su entorno y lo convierte en arte que ofrece a través de colores, movimientos y emociones.
Plasmando lo interno
No se describe como artista cinético, aunque sus obras dejan clarísimo la influencia de este estilo; sin embargo, nos confirma que tanto el color como el movimiento son ejes y pilares fundamentales de lo que hace.
Mientras crea, va explorando colores y formas, buscando reinterpretar los elementos del mundo natural, captando su esencia y traduciendo ese lenguaje en las estructuras cromáticas que construye. De esta manera, con cada elemento, invita al espectador a contemplar la belleza inherente y que esconden piezas geométricas más básicas, con las que él juega artísticamente, combinando y convirtiendo la individualidad de cada una en obras de arte.
Del arte cinético le gusta también lo experimental y la pasión por la innovación que desafía siempre las nociones tradicionales del arte. Es un artista que aprovecha lo común, lo que puede pasar desapercibido, y lo convierte en una ventana de realidades elevadas, profundas y que, a la vez, logra conectar al público de su obra con ese todo cargado de energía y vibración al que afirma que pertenecemos todos.
FavoritosA simple vista se nota que Aureliano no es de cosas tradicionales. Él ha logrado ir más allá de lo de siempre para hacer su arte. Por ejemplo, ha ido más allá de un lienzo para abrir su obra al espacio real de tal manera que, incluso, puede modificarse con el tiempo.
Juega con el movimiento real y con los volúmenes para un concepto completo de arte y con el color va creando ilusiones cromáticas, dando el poder a esas tonalidades usadas para crear un dinamismo llamativo que se muestra junto a una fluidez natural dentro de sus obras.
Su color favorito es el azul, ya que afirma que con su suave armonía se extiende de tal manera que se hace inalcanzable, tal cual lo vemos en el cielo y en el mar. Sobre este favoritismo señala que “el azul provee vida a la imagen que transita bajo el fluir del tiempo y de la luz, revelando resonancias del lenguaje de la pintura para mostrar expresiones de libertad, autonomía, liberación y movimiento”.
Una obra de su autoría, titulada
“Reflexiones sobre Monet”, también se incluye dentro de sus favoritos, porque fue una exploración del impresionismo a través del collage, donde ensambló miles de pequeños recortes de revistas hasta crear una sutil cortina cromática que remitía a las pinturas del gran Monet.
Cartografía del Paisaje
El hoyEl aluminio acompaña a este artista en la actualidad y le aporta posibilidades de creación que otros materiales no le habían aportado antes. Igualmente, hoy crea nuevas estructuras con latas recicladas y recibe con cariño, talento y creatividad las texturas, formas, colores y retos que éstas le aportan.
Sigue disfrutando del proceso creativo, que es lo que más le llena de hacer arte, y se siente pleno al compartir con el público.
Está en plena etapa creativa y buscando mostrar esa relación que el humano tiene desde siempre con la naturaleza. Quiere recuperar esas conexiones profundas con el espacio exterior a través de su arte y ofrecer espacios de paz, pertenencia y armonía que nos permitan conectar con ese entorno al que seguimos perteneciendo en medio de tantos cambios que van sucediendo.
“Actualmente, trabajo en un proyecto de arte sostenible que busca transformar un simple objeto de consumo en una obra de arte que haga reflexionar sobre nuestro impacto en el planeta”
Estructura Inicial del Silencio, 2018
“Espero ser testigo activo del progreso de este hermoso país y contribuir a través del arte a su desarrollo en la medida de mis posibilidades”
Instagram: @aurelianoparraa